V. porque fuerte es el amor

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El Consejo Marcial se reuniría en tres días para determinar su castigo. Jiang Cheng no hablaba con él, ignorándole por completo. Lanling Jin apretaba cada vez más las cuerdas y asfixiaba a su secta, pidiendo todas las investigaciones y creaciones, además del relevo de Wei Wuxian de sus cargos y responsabilidades mientras se llevaba a cabo una investigación sobre sus supuestos crímenes (que iban desde robo de tesoro a una secta menor, a la muerte de una larga lista de cultivadores por espíritus malignos, como si todas las criaturas demoniacas del mundo estuvieran bajo su control).

Jiang Yanli no podía venir a visitarle, ahora casada con el heredero de los Jin... y con un embarazo temprano de su primer hijo.

Había recibido la noticia en una extensa carta, que le había hecho derramar lágrimas de felicidad y tristeza. ¡Estaba tan orgulloso de su hermana! Pero no había podido asistir a la boda, probablemente no podría asistir a los festejos que celebrarían en honor al bebé por nacer...

Se sentía casi excluido de su vida.

A veces tenía miedo que su amada shijie simplemente se olvidara de él.

Al igual que Jiang Ch... Wanyin.

El aire en la residencia principal de Lotus Pier no podía ser más tenso. Así que tomó algo de dinero, puso a A-Yuan en un cabestrillo en su espalda (la abuela necesitaba descansar, y el resto de refugiados estaban ocupados contribuyendo en lo que la secta pidiera, ganando un poco de amabilidad por parte de los discípulos, que les llevaban ropa y comida, con algunos incluso ayudándoles a arreglar las viejas casas que se les había asignado una semana atrás, lejos de los edificios principales pero dentro del corazón de la secta, para mantenerlos vigilados.

A-Yuan solo reía mientras Wei Wuxian ponía en uso una vieja barca, revisando que no tuviera golpes o roturas. Limpió el interior del polvo, colocó algunas mantas y sentó al niño dentro, con algunos juguetes. Necesitaba que empezara a ambientarse al vértigo de los barcos y los viajes acuáticos, si iba a vivir aquí.

Dándole al pequeño la medicina camuflada con un jugo dulce, remó hacia el centro del río y dejo que la corriente los llevara en dirección a una pequeña ciudad portuaria que deseaba visitar: unos shidis habían denunciado algunos negocios raros en una casa de apuestas, así que podría encargarse de ello y darse un respiro de Lotus Pier.

Un respiro de toda la tensión que había a su alrededor.

Extrañaba los viejos tiempos, realmente. Cuando Jiang Cheng y él podían pasar la noche viendo las estrellas, disfrutando de la sopa de costillas de cerdo y raíz de loto de shijie, escapando de los gritos de Madam Yu, sonriendo bajo la tranquila protección del tío Jiang...

¿Cuándo la vida se había vuelto tan oscura?

Volvió a poner en el cabestrillo al pequeño que tenía a cargo, y comenzó su camino hacia la casa de juegos de la ciudad. Vistiendo colores sobrios, no debería ser reconocido por nadie, más con un niño en sus espaldas.

Se sentía bien, no recibir miradas. El anonimato.

Ser el Patriarca Yiling era agotador.

OoOoOoOoO

Regresó al Muelle de Loto, con el Segundo Shidi esperándolo junto a un niño.

- Este es nuestro nuevo recluta, Da Shixiong...

Miró al niño, que no podía tener más de doce, once quizá. Ojos grandes e inocentes, un poco asustados. Rasgos que predecían que en el futuro sería un chico bonito.

Rasgos que le recordaban a alguien.

- ¿Tu nombre, shidi?

- Mo Xuanyu, senior.

Una Historia de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora