Honest [Pauki]

888 72 51
                                    

—¿Quién es? —me preguntaste, con mi celular entre tus manos.

—Ya sabes. —respondí, y pude ver tus ojos apagarse poco a poco, porque claramente, acababa de decepcionarte, tal vez por centésima vez. Y sabíamos que habría una centésimo primera. Probablemente, habría más de 110 veces.

Los dos nos quedamos en silencio. Seguramente estabas decidiendo que hacer; si quedarte, o irte.

Yo no dije nada, porque sabía que te ibas a quedar, que íbamos a evadir el tema de que era ya la veintigésimo novena vez que me metía con otra persona teniéndote a mi lado.

Me acerqué con cautela y vos alzaste la mirada. Nos miramos a los ojos. Me acariciaste la mejilla y mantuviste el contacto visual.

Me preguntaba como podías convencerte de que iba a cambiar, cuando incluso yo sabía que probablemente eso no pasaría. Me preguntaba que era lo que veías en mis ojos cada que decidías ignorar el tema y silenciosamente perdonarme.

Y aunque no sabía que era lo que veías, yo lo aprovechaba, siempre.

Perdón por ser tan egoísta, pero sos de las pocas personas reales que me quedan.

Sé que no te merezco.

En realidad, nadie te merece.

Hay millones de personas mejores que yo, que probablemente te valorarían como te lo mereces, y aun así seguís conmigo.

Ninguno dice nada, solo nos besamos con suavidad, pero puedo percibir tu tristeza con solo tu tacto en mi mejilla.

"Lo siento tanto", es lo que me gustaría y debería decir. Pero no lo digo, porque eso solo te pegaría más a mi, y una parte mía quiere dejar de hacerte daño.

Te separaste haciendo una mueca, y susurraste bajito.

—Tenes su olor... —me quedé en silencio, sin saber que decir. No habían palabras correctas; el silencio, por mas doloroso que fuera, era lo que realmente nos convenía.

Tomé tu mano suavemente y le di un pequeño beso, alzando la mirada a tus ojos celestes cielo.

—Vamos a darnos un baño. —propuse.

Espero que algún día me perdones por manipularte tanto.

[...]

—Traje sushi. —dije alegremente al ingresar a nuestro departamento, cerrando la puerta detrás mío y yendo por el pasillo hasta la cocina.

Me recibiste con una sonrisa amplia, porque hace mucho querías comer sushi, pero debido a que estaba sin trabajo no nos podíamos dar esos lujos. Me diste pequeños besitos en los labios y yo te abracé por la cintura, correspondiendo y dándote muchos más.

Nos sentamos a comer. Comimos con tranquilidad mientras te escuchaba hablar de como fue tu día en la universidad. Estabas estudiando arte, y estabas emocionado porque acababas de rendir una materia importante.

Lamentablemente, por mi culpa, tu felicidad duró poco.

Tocaron la puerta bruscamente.

Me miraste.

Después miraste el sushi.

Sabía que te ibas a dar cuenta, aunque tardaste más de lo que esperaba.

Tragaste en seco. Tus iris temblaban.

Estabas decidiendo, y yo no iba a influir en tu decisión.

Me hiciste una seña con la cabeza para que me ocultara. Me lleve mis cubiertos, plato y vaso al baño, encerrándome ahí.

Vos fuiste a abrir la puerta.

No tenía que estar ahí para saber lo que pasaba.

Pusiste una expresión confundida, después te enojaste porque te acusaran de ocultar a un ladrón en tu casa, el policía trató de calmarte, y finalmente se fue, mientras vos cerrabas la puerta con enojo.

Sali del baño con las cosas. No habían ingresado, pero si entraban y veían los dos juegos de cubiertos, seguro habrían sospechado.

—Es la última vez. —me dijiste con enojo, pero guardando el volumen.

Los dos sabíamos que no sería la última.

Los dos sabíamos que, a este paso, ibas a terminar tomando la culpa de mis crímenes.

Pero, no dije nada.

Y te frustró.

—¿Podes decir algo? ¡Lo que sea, mierda! —gritaste, estampando las manos contra la mesa.

Yo empecé a llorar, porque todo lo que te podía llegar a decir, solo te dolería más.

Te calmaste.

Perdón por manipularte tan cruelmente.

Frunciste el ceño y apretaste los puños, probablemente tratando de no ceder ante mis lágrimas.

Pero cediste. Me abrazaste y yo te abracé a vos, con fuerza, ocultando mi rostro en tu cuello.

"Solo quería darte el sushi que te merecías", es lo que iba a decir, pero me mordí la lengua para no decirlo. Si lo decía, te ibas a sentir culpable, te ibas a quedar más tiempo, y ambos sabemos que no deberías.

—¿Por qué? —me preguntaste, entre suaves sollozos y lágrimas— ¿Por qué sos así? —te mordiste el labio inferior, apartándote para mirarme a la cara.

Yo me quedé en blanco.

¿Por qué soy así?

No lo sabía, y no lo sé.

Tal vez así me criaron.

Tal vez nací así.

No lo sé.

—¿Qué te pasó para que seas así?

Me seguís preguntando, me seguís rogando por una respuesta que los dos sabemos que no tengo.

—No lo sé. —respondí, después de que me volvieras a preguntar.

Te lo había dicho, Paulo, cuando empezamos a salir.

"Siempre voy a ser honesto". 

.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.

N/a: amo mucho como me quedó este one-shot, sorry not sorry. Ya veo que ahora a ustedes no les gusto, ahre (?)

Como me gustó tanto, tenía banda de ganas de publicarlo, y dejé la tarea de lado para terminar de corregirlo y publicarlo.

Este one-shot está dedicado a mí, porque quiero, porque puedo y porque tengo el espacio (?). Ahreeee.

Y bueno, sepan que esta fue probablemente la primer idea de one-shot que tuve para este conjunto de one-shots, pero no me atrevía a escribirlo por miedo a que no me gustara el resultado, y me terminó encantando, jsjs.

En fin, espero que les haya gustado <3

Atte. Liam

Our way out [Trap one-shots]Where stories live. Discover now