Promise You.《Muke Clemmings》

12.3

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Luke se encontraba abrazado a Skyler durante la noche, Ashton decidió que era mejor estar lejos de Michael al menos esta noche y los había llevado a su casa. El rubio no conciliaba el sueño, quería llorar, gritar, decirle a Michael que no era su culpa nada de lo que estaba pasando, pero sólo estaba ahí, recostado e intentando no llorar, solo pensaba. Pensaba hasta que grado la muerte del bebé afectaría a Michael, pensó cuanto tardaría su novio en entender que no era culpa suya que Cassie cruzara la calle. Pensaba en cuando tendría a su novio de regreso. Sin darse cuenta, eran ya las tres de la madrugada y aún no dormía.

Mientras tanto, Michael estaba en su habitación, sin hacer nada más que respirar. No extrañaba a Luke, a este punto, no recordaba que no estaba ni que lo había agredido, simplemente respiraba y miraba por la ventana. No estaba consciente del daño que se hacia, del daño que le hacía a Luke, el temor que ahora despertaba en él y en Skyler, haciéndolos pensar que él podría perder el control en cualquier momento. Habían sido tantas cosas en tan poco tiempo, que no le daba tiempo de pensar en que tan rápido estaba perdiendo a Luke, en como lo alejaba con sus palabras y, ahora, acciones. No tenía contemplado hacer sufrir a su novio, pero ya lo había hecho y nada cambiaría.

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Y así pasaron dos meses.

Ashton pasaba por Skyler para llevarla al colegio, Luke no salía de su habitación, no podía moverse al saber que tan dañada estaba su espalda, a pesar de ser dos meses de eso, Calum estaba al pendiente de él, observando como huía de Michael por temor a que fuera a gritarle que era su culpa. Lo peor, es que Michael ni siquiera notó cuanto dañó al pobre chico.

Luke miraba por el balcón, ya era marzo, las flores saldrían dentro de poco, pero, aun así, ya no tenía una vista bonita de la ciudad como aquellas que tenía cuando abrazaba a Michael. Ya sentía que su historia terminó.

Michael ya no tenía ganas de salir, solo lamentaba en silencio la pérdida de su hijo, sin importarle nada más. En marzo se tenía contemplado su nacimiento, pero ya no más. Simplemente estaría ahí por más días, y así hasta que se sintiera capaz de hacer algo. Fue ahí cuando Calum entró sin permiso y lo obligó a tener una plática con él.

-¿Qué rayos pasa contigo? Entiendo que fue algo duro, pero éstas arrastrando a todos en esto. -Dijo Calum mirándolo.

-No arrastro a nadie.

-¿No? ¿Seguro? ¿No te encargaste de hacer sentir a Luke culpable el último mes? ¿Ashton y yo no hemos cuidado a Skyler porque tiene miedo de estar contigo? ¿No golpeaste a Luke mientras gritabas que él tenía la culpa? Dime, ¿no lo hiciste?

-¿Luke se siente culpable?

-Lo hiciste sentir culpable. Aún lo haces, sigues apartándolo cada vez más de ti. ¿Sabes qué? ¡Lo lograste! Dudo que quiera acercarse a ti después de todo lo que has hecho. ¿Él que culpa tiene? ¿Cassie no pudo esperar a que la ayudara? ¿No pudiste tú ayudarla? Luke no tiene la culpa, tú tampoco, pudo ser cualquiera y lo sabes. Luke ya no duerme, no come, a veces Skyler pregunta si respira, lo único que dice es que tienes razón, que él tiene la culpa; acabaste con Luke y no te das cuenta. Pero, vaya, Luke está pagando muy caro haberse enamorado de ti.

Y Calum salió de ahí, satisfecho de saber que eso haría recapacitar a Michael. Y así fue, porque Michael salió de su habitación y se postró frente a la puerta de la siguiente habitación. Vio a Luke mirando por la ventana, preguntándose que pensaba. Mientras el rubio solo quería regresar el tiempo, volver a encontrar la dulzura en la voz de Michael, volver a los momentos donde él le decía cuanto lo quería, las noches de películas, las noches de juegos con Calum y Ashton, pero ya no había nada por hacer. Se sentó tras él en la cama, observó como las mejillas de Luke un poco hundidas, su cabello era un desastre, no se movía, no parecía saber que su novio estaba ahí. Solo miraba a la ventana. Michael se levantó y caminó al otro lado de la cama y se hincó frente a él, mirando sus ojos. Los cuales, se notaban totalmente apagados, sin el brillo que mostraban cuando veían a Michael.