Capitulo 2

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Capitulo 2*

Pocas fibras de mi cuerpo se relajaron al sentir como soltaban mi cuero cabelludo, la acción fue tan brusca que mi cabeza dio un latigazo hacia abajo, sin embargo un leve tirón de mi cabello me dio a entender que tenía que mantener la mirada hacia el frente, si no quería tener problemas, mi vista logro captar el ambiente en el que me encontraba, un pequeño foco que colgaba del techo, el cual apenas nos iluminaba dejo a la vista el lugar deplorable en que me encontraba, las paredes estaban corroídas por el tiempo y la humedad, la puerta de metal que se encontraba frente a mí, parecía consumida por el oxido, aun así podía apostar que no era de fácil ceder; ninguna de las paredes contaba con alguna ventana; ni siquiera podía encontrar palabras que describieran las horribles condiciones en las que se encontraba el suelo; tampoco me atrevía a mirar el techo queriendo evitar la cercanía con algún posible roedor, menos aun me atrevía a mover la cabeza frente a la posibilidad de recibir otro golpe.

-- Allison Winwood, extraño nombre para una chica de Latinoamérica— aquella voz hizo que apartara la vista de la puerta, para volver a mirar al único hombre que me había dirigido la palabra hasta el momento, se trataba de un hombre de más de cuarenta años, mi mirada no pudo evitar pasear por todo su ser, desde sus zapatos de vestir negros perfectamente pulidos, al pantalón de vestir gris entallado, la camisa blanca perfectamente planchada y abotonada hasta el anteúltimo botón, la leve sombra de una barba de apenas unos días, hasta chocar con su oscura mirada—¿acaso te gusta lo que ves niña?—exclamo burlón—como soy un hombre educado me parece que como yo conozco tu nombre, tu conozcas el mío ¿no te parece?—cuestionó expectante a mi respuesta.

Sin embargo no me atreví a contestar, no llegaba a procesar si realmente quería que le conteste o estaba jugando conmigo, ¿a caso estaba poniéndome a prueba? será que estaba midiendo el poder que tenia sobre mi persona; preferí callar demostrando sumisión ¿no es lo que hubiese hecho cualquier persona en mi lugar? Aun así el golpe que recibí en el estómago demostró mi equivocación.

--Cuando el jefe te pregunta algo tu contestas ¿entendido?—susurro entre dientes cerca mi oído, el mismo hombre que me había pegado en el estomago, mientras volvía a agarrarme del cabello—ahora contesta ¿no te parece educado la acción que está teniendo contigo?

--Si señor—dije tratando de sostenerle la mirada, pero volví a sentir un tirón en mi pelo que me obligó a cerrar los ojos del dolor.

--Para ti es amo, pequeña zorra—la cercanía de su boca con mi oreja mientras me lastimaba nunca ceso.

--Si amo—conteste tratando de aguantar mis quejidos por el dolor.

--No seas tan brusco Zack—regaño el jefe-- no nos sirve de nada con los moretones visibles; si quieres infringir dolor ya sabes cuales son los procedimientos y en este momento no cuentas con ellos—aquel último comentario hizo que me soltara el cabello, sin previo aviso aquel hombre bien vestido, desapareció a mis espaldas, para luego sentir como el ruido de una silla siendo arrastrada por el piso inundaba la habitación, lento sin apuro alguno, luego de unos segundos se posiciono en frete de mi, el jefe se sentó en la silla logrando que sus rodillas rozaran las mías; intentaba mantener la conexión de miradas, para evitar otro golpe, sin embargo cuando unos de sus brazos se estiro hacia mi dirección, mis ojos no pudieron evitar seguir el camino que estaba haciendo, su mano se dirigía lentamente hacia mi rostro, parte de las yemas de sus dedos quedaron fuera de mi campo de visión cuando escondieron unos de los mechones de mi pelo tras mi oreja— Me presento—informo mientras posaba la palma de su mano derecha sobre mi rodilla izquierda, la cual se encontraba descubierta ya que simplemente llevaba unos shorts, con una blusa de manga corta--- mi nombre es Demian Herzig—su mano comenzó a subir por mi pierna, su tacto choco con la tela de jean, sin embargo eso no lo detuvo, sus yemas llegaron a mis caderas, para luego pasar por mi cintura, delinear el borde de mi torso, para luego pasear por mis clavículas, inevitablemente mi mirada siguió todo su camino, hasta que su mano sostuvo con fuerza mi mentón, haciendo que mi mirada vuelva a chocar con la de él--- voy a ser tu peor pesadilla—manifestó, mientras me soltaba haciendo que las personas que se encontraban a mis espaldas rieran.

Se levanto de la silla, para luego chasquear los dedos, haciendo que una persona saliera de atrás mío y se llevara la silla con él, dos hombres más, entre ellos el que me había golpeado y había identificado como Zack, se posicionaron al lado de la salida, la cual era obstruida por la figura de Demian, quien se encontraba recargado en el marco de la puerta, su presencia resaltaba entre la de los otros hombres, su espalda erguida, su vestimenta hecha a medida y su mirada altanera, gritaba a los cuatro vientos que él era quien mandaba.

--Una presentación no estaría completa, si no te contara cual es mi oficio, el cual también es la razón por la que te encuentras aquí— Demian volvió a hablar, en ningún momento su mirada se había despegado de mi figura—digamos que soy un subastador, me encargo de la venta organizada basado en la competencia directa, aquel comprador que pague la mayor cantidad de dinero es quien se lleva el producto; entre más hermoso sea el producto más competidores hay, entre mas competidores, más dinero; y tu mi querida Alli, vas a desatar un verdadera disputa entre los compradores.

Ni siquiera pude escuchar cuando cerraron la puerta, dejándome completamente sola en aquella habitación, pues mi mente no dejaba de repetir las últimas palabras que Demian había pronunciado. Una parte de mi era muy consciente de cuál era la razón por la que me habían secuestrado; pero el hecho de él lo dijera lo volvía realidad. Rendirse ante esa realidad, hizo que las lagrimas no tardaran en salir por mis ojos, no me había dado cuenta cual había sido la primer gota derramada, ni siquiera podía identificar cuantas habían caído ya por mi rostro.

Podía jurar como esta pesadilla había atormentado a cada mujer, que era participe de este planeta, se sabía que ninguna de nosotras estaba absuelta a la posibilidad de que nos podría pasar; la sensación de ser perseguidas, los constantes acosos callejeros, las noches en donde nos despertábamos abruptamente con lagrimas, corriendo por nuestras mejillas, y agitadas, frente a la pesadilla que nuestro cerebro había imaginado que nos podía llegar a pasar.

Pero nada de eso sirve ahora, porque yo estaba viviendo aquellapesadilla.

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Vestimenta de Allison a la derecha.

Espero que les guste :)

Morir para estar en la mafia (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora