¿Quién? ¿Por Qué?

195 14 5
                                    

Dov estaba aquella noche sólo en la casa. Su hermana estaba estudiando en Granada, su hermano de fiesta y sus padres en una "cena" de empresa y sabía que no volverían pronto. Dov no podía dormir, su inquietud por saber quién de sus conocidos no era quien él pensaba no le dejaba. ¿Alguno de sus amigos sería un hechicero? Pero, ¿quién? Además, Damián no le había dicho nada de que fuera un hechicero ni nada de amigos, y eso no ayudaba al sueño de Dov, y finalmente se decidió por preguntar directamente al día siguiente.

Y el día siguiente llegó. En el recreo, faltaba Rubén.

-Dov: ¿Y Rubén?

-Dani: Vagueando, cómo siempre. Parece mentira que no lo conozcas, Cristób... quiero decir Dov.

-Dov: ¿Y Anás? Anás es vago como el que más pero no le dejan saltarse el instituto.

-Raquel: Ya no dices cosas graciosas en todas las frases -Pone su famosísima cara de traumatizada-.

-Dov: Lo siento. Estoy en una situación muy difícil ahora mismo y me cuesta fingir cuando sabéis que yo no soy así.

-Luis: Si quieres mi opinión, Anás está muy afectado por lo de descubrir que eres un impostor.

-Itzíar: Eso te lo conté para que guardaras el secreto, Luis. -Le reprochó.-

-Dov: Eso ya lo sabía. -Inspira profundamente.- Lo escuché en el hospital. Sabéis muy poco de mis capacidades.

-Dani: Cuenta, cuenta.

-Dov: No es el momento, antes de despedirme tengo que haceros unas preguntas.

-Raquel: ¿Despedirte? -Dov la interrumpe.-

-Dov: Necesito que me seáis sinceros sobre si sabéis algo que el resto no sepa y crea imposible.

Todos le afirman que no saben de qué está hablando.

-Dov: Por favor, si sabéis algo decídmelo en privado. Es muy urgente.

Entonces se fue diciendo:

-Dov: Rocío.

-Rocío: Dime.

-Dov: Historia de España te lo da Miguel, ¿no? Pues dile que me voy y que no volveré.

Así, Dov salió, saltando la valla -La que da al exterior, no al instituto vecino.- con una facilidad impresionante y se fue.

Dov escribió una carta con su característica firma humana contando absolutamente todo lo que pasó, para llevarla a su casa y dejarla en la mesa del comedor. Entró cuando no había nadie en casa, cogió lo necesario en una maleta, y se fue. No podía continuar la búsqueda al mismo tiempo que fingía, y aunque sentía pena por su familia humana, Dov había vivido demasiado como para preocuparse por algo que era incomparable con las atrocidades que había sufrido en su vida. Además, por si las moscas, en la carta añadió que si sabían algo anormal, pegaran un folio a una ventana por fuera con fiso para avisarle, aunque ellos no sabían nada.

Sólo tenía una misión: encontrar a la persona a quien se refería Damián. Llevaba muchísimos siglos esperando este momento, volver a ser él mismo. Como los dragones no morían de viejos, él tampoco lo hacía siendo humano, por lo que pudo dedicar tiempo a eso, pero nunca encontró ni la más mínima pista hasta ahora.

Dov se dirigió a casa de su amigo Anás, que no vivía en la misma ciudad, sino que vivía a 20 minutos en coche en una ciudad costera. Durante el camino añoraba sus alas, que tan poco tiempo tuvo para disfrutar. Se añoraba a sí mismo y se decía: "Vamos, estamos más cerca. Pronto. Muy pronto.". El viaje se hizo eterno. Pero por fin una hora después llegó a la ciudad y 15 minutos después a casa de su amigo. Allí tocó el timbre de su piso.

-Dov: ¿Está Anás?

-Anás: -Se toma su tiempo y suspira.- Sí. ¿Qué más desea su majestad de mí? -Dijo con un tono entre cabreado y triste.-

-Dov: Lo siento Anás. Siento haberte hecho daño, pero necesito preguntarte algo. Es muy urgente.

-Anás: A Cristóbal le hubiera respondido la pregunta.

-Dov: ¿Y qué querías que hiciera? ¿Querías que te dijera en la cara que no soy Cristóbal cuando tenías 8 años?

-Anás: Al menos ahora mi vida tendría sentido.

-Dov: No siempre tenía que fingir. -Dijo lentamente.- A veces, me lo pasaba en grande contigo. Me gustaba estar contigo. A veces era realmente feliz estando contigo. Y siendo humano. Cuando estaba contigo, olvidaba que quería volver a ser yo de nuevo. Pero ahora que no estás tú, solo necesito que me respondas a una única pregunta, para volver a ser feliz. Feliz como lo era cuando estaba contigo y no me importaban las miradas ajenas. Por favor.

-Anás: -Estuvo reflexionando sobre los buenos momentos que pasó con el falso Cristóbal.- Vale. Pero será la última vez que oirás mi voz.

-Dov: ¿Sabes de cualquier cosa que hayas visto alguna vez fuera de lo normal? Cualquier cosa rara que hayas visto.

-Anás: -Anás reflexionó un rato y dijo muy convencido.- No. Ahora vete.

-Dov: Lo siento.

Dov colgó el telefonillo y dió media vuelta. Durante todo el camino estuvo recordando los tiempos en los que lo pasaba bien con Anás. Se le escapaba alguna lágrima, y cada vez con más frecuencia. Le tenía mucho apego, a su lado no pensaba en su forma draconiana y lo mucho que deseaba volver a ser un dragón. Después de una hora de reflexión durante su camino de vuelta, concluyó que la herida que había dejado en Anás era demasiado grande y que lo mejor era seguir buscando al conocido mencionado por Damián.

Palabras De Dragón: Uno De EllosWhere stories live. Discover now