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NARRA KAGOME

A veces en la vida, se llegan ocasiones en las cuales se deben  tomar decisiones. Ya sea para bien o para mal, el valor está en sabernos arriesgar.

Desde pequeña estuve expuesta al dolor, a la carencia de afecto. Nunca he sabido de mi madre, mucho menos de mi padre.

Simplemente fui dejada en abandono una hora después que fui dada a luz. Realmente no sé si sea la realidad de mi historia pero eso fue lo que la madre superiora me contó cuando llegué al orfanato.

La vida me ha obligado a ser fuerte, no porque pueda, sino porque tengo que serlo.

Aprendí a sobrevivir por mis propios esfuerzos. Noche tras noche, me prometía a mí misma que llegaría el día en donde ya no habría más dolor, más necesidades y con esa convicción fui creciendo hasta que la niña se volvió una mujer.

Ahora, estoy justo frente a un inmenso espejo de cuerpo completo. Rodeada de lujos que me abruman, me intimidan.

Sesshomaru Taisho, llegó de una forma inesperada a mi vida. Volcó todo aquello por lo cual yo creía... Aunque la situación fue dibujada de la mejor manera, muy en el fondo sabía que él, pagaba por mis servicios y que eso solo me convertía en una más de aquellas mujeres que con el pasar de el tiempo terminan olvidadas y desvalorizadas.

Mientras Kaede, oficialmente mi nana, me cepilla el cabello, no puedo contener las lágrimas.

No, cuando en vez de estar feliz porque aquella necesidad terminó, el dolor no cesa.

Puedo tener todo cuanto quiero más sin embargo mis labios no reflejan una sonrisa de felicidad, mis ojos han perdido su brillo. Me siento como un pájaro enjaulado, deseando con todo su corazón poder algún día volar.

Desearía poder retroceder el tiempo y nunca haber firmado mi propia condena, porque realmente lo es.

Para Sesshomaru solo soy un objeto más en su mansión. Han pasado dos meses, dos meses en los cuales me he tenido que tragar humillaciones, comentarios desagradables hacia mi persona.

No comprendo, no encajo en su perfecto mundo, no me usa para nada más que lucirse en eventos en los cuales me siento expuesta a las críticas dañinas de personas que se dicen llamar "la alta sociedad"

Cuando mi cabello está arreglado, me levanto y Kaede me ayuda a ponerme el vestido.

Elegante, sofisticado... La tela refleja todo lo que es Sesshomaru. Mi esencia siempre ha estado como una sombra detrás de la suya.

Me ha obligado a tomar cursos para mejorar mi lenguaje, clases para sentarme correctamente en una mesa y saber qué cubierto es el apropiado.

He aprendido a bailar como una dama, a sonreír con elegancia ¿Dónde quedó aquella Kagome que decía tacos, que corría libremente por las calles polvorientas o los caminos enlodados?

Sesshomaru mató a esa Kagome, y su lugar lo ocupa una auténtica marioneta.

— ¿Porqué lloras mi niña?

Me pregunta mi nana mientras limpia mis lágrimas con la yema de sus dedos arrugados.

Niego, no porque no quiera contarle, de hecho es la única persona en la cual confío, es solo que no quiero arruinar el maquillaje, seguramente si le narro todo lo que en este momento estoy sintiendo no pararé de llorar nunca.

Coloco en mis orejas unos pendientes azules, el mismo tono de el vestido que uso.

Los zapatos son tan altos que no creo durar mucho tiempo en pié con ellos. La puerta es tocada y Kaede la abre rápidamente. Allí está él, cubierto por un elegante traje negro de tres piezas.

Si no conociera la bestia que lleva por dentro, podría asegurar que ya estaría perdidamente enamorada de él.

Y desafortunadamente lo aseguro. Sonríe y yo imito el gesto por pura educación.

Le pide a Kaede que nos deje solos y veo los ojos tristes de mi pobre nana, lo sabe, sabe el lobo que hay detrás de ese tierno cordero.

Ella sale y cierra la puerta,no sin antes regalarme una última mirada de compasión.

Sesshomaru me rodea en círculos y acaricia sutilmente la piel expuesta de mi cuello. El vestido es un tanto insinuante ya que deja al descubierto la mitad de mis pechos.

Se posa frente a mi y lo veo sacar una larga cajita de uno de los bolsillos de el pantalón.

La abre y me muestra un hermoso collar, con un alhaja en forma de luna menguante... Oro puro.

Sin preguntar me lo coloca y este se adhiere perfectamente al hueco de mi garganta, como si tal hubiera sido hecho a mi medida.

— Estás hermosa Kagome.

Me alaga y acaricia sutilmente mis labios.

Cierro los ojos por inercia y tiemblo ante su contacto ¿Porqué lo hace? Cuantas veces me gritó que le doy asco, que mi cuerpo no le es suficiente para tan siquiera calentarlo.

Prefiere salir a la calle y cogerse a cualquier ramera que se le ponga enfrente ¿Cómo lo sé? Lo sé porque siempre que llegaba, olía a alcohol y en el estado atilico en el  que se encontraba, me lo gritaba.

Abro los ojos y me está mirando ¿Porqué siento que lo amo?

La niña inocente que aún duerme en mi, se enamoró perdidamente de su captor.

El verdugo se convirtió en el ser más amado y en medio de el dolor la chiquilla conoció lo que realmente es el amor.

Un sentimiento que hubiera preferido nunca sentir, porque lastima, hiere, duele y te come por dentro como un cáncer terminal.

Sientes morir cuando respiras por alguien más y ese alguien no tiene espacio para ti

¿Qué se supone que debo de hacer?

Sesshomaru se niega a darme la libertad, se rehúsa. Sé que no es del todo sincero conmigo, me miente incontables veces sin embargo basta una sola caricia, por muy mínima que sea, para caer rendida nuevamente a sus pies.

Lo sé, soy la mujer más estúpida que puede existir, pero eso también se lo debo al sentimiento llamado amor.

— Es hora de irnos.

Me toma de el brazo y nos dirigimos hacia la salida. Estando en el carro, nuevamente me observa ¿Qué pretende?

Me quedo congelada en cuanto lo veo acercarse, cierro los ojos y siento como sus labios chocan con los míos. Es un beso tierno, sin prisa. Solo está su boca sobre la mía y deja que el tiempo siga su curso mientras yo ardo en las llamas de el infierno por desearlo tanto...

Amo el infierno.





¿ No me dirán nada, amantes del Sesshome?

Sexo, Sudor y Lágrimas (Versión Sesshome) TERMINADA Where stories live. Discover now