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Gracias a una mirada, un sueño, un recuerdo o un sentimiento podemos llegar a reconocer a aún alma gemela. Brian Weiss
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Algunas nubes se despejaban y reaparecía entre ellas un tibio sol otoñal con un diáfano cielo azul que se abría para ellas invitándoles a salir . Como le habían prometido a Henry debían regresar antes del ocaso del sol que para esas alturas del calendario, ocurría a media tarde.
Emprendieron el corto viaje con la calesa descapotable y por detrás , las acompañaba un carro con la Guardia.
Cruzaron el río Devon , luego recorrieron unas millas entre ondulaciones irregulares, recodos y curvas por una estrecha ladera de la colina y al llegar a una bifurcación del camino se adentraron sobre una llanura arbolada donde, ya se divisaba la casa solariega de la señora Clifford.
La dueña de casa y su hija esperaban por ellas en el umbral de entrada acompañadas en fila por un poco más de media docena de empleados...
-¡Lady Parcker...Miss Ami! , es un honor recibirlas y abrirles las puertas de nuestro hogar, gracias por vuestra visita -hablaba la mujer mientras que con hija hacían reverencias cordiales, luego de los saludos fueron invitadas a pasar a tomar asiento una sencilla pero coqueta mesa del comedor diario , después de comenzar a degustar el té con galletas y tartas , compartieron charlas amenas , se escucharon con atención y se respondieron adecuadamente, la conversación se trasformó en un verdadero intercambio de ideas y no sólo de gente esperando su turno para hablar con palabras intranscendentes. Lily no cayó en equívoco al evaluar a las mujeres ya que no denotaban ser proclives a lujos o cosas materiales y sus formas de ser no eran extravagantes ni frívolas , lo que las diferenciaban de la rancia casta aristocrática
-Milady , gracias por venir-la mujer no dejaba de mirarla con agradecimiento. -Usted debe saber que esta visita puede traerle enemigos(...) Comprenderá que ambas estamos solas desde que la guerra se llevó para siempre a mi esposo el almirante Clifford y que , hemos pasamos con mi hija muchas vicisitudes, pero que sin embargo, Dios ha puesto la mano sobre nosotras y nos bendijo con la llegada de mi nietito.
