El amor, en inglés.

CAPÍTULO II - LA CASA DE CHAMARTÍN

"Oye, id tirando que tengo que hablar con Olimpia." se excusó Yolanda, recogiendo sus cosas con prisa para ir a hablar con la mujer. Esperaba ansiosa a que le diera la segunda carpeta con sus deberes, totalmente convencida de que había clavado los ejercicios que le había mandado ese mismo lunes. Vio como Fer cogía su móvil, una llamada de su madre entrando.

"Vale tía, pues te esperamos en la clase de biología, que Arturito está tocapelotas últimamente con lo de llegar tarde."

"Te juro que si fuera legal le pegaría un tiro..." David rió, causando que su novio le mirase con rabia y señalase su teléfono para indicarle que seguía hablando con su madre. "Bueno, un tiro pequeñito, así en la pierna para que le duela pero no lo mate."

Se alejaron entre risas, dejando la clase vacía a excepción de las dos mujeres. Yolanda se acercó, recibiendo una sonrisa por parte de la otra. "Bueno, no ha ido tan mal, la verdad. En el examen quedó claro que el condicional y los false friends no lo llevas muy bien, así que te he puesto bastantes ejercicios de ello. Quiero que me hagas una redacción usando el presente y otra los condicionales, así le coges el ritmo. Pero primero haz los ejercicios. Y te he puesto un enlace apuntado detrás, es un video de pronunciación. Prueba a ponerte en casa cuando tengas un momento. Que entre lo de ser la representante de los alumnos y montar una revolución contra Enrique, tendrás que sacar el tiempo para estudiar de debajo de las piedras."

"Sí, la verdad es que me ha costado bastante ponerme a hincar los codos estos días."

"Bueno, seamos positivas. Gracias al examen sabemos qué es lo que necesitas mejorar y reforzar."

"Todo, básicamente."

"Pues mira Yoli, no. Sorprendentemente lo que mejor llevas son los verbos irregulares. Conjugarlos no se te da tan bien, pero al menos te los sabes."

"Hombre, con el sing sang sung ese pues normal, si es que son muy fáciles."

Las dos sonrieron, mirándose a los ojos hasta que a la mayor le sonó una alarma del móvil. "Ay, por cierto, necesito que empieces con lo de canguro esta tarde, ¿te parece bien?"

"Claro, sí." Yolanda asintió, para después mirar a la otra con curiosidad. "¿Has quedado con Vaquero?"

"No seas cotilla." contestó Olimpia, cogiendo su gran carpeta y metiéndola en su maletín, para luego ordenar sus bolígrafos y guardarlos también. Acabó suspirando ante la atenta e intrigada mirada de la otra, que esperaba en silencio a que le dijera algo más. "En realidad ya no estamos juntos... Pero bueno, que ahora tengo que ir a hacer unos pocos recados, y como luego tengo que hacer tareas de casa he pensado que podías venir y así te habitúas a estar con Darío y sabes donde vivo para que vengas cuando tengas que venir."

"Vamos, que lo que quieres es ponerme a prueba y no quitarme ojo en toda la tarde mientras planchas."

"Una no se compra un coche sin darle una vuelta antes."

"Pues mira, no soy yo muy de coches pero ahí te he pillado la metáfora. Es como cuando vas a comprar bragas en el mercadillo y la gitana te las estira ahí bien estiradas para que veas que no se rompen."