7. New whatever year.

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Jongdae llegó al colegio con una nueva carta abierta en mano, todos creyeron que alguien me escribía, alguien a quien seguro miraba fuera de la escuela y quizá por eso siempre llegaba de mal humor al colegio, porque esperaba al final del día para poder verla o verlo, lo que sea que fuera.

Ése día se sentó alado de la ventana del corredor de las aulas, mirando a la nada se debatía entre prestar atención al que sería su último día del colegio o simplemente leer la carta pero su profesor les dirigía unas palabras de despedida.

–Saliendo de aquí ya serán unos profesionistas, buscarán un empleo y serán grandes personas

Siempre las mismas palabras, a Jongdae ya ni siquiera le sorprendían ni le interesaban, se las sabía de memoria, estudiar administración como su padre quería lo mismo de siempre. Le daba igual, el sueño de su padre estaba hecho pero su sueño... Su sueño se había ido con Minseok así que definitivamente lo había perdido todo.

Pero sin embargo mientras miraba vio una sombra pasar y dirigirse a los baños, una sombra familiar... Era Minseok. Jongdae se levantó de golpe y miró al profesor.

–¿Puedo... Puedo ir al baño?

–¿En su último día de clases, señor licenciado? —todos en el aula rieron ante aquello— Por supuesto, vaya

Jongdae sin prestarle atención a nadie salió del aula, prácticamente corriendo hacia los sanitarios adentrándose, buscando en todos los cubículos, sin embargo no encontró nada y no satisfecho miró hacia el espejo, con un nudo en la garganta invadiendolo, pero no lloró. Tomó agua arrojandola a su rostro, queriendo quitarse aquellos pensamientos.

Esa tarde salió rápido de la escuela, encontrando a sus padres esperándolo, con sus papeles de graduación los abrazo, ellos inmediatamente lo abrazaron, completamente satisfechos por su ahora nuevo empresario de la familia. Decidieron llevarlo a comer algo hasta dejarlo de nuevo solo, pidiéndole que regresara pronto a casa, sin embargo antes debía empacar todo para entonces volver así que ellos accedieron. Todo el día no había pensado en Minseok... Hasta entonces.

Se había quedado completamente solo en aquel apartamento estudiantil de nuevo, pensando en que debía marcharse así que sin más peros armó las cajas que en un principio lo habían acompañado de su hogar hasta ése frío lugar para entonces comenzar a empacar todo guardandolo en las cajas y sellandolas con cinta, quedando así solamente su muda del día siguiente y un par de libros. Sin nada más qué hacer abrió la siguiente carta de Minseok devorando las últimas rebanadas de pizza.

Hola otra vez:

Seguro te preguntas qué tendrá ésta carta; en realidad no mucho, puesto que mis vacaciones fuera de la escuela eran monótonas y aburridas sin ti, casi nunca tenía nada qué hacer más que sentarme a hablar con mis abuelos, siendo consentido por mamá y papá, quienes me ofrecían galletas con chispas y chocolate caliente con marshmallows, contándonos historias de cuando fue militar y cómo conoció a la abuela. Era un romántico empedernido.

Pero ése no es el tema jajaja lo siento. Te contaré lo que sucedió en año nuevo, sí, ése es el tema puesto que ya sabes... Es una fecha donde las parejas se sientan a ser felices, deseandose feliz año nuevo cobijados con una manta frente a la chimenea mientras comen y se dicen cuánto se aman y se agradecen por un año más juntos, deseandose muchos más. ¿O me equivoco? Bueno, el punto es que... Era una fecha importante.

Esa noche mamá y papá nos pidieron que nos asearamos y que nos visitieramos elegantes, como a los abuelos les gustaba vernos así que eso hice; al bajar ellos me miraron, sin dudarlo un segundo apachurraron mis mejillas, creo que pudieron dolerme toda la semana jajaja, después de la cena nos sentamos frente a la chimenea, cantando todos juntos, ellos me comentaron que tenía linda voz y que quizá debería ser una gran estrella, que debía ser cantante. Eso era una gran idea pero la fama no era mi sueño, no siempre que a ti no te gustara de esa manera porque... Mi sueño eras tú.

Cartas de un alma. Where stories live. Discover now