Capítulo 26. Un rescate suicida.

406 37 1
                                    

El primer paso de nuestro plan salió bien: secuestrar a Teresa. Y gracias a la actuación poli bueno y poli malo entre Thomas y Gally, logramos que nos diera una buena parte de información sobre las instalaciones de Cruel. Ahora sí que podríamos terminar de concretar nuestra forma de entrar, de salir y las posiciones de cada uno. Además, nos ha quitado los localizadores que Cruel nos puso tiempo atrás en el cuello. Sus cámaras ya no podrán detectarnos.

Me hubiera gustado encerrar a Teresa en otra habitación, pero Gally insiste en que no va a quitarle los ojos de encima. Así que, sin importarme su presencia, les relato a los demás lo que me ocurre con Janson sin escatimar en detalles: nuestra relación, por qué me infunde tanto miedo y por qué no voy a poder estar tranquila hasta que no le vea morir con mis propios ojos. Los chicos no tardan en pedirme perdón y se disculpan por haberme acusado en ese tono de voz. Al parecer hablar las cosas de forma calmada sí que funciona. Así que me prometen que una vez que Minho esté a salvo, nos encargaremos de Janson.

- Gally. – le llamo antes de que se aleje a por las armas. – Siento haberte dicho todo eso. No eran más que tonterías que se me ocurrieron cuando estaba enfadada. No lo pienso de verdad.

- Lo sé. – asiente. Mantiene el semblante serio, pero por lo menos cree mis palabras. – Perdí a todos los chicos del Claro en dos días y no pude despedirme de nadie. No quería que pasarais por lo mismo. Ni tú, ni ellos.

Asiento agradecida porque sé que lleva razón y que desde un principio debía haber confiado en el grupo. Son mi familia. Son todo lo que me queda. Me pongo de puntillas para abrazarle, pasándole mis brazos por la nuca y hundiendo mi rostro en su cuello. Necesitaba hacerlo y sé que él también cuando me rodea y respira hondo, como si ese simple gesto consiguiera calmarle. Cuando nos separamos él se marcha y yo me quedo ahí, pensando en los últimos detalles. Me sorprende que la siguiente persona en acercarse a mí sea Teresa.

- No sabía lo que Janson te había hecho. – me asegura. Aunque parece sincera, recuerdo que es una traidora y una mentirosa y la miro con asco.

- ¿Qué te importa a ti?

- Estoy convencida de que está infectado. – añade haciendo caso omiso a mi desdén. – Esos sueros le importan. Tal vez puedas aprovechar eso para encontrarle.

Es ella la primera que pone distancia entre las dos sin esperar respuesta alguna. Me quedo pensando en ello hasta que veo a Newt observándome. Pienso que cuidaba que no me abalanzase sobre Teresa, pero no tarda en hacerme un gesto de cabeza indicándome que subamos arriba. Ya me ha mencionado que hay una azotea con unas vistas preciosas.

- ¿Te duele el corte del cuello? – me pregunta tras sentarnos al borde del edificio. Delante de nosotros se levanta imponente el muro que aísla el núcleo de la Última Ciudad.

- Solo me escuece un poco.

- Sí. Tampoco es para tanto.

- ¿Y tú brazo? – me animo a preguntar. No quiero agobiarle pero es algo que no deja de pasear por mi cabeza.

- Igual que antes. – me asegura. – No hemos hablado sobre Gally desde que le hemos reencontrado.

- ¿Qué quieres hablar?

- ¿Esto cambia algo? – cuestiona. No parece nervioso por la respuesta que vaya a darle, pero arruga el ceño y tuerce el morro constantemente. – Quiero decir, cuando nos besamos fue una vez creímos que Gally había muerto. Pero él estuvo primero.

- Sí, lo sé. Recuerdo lo que pasó y la conversación que tuvimos. – le aseguro. – Pero Newt, esto no cambia nada. Me alegro de que Gally esté bien y que vayamos a unir fuerzas, pero sigo queriendo estar contigo.

Incluso si no te recuerdo | Maze RunnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora