Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 27

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La verdadera razón por la que debemos respirar es por nosotros mismos. Respira por ti. Haz las cosas por ti. Coge por ti. Come por ti. Desarrollate por ti. Duerme por ti. Vive por ti. Y todo porque debemos respetarnos, debemos amarnos más a nosotros mismos que a los otros. Y no, no es soberbia. Ser es responsabilidad, es ser por uno mismo y hacerse cargo de nuestras acciones, porque si somos para otros, de esta manera las culpas no serán nuestras y ni lo serán las victorias y las alegrías.

Porque si eres para otro entonces terminas metida en un conflicto que no te pertenece y que podría conllevar a tu muerte repentina.

Era un tema serio y así debía ser tratado. Entonces, no comprendí y sigo sin porqué ayudé a salvar a Macarena, quien bailaba en el hilo que pendía entre la vida y la muerte. Porqué ahora estaba bajo la mira de las chinas, que en cualquier oportunidad sin importar mi amistad con Akame, podrían realizar su correspondida vendetta. Ojo por ojo. Diente por diente. Macarena y la concha de tu madre.

Las evité como a los leprosos, me refugié en la oscuridad y solo vi la luz cuando me rodeaba del grupo de las mujeres de Cruz del Sur. No hablaba con ellas, simplemente me sentaba a su lado escuchando sus quejas y sus dolorosas palabras sobre la terrible (no tan terrible) tragedia que le había ocurrido a Ferreiro. Yo no les di mucha bola, ni tampoco a todo el manifiesto con las velas, las flores y las frases de Paulo Coehlo en una parte del patio contra la alambrada, donde también en su alrededor se encontraba todo un decorado de objetos que cada presa colgó antes de irse de ese sitio.

El barullo de fondo me era ininteligible, encendí un cigarro mientras miraba un punto perdido en la nada. Estaba en un duelo mental, entre sentirme enojada conmigo misma y con Zulema y no sentir absolutamente nada. La completa indiferencia frente al desfavorable destino.

Tanto pensar solo me hizo comprender que necesitaba límites mentales. Orden. Algo de orgullo y soledad. Amor propio. Valor. Porque se venía una guerra, grande o pequeña no importaba, y debía ganarla, no había llegado hasta ese punto para perder lo que merecía ser ganado.

En síntesis, había entrado en un estado catatónico esperando que fuera solo temporal, donde la idea de la paz mental era un sueño y la guerra estaba a la vuelta de la esquina o del pasillo en mi caso. Solo salí de esa especie de shock por la reacción desmesurada de Kabila a mi lado, quien pasó de estar tranquilamente en cuclillas a pararse con rapidez y comenzar a caminar hacia las chinas. Saray la detuvo con sus brazos y gritando, solo provocando que mi despertar fuera más rápido.

— ¡No, no, así no, así no!

Me sentí observaba, giré mi cabeza a la izquierda para encontrarme a la mora con sus ojos verdosos y penetrantes, casi me leyéndome los pensamientos. Tragué saliva incomoda por la intromisión y antes de que pudiera cortar el contacto visual, ella habló:

— Nos van a cazar una a una. — sentenció sin reparos. — La pregunta es quién será la siguiente.

Se formó un grupo a su alrededor constituido por Soledad, Kabila, Teresa, Antonia, Saray y dos mujeres que eran de esa prisión pero que las chicas les habían tomado cariño. Bufé molesta, todo lo que decía si bien no era total mentira tampoco decía la verdad absoluta: Sabíamos cuál era la siguiente y cuál vendría después. Primero darían caza a Zulema, luego a mi, y quizás si esas mujeres se mandaran alguna cagada como de las mías, las comenzarían a cazar a ellas. Así que, era solo un charlerio para que cuando atacasen a la mora, quizás podría contar con el apoyo de todo el grupo y salvarse de la muerte, una vez más.

Bufé. La falta de sueño había provocado que me pusiese fastidiada con cara de perros. No había podido dormir. Mis deseos de ello no ocurrieron porque luego de lo de Macarena, tuve que dar testimonio a la policía sobre lo ocurrido, es decir nada hasta que comprendieron que mis labios estaban sellados; y menos cuando volví a la celda, donde las presas parecían más amenazantes de lo normal.

EL TORO QUE SE ENAMORÓ DEL ESCORPIÓN ━━ zulema zahir✔Where stories live. Discover now