Capítulo 18

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Incluso las verdades pueden ser falsas y las mentiras ciertas. 
En este lugar, todos se convierten en alguien con un pensamiento Moral y un Juicio perfecto.

UGH! 

(...)

Esperó por él todo lo que fue posible para las miradas de los otros, con fuerte control de su indignación, su vergüenza y sus sentimientos pisoteados. ¿Cómo pudo burlarse así de él, que tan dispuesto estaba para ayudarlo en sus propósitos sin hacer preguntas? Y entonces, a unos minutos para la media noche, Kevin continuó sumergido en sus pensamientos, a la espera, dedicado a mirar más allá de todos los que se acercan, hacia todas las direcciones de entrada al salón de fiestas de la familia Crown, deseando y anhelando y soñando con un par de ojos verdes enmarcados de pestañas delgadas y claras. Sin embargo, el tiempo pasó, desde las veintiún horas hasta las veintitrés cincuenta y tres, y su cita no llegó a pesar de que recibió un único mensaje poco antes de bajarse de su auto en la entrada principal de la casa Crown: "Sí voy a llegar, tu solo espérame cerca de la puerta principal."

Y eso hizo, fingiendo estar preocupado por su cita cuando en realidad estaba tan furioso y decepcionado. Cuando se decidió a no ser más un idiota y unirse a la multitud de invitados más allá de la posición de estatua que había asumido cerca a la entrada frontal de la casa Crown, continuó atento a los demás espacios de ingreso, sin obtener resultado. Su celular, con acceso inmediato a un único chat, vibró en el bolsillo de su chaqueta elegante. Dejó su quinta copa vacía sobre una bandeja y se apresuró entre cuerpos y voces hacia la salida; en la mitad de su marcha, las luces titilaron una, dos, tres veces, hasta que la oscuridad reinó, al igual que el silencio, opacando los anteriores murmullos y risas recatadas de los otros invitados.

"Llegué"

El sonido de una voz suave y profunda inundó el salón, y un reflector verde brillante rodeó una figura delgada, alta y estilizada, una joven mujer cubierta de ropa blanca, mechones de cabello rizado rojizo cayendo exageradamente hasta el suelo. Su rostro maquillado en exceso tenía una forma conocida y cautivante, los ojos azules tan brillantes llamaron la atención de los presentes por el inusual tono. Ella cantó, delicadamente bailando con movimientos lentos, y hechizando con su voz al girar entre los invitados; rodeó a Kevin, bailó invadiendo su espacio personal, con los dedos de largas uñas negras engarzados en su hombro mientras dio vueltas entre armoniosos saltos a su alrededor.  

El espectáculo de media noche había iniciado y Kevin olvidó, de momento, que su cita no estaba cerca.

El reflector la siguió, ella dejó atrás a Kevin sin tocar a nadie más, cantando tan bellamente para todos, atrayendo la atención, actuando una dulce historia en forma lírica. Tiró de la cinta dorada alrededor de su cintura  y el manto blanco que daba forma al vestido cayó a sus pies, revelando un brillante conjunto dorado rodeando la delgada figura tan femenina aunque carente de voluptuosidad, no de hermosura; piernas largas y pálidas, pies delicados de uñas pintadas de color oscuro: Unas bellas alas de tela roja se extendieron hacia los lados, largas y puntiagudas, llamativas. La pista que acompañaba el canto empezó a cambiar, sonidos de tambores envolvieron la atención de los presentes, y el delicado baile se convirtió en un ritual de danza sin palabra, sin canto, en el cual la hermosa joven se desplomó al suelo entre su largo cabello, luego cubierta por su manto blanco por las manos de un hombre, llevada hasta atrás de un escenario cuidadosamente organizado cerca al acceso lateral al salón.

El reflector se apagó, la música cesó, el silencio se extendió en sesenta segundos y de pronto, el coro de la canción inicial resonó de nuevo, y de nuevo, los mismos tres versos, extendiéndose como un rezo al cielo. Las cortinas rojas se abrieron, el cuerpo de la mujer fue dejado en medio del escenario de madera, boca abajo, aún escuchandose su voz cantando a pesar de tener los labios sellados, las alas extendidas hacia los lados; en un movimiento brusco, inesperado, ella giró el rostro como si estuviera despertando de un sueño, pero como en una pesadilla, su boca cubierta por un pañuelo, sus ojos ahora oscuros de maquillaje fuera de lugar. Pataleó en el suelo sin poder ponerse en pie, torpe y fuera del acorde de la música, entonces sobre ella cayó un líquido incoloro con un fuerte olor que no llamó la atención como debería, pues todos estaban a la espera de un final que pronto llegó. Ella empezó a arder en fuego, alaridos, sollozos, lamentos ahogados, todos observaron pero nadie se movió, maravillados, atrapados por un embrujo que se rompió cuando Kevin corrió al escenario envuelto también en llamas y se desplomó sobre el cuerpo femenino. No era un acto, era real, y nadie ayudó.

inhumano (ls)Where stories live. Discover now