capítulo 13

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❤❤

Otro día de trabajo, otro día con dolor de cuello por pasar tantas horas frente al ordenador y dolor de cabeza por dormir mal.

La carga de dudas y confusión se torna cada vez más pesada. Intento concentrarme en mis tareas pero mi móvil vibra sobre mi escritorio. Cuando veo el nombre del CEO en el remitente, siento un estremecimiento que me asusta, pero que al mismo tiempo me devuelve la vida.

Saint ¿podrías venir a mi oficina, por favor?

Un relámpago recorre toda mi espina vertebral al leer esas palabras. Secretamente, las he esperado desde más de una semana, desde el primer encuentro furtivo en la sala de reuniones. Y ahora, que seguro se repetirá un episodio igual de excitante, mis piernas apenas pueden sostenerme mientras camino hacia el despacho del CEO.

Debo resistirme, debo resistirme. Cuando abro la puerta lo encuentro sentado en su escritorio, con un impecable traje azul marino que resalta su piel pálida. La luz de sol se filtra por el ventanal y baña su cabello negro. Al verme, sonríe, y mis rodillas tiemblan.

- ¿Quería verme, señor?.

-Por supuesto, querido Saint. Cierra la puerta, por favor -me dice en tono amable, pero yo puedo leer entre líneas. Sus ojos brillan con deseo, y despiertan el mío también.

Cierro la puerta detrás de mi espalda y camino hacia su escritorio. Al levantarse él gira su silla y sus piernas quedando descubiertas a un lado de la mesa, levemente separadas. Puedo notar una pequeña erección en su entrepierna, abultando la tela de sus pantalones.

De tan solo verla los temblores entre mis muslo crecen, se me acelera el corazón y se me hace agua la boca.

¿Por qué tiene tanto poder sobre mí?

-¿Bueno? -me dice con su voz grave, y sus labios curvados en una sonrisa irresistible -Ya sabes lo que tienes que hacer.

Debo resistirme, debo resistirme.
Debo pegarle un buen puñetazo y hablar con un abogado.

Pero me coloco de rodillas en el suelo, entre sus piernas separadas. Acaricio sus muslos con ambas manos, y siento el calor de su piel aún por encima de la tela sedosa de sus pantalones. Con dedos apresurados, él se abre el cierre y libera su miembro. Verlo de nuevo despierta una ola de euforia en todo mi cuerpo.

Mi corazón se siente a punto de estallar y mi propia polla comienza a cosquillear entre mis piernas. Apenas veo ese glande rosado, me apuro a tomar su polla en mi boca. Todavía no está del todo dura, pero en cuanto la envuelvo con mis labios húmedos la siento cobrar firmeza contra mi lengua. En cierta manera, eso me enorgullece.

-Buen chico, Ni siquiera tengo que decirte que hacer -ríe Perth mientras acaricia mi cabello y empuja mi cabeza para que lo tome más profundo. - ¿Has extrañado mi polla?.

-Sí, señor -respondo en el breve instante que me aparto de su miembro para respirar.

Rápidamente vuelvo a envolverlo entre mis labios, empujando mi cabeza hacia abajo y arriba, a ritmo rápido pero gentil Perth gruñe con aprobación y empuja mi cabeza con suavidad, acompañando mis movimientos. Pronto ambos aumentamos el ritmo, y su glande está rozando mi garganta y produciendome náuseas.

- ¿Quién iba a pensar que el gran Saint Suppapon, rey del baile de graduación, 8 años más tarde iba a estar de rodillas, chupándome la polla? -Perth deja escapar una risita orgullosa, que me excita todavía más. Mi erección se torna dolorosa -Y lo mejor de todo ¿Quién iba a imaginar que el gran macho de la
escuela iba a disfrutar tanto chupármela?.

Esas últimas palabras dan en el clavo; no solo son la verdad absoluta, sino que tiene el poder de excitarme como nada más en mi vida. En este momento, envuelto por el ardor, soy capaz de admitir lo mucho que me encanta chupársela, lo mucho que me excita que me sujete la nuca con firmeza y ejerza su poder sobre mí.

La Venganza De Mi Jefe [Finalizada]Where stories live. Discover now