La Venganza De Mi Jefe [Finalizada]

Capítulo 10

❤

A la mañana siguiente llego a la oficina más confundido que nunca. Rezo para no cruzarme con Mi Jefe Perth hoy, no creo poder tolerar ni la más fugaz sonrisa.

Estoy considerando con toda seriedad renunciar a Crane Inc. cuando uno de los empleados que se cruza conmigo rumbo a mi escritorio me dice:

- ¡Saint! ¿Dónde estabas? ¡No quisiera ser tú hoy!.

No entiendo a qué se refiere, pero cuando separo mis labios para preguntar él me interrumpe.

-Perth te está esperando en la sala de conferencias.

Esas palabras me hacen temblar, pero trago saliva y me encamino a la sala con un nudo en la garganta.

Cuando cruzo la puerta, me alivia ver que hay más personas esperándome en la larga mesa de madera. Suspiro para mis adentros; no hubiera tolerado una reunión a solas con Perth. Pero la expresión de pocos amigos que tienen todos en sus caras no es muy reconfortante tampoco.

-Saint, toma asiento por favor -me dice el CEO. Esta mañana no hay ninguna sonrisita arrogante ni misteriosa en sus labios, y su rostro hermoso y perfecto posee una expresión severa, sin perder amabilidad. (Algo me dice que estoy en problemas)

- ¿Qué ocurre? -pregunto mientras tomo asiento en mi lugar habitual.

- ¡¿Qué ocurre?! -Me grita una ejecutiva sentada a mi lado - ¿Fuiste tú quien programó la campaña de Venus para que saliera online esta madrugada?

-Así es -respondo, sin entender del todo que esta ocurriendo - ¿Cuál es el problema? Las imágenes y los contenidos ya estaban curados

La mujer a mi lado revolea sus ojos en forma irritada y escucho un leve suspiro del otro lado de la mesa.

- ¿Cuál es el problema? -me reprende otro empleado de mayor jerarquía que yo. - ¡El problema es que esa campaña debía salir el próximo viernes! ¡Habíamos diseñado un plan escalonado de saturación y tú saturaste toda la campaña en un solo día!

El nudo en la garganta se torna más ajustado. No puedo respirar. Miro a Perth, quien no ha dicho una palabra hasta ahora, y siento que caigo por un abismo.

-¿Acaso no has prestado nada de atención a lo que hablamos en la última reunión? -me dice otro ejecutivo, con la voz teñida de frustración. Y yo no sé qué responder.

¡Bueno, esta vez si la has cagado, Saint

¿Querías renunciar? No será
necesario, pues te pondrán una patada en el culo ahora mismo...y espera a que Clara se entere que no podrás pagar su puto vestido, su puto salón y sus putas invitaciones ¡y espera que se entere su padre!

-Vamos a tranquilizarnos -dice Perth con voz calma. Y de alguna manera, su tono aterciopelado y grave me reconforta - Saint ha cometido un error pero esto puede ser positivo de alguna manera ¿Cómo están las estadísticas?

-Todas las imágenes se han tornado virales en dos horas -responde una de las empleadas.

-#Labialesvenus es tendencia en Twitter -responde otro empleado luego de revisar en su laptop.

-Bien, entonces, a pesar de lo apresurado, hemos tenido un resultado positivo -exclama Perth con una sonrisa -Si, lo más sabio hubiera sido una campaña escalonada, tanteando el terreno mientras avanzamos. Pero de esta manera más arrojada, estamos mostrando liderazgo y marcando tendencia. Nuestro cliente verá que, a diferencia de otras agencias de publicidades, nosotros no tememos a dar el todo por el todo.

Se hace un silencio prolongado en la sala de conferencias.

-Y lo más importante -continua Perth -es que la gente está hablando el producto. Así que hemos cumplido nuestra misión. Esta vez ha resultado en algo positivo, pero la próxima vez, Saint, te ruego prestes más atención a lo que hablamos en estas reuniones.

A pesar de su sonrisa reconfortante, hay algo de severidad en su voz, algo que me obliga a bajar la mirada.

-Sí, señor -respondo.

-Muy bien ¡Vuelta al trabajo, entonces! - Perth golpea la mesa, entusiasmado, y todos se ponen de pie. Cada uno de los empleados y ejecutivos abandona la sala de conferencias no sin antes dedicarme alguna que otra mirada furiosa. Yo dejo escapar un largo suspiro y también me pongo de pie.

-Espera, Saint. Quiero hablar cinco minutos más contigo a solas -me interrumpe el CEO. Yo obedezco y vuelvo a sentarme en mi puesto.