|CAPITULO SIETE|

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Si antes tenia posibilidades de llevarse bien con el, ahora esas posibilidades se volvieron un insignificante cero a la izquierda.

Lo había golpeado hasta más no poder; sentir sus nudillos rotos y el llanto inaudible de Jisung se había vuelto placentero en el momento.

Pero ver el pequeño cuerpo en el piso, con uno que otro pequeño charco al rededor borró todo el placer que sintió en ese momento. Seguía ahí, sentado frente al chico que apenas podía respirar.

Jisung tenía un aspecto deplorable, daba lastima el pobre chico; todos escuchaban los gritos de dolor del rubio, gritando por ayuda.

Nadie enfrentaba la furia de Minho, nadie quería terminar como los antiguos residentes de el ojinegro; y ya se veía el porque.

— ¿Volveras a verte con el?— Minho se puso de cuclillas frente a el.

Jisung por su parte no tenia ganas de responder o de mirarlo, el ojinegro se atrevió a golpearlo sin piedad; y sólo porque su amigo lo defendió.

Cosa que el jamás llegaría a hacer por si mismo.

Pero no esta vez...

— N-no es tu proble-ema — dijo a poca fuerza, sentía que con cada palabra perdía más fuerza.

— Si lo es, eres mi residente — Minho tomo a Jisung para llevarlo a su habitación.

Jimin con su poca fuerza, empujó a Minho alejándolo.

— Exacto soy tu residente... No soy de tu propiedad — escupió Jisung de forma grosera.

— ¿Quien te ha dicho que no lo eres?— Minho le sonrió de lado al rubio.

Aun con ese aspecto se veía realmente adorable.

— No te quiero en mi vida — empezó a soltar pequeños hipidos, mostrando sus ojitos rojos con lágrimas a flote — Me golpeaste — sorbió bruscamente su nariz — ¿Crees que te perdonare esto así de fácil?

Jisung con una mano se levanto, observando todo dar un pequeño vuelco, como si estuviera hebrio.

Minho observaba de forma callada todo lo que Jisung podía afrontar el sólo, no se preocupaba si no le quería dirigir la palabra; de cierta forma no lo necesitaba, y en la otra forma debía hablarle a la fuerza; el era su paciente y el su residente.














«Too Many Face»

— Jisung... — su padre se acercó desconfiado a su hijo.

— Todo esto es tu culpa— el rubio mantenía una pequeña compresa de hielo en su mejilla y algunos almohadines en sus rodillas rotas — Si no me hubieras aceptado en este puto lugar, estaría bien.

El señor Han aceptaba que le había cagado la vida a su hijo; ¿que podía hacer? Nada, a el solo le importaba estar vivo.

No le importaba ni jodas si su hijo moría en las manos de Minho.

—  Lo se, por eso te daré un día libre — su padre removió el cabello de su frente — eso si, si te llamo por Minho debes venir.

— Si... — susurro a medio oír, no quería verlo ni en pintura.

Al menos podía alejarse por un par e hora, era lo que necesitaba.

Alejarse de Minho...

Su padre lo dejó sólo por la segunda sombra en compañía; Changbin.

— ¿Te iras?— preguntó ChangBin con aire triste.

— No me voy tonto — sacudió sus cabellos — solo necesitó alejarme un poco— le sonrió a medio ver.

— Alejarte de Minho... ¿No?— Jisung asintió apenado, no le gustaba que lo vieran de esa forma tan asqueada.

Felix entró a la habitación con un avión de papel en sus manos, al ver a Jisung en ese estado se coló detrás de ChangBin.

— Binnie... — felix se aferraba a su residente — ¿Porque Jisung esta feo?

ChangBin palideció, no sabia que decirle, miro con lástima a Jisung.

— Fue Caritas— Jisung se acercó a Félix quien retrocedió — No te preocupes, es una mascara.

Felix sonrió extrañado pero asintió; Jisung  aún no podía entender como felix parecía un niño.

— ¿Que edad tiene felix Changbin? — Jisung alistaba su mochila con dolor, todo su cuerpo dolía.

«Primero los vidrios y ahora esto» dijo subconsciente mente.

— Oh Lix — tomo la manita del chico que hacia sonidos de avión — tiene 19 años de edad, yo le soy mayor por un año — beso la mejilla del chico castaño, quien automáticamente se volvió un tomate.

— Se ven muy lindos — tomo su mochila guindando la en su hombro.

— ¡Binnie dijo que soy su....— las palabras del castaño se atropellaron por la mano d ChangBin en su boca.

— ChangBin — advirtió Jisung con una sonrisa picara — Puedes confiar en mi.

ChangBin respiro hondo, quito la mano de la boca de felix y las acciones bastaron para saber lo que iba a decir felix; el pelinegro había tomado las mejillas del pecoso, acercándolo a el, dejando un suave beso en sus labios.

— No le digas a nadie por favor — ChangBin le dio un apretón a modo de súplica a Jisung.

— No te preocupes — le sonrió — nos vemos en un par de horas tortolos.

Cerro la puerta de su habitación con cautela, miro sus zapatos algo sucios...

¿Sucios?

Se agacho de forma severa y lenta, observando la suela, paso su dedo por ella.

— pero... Que mierda — limpió su dedo con el borde de su chaqueta.

— ¿Sucede algo?— preguntó un chico de cabello largo.

— Si.. Hay sangre en el piso — se levantó mirando al chico.

El de cabello lavanda lo miró extraño.

— Yo no veo nada — el chico se encontraba mirando el suelo. Jisung miro el suelo de nuevo, tenia razón, no habia nada.

— Ya me estoy volviendo loco— le sonrió a modo de broma — olvidalo.

Tomo curso a la entrada aún sin haber creido la escena de hace segundos.

«Minho me esta volviendo loco» sus adentros le decían eso cada segundo.





















«Too Many Face»

— Ese hijo de puta — Seungmin apretaba fuertemente la almohada entre sus piernas — ¡Te dejo horrible Sunggie! — el menor miraba con desaire su rostro, además de verse cansado, los golpes le daban ese estilo de; loco — ¿Porque no le diste su merecida patada en las bolas?

— No pude — tomaba con calma su bubbletea — ¿porque le diste la dirección a JinYoung?

Seungmin cambio su rostro a una de total confusión.

— ¿De que hablas Sunggie? — seguía con la intriga encima.

Y el era amante del drama.

— JinYoung me dijo que tu le diste la dirección del Psiquiátrico, así que ayer fue a verme y... — trago duro recordando — Minho se puso molesto.

— Tal vez le gustes al enfermo— dijo sin mucho aire, de forma relajada y sincera.

— No lo creo, me golpeo.

Esta enfermo Jisung no va a a ser jamas una persona normal.

Y tenía razón...

𝑇𝑜𝑜 𝑀𝑎𝑛𝑦 𝐹𝑎𝑐𝑒 Where stories live. Discover now