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-¡Ey, Yoshio!

Shoji vino tras mío, pues claro, me fui sin decir nada. Tomó mi hombro y seguimos caminando a la par.

-Lo siento, no debí decirle sobre el plan...
-¡No es eso, no me importa!
-¿Entonces por qué estás así?
-Tiene una marca en su cuello. Un chupetón.
-¿Es eso? Pero al menos pregúntale... Ayer me dijo que había ido a casa de sus abuelos y que los mosquitos le dejaron muchas picaduras.
-¿En serio?
-¡Sí, tonto! Ve a hablarle, no parece enojado.
-Voy a esperar a la tarde, no quiero ser molesto.
-Como gustes.

Después de clases, Kimura vino a mi curso, cuando miré a Shoji preguntándome cómo sabía que íbamos a hablar, su cara me respondió. Shoji le dijo que quería hablarle... ¿Por qué hace este tipo de cosas? No estoy listo para esto...

-¡Nos vemos, chicos! Que se diviertan.

Shoji pasó a nuestro lado, tocando los hombros de cada uno, como para darnos ánimo, o no sé. Sonrió y se fue.

-¿Salimos? Estoy harto de estar acá, hace bastante frío.
-Eh, sí... ¿Quieres ir a algún lugar? -Hablé mientras caminábamos a la salida del edificio.
-Sí. Podemos ir a mi casa.
-Ahh...
-Eh, bueno, no... Podemos ir al parque. -Dijo tímido.
-No, tu casa está bien.
-Ok... Vamos.
-En tu cuello... ¿Qué es lo que tienes en el cuello? -Dije como si fuera una pregunta que no me interesa hacer.
-Ah, cierto... Es una picadura... Mamá me llevó a la casa de mi abuela, allá hay muchos insectos.
-Ya... Me siento muy mal por haber actuado así antes.
-No te preocupes, es mi culpa.
-Sí, es tu culpa... Porque tienes una boca tan besable.

Él me miró sorprendido. Sus ojos son muy lindos, su mirada es tan serena y pacífica... Me mira igual que cuando nos conocimos.

Llegamos a su casa, entramos. Él tomó mi mochila y la puso junto con la suya sobre un sillón.

-No hay nadie, así que puedes estar tranquilo. Puedes sentarte ahí, ¿Quieres tomar algo?
-Agua.
-¿Sólo agua?
-Sí.

Estábamos en la cocina, había un mesón y al frente tres bancas. Me senté en una de ellas, luego él me dio un vaso de agua y se paró al otro lado del mesón, mirándome.

-¿Sobre qué me querías hablar? -Me miró fijamente a los ojos.
-Bueno... Sobre lo que pasó el otro día.
-Ah.
-¿Shoji no te dijo?
-¿Qué? ¿Cómo? ¿Él sabe?
-Ah, sí... Lo siento. ¿Te molesta?
-No... Pensé que... Bueno, no sé.

Apoyó sus manos en el mesón. Extendí mi mano y con la punta de mis dedos toqué su mano, él no mostró una reacción. Me levanté de mi lugar, me acerqué a él y cuando iba a besarlo él giró su rostro.

¿Amor? ¿Qué es eso? [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now