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Un suspiro es un prisionero que escapa de la cárcel del alma. Un suspiro es el aire que roza la palabra. Un suspiro es el resumen, la posdata. Un suspiro es la poesía ahogada... Alejandro Sanz
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La llegada al mundo de Maximilian fue toda una revolución que les había cambiado totalmente la vida . Lentamente y con cierto temor se iban acostumbrando a las necesidades del pequeño , afrontando la nueva responsabilidad en ser padres .
Desde el primer día en que Lily había recuperado las fuerzas , hizo mover la cuna del pequeño a la habitación matrimonial . La joven madre, a diferencia de otras mujeres de rango, preferió pasar los días y las noches junto a su hijo brindándole todos sus cuidados .
No obstante , las estancias de la nursery se conservaban intactas para aquellos tiempos donde sus obligaciones como Condesa no se lo permitiera .
Pese a todas las difícultades de esos primeros tiempos , Lily se iba adaptando de a poco a la maternidad , pero el trabajo era duro y muy difícil . Tanto ella como el conde comenzaron a disfrutar de la crianza de Max y se centraban únicamente en él con todo amor , era lo que los mantenía juntos y lo que les hacía colmar los anhelos en sus corazones , pero debían mantenerse quietecitos a los deseos físicos .
Max crecía rápidamente comenzando a reconocer a sus padres y en los momentos en que permanecía despierto , aunque estuvieran exhaustos , lo cargaban y lo paseaban por todas partes hablándole , mostrándole el paisaje por las ventanas o llevábandolo por los rincones de la casa nombrando los objetos como si el bebé lograra entender .
Lily lo arrullaba para hacerlo dormir, le daba charlas al darle el pecho , le cantaba cuando le cambiaba el pañal , al bebé le encantaba el sonido de las voces y comenzaba a seguirlos a ellos reconociéndolos con la mirada .
Los domingos por la mañana el padre lo traía a la cama , lo sentaba entre sus piernas en alto , lo hacía aplaudir con sus pequeñas manitas y le enseñaba a jugar al peekaboo , “dónde estoy...aquí estoy”
