11. We're not the same

33 12 0
                                    

Sin detenerse, Jongdae siguió leyendo, abriendo la siguiente carta, sintiendo un aroma peculiar, así que acercó la carta a su nariz notando el peculiar aroma de la loción de Min, tan suave, tan relajante, podría olerla mil años más si la vida le permitiese. Olía tan bien, se preguntó cómo habría sido abrazar a Min, dejar un beso sobre su cabeza y sentir su aroma tan penetrante, tan delicioso de cerca... Lo extrañaba más de lo que ha extrañado a nadie jamás, debía dejar de mentirse a sí mismo.

Hola de nuevo, Daeshi:

Te habrás percatado que la carta huele peculiar ¿no? De hecho huele bien ¿no te parece? Huele a mi antigua loción jaja ¿te gusta? Es especial.

Bueno, debo empezar con la carta ya mismo, como siempre, me pregunto de qué crees tú que se trata, es sencillo, lo juro, algo tan sencillo que ameritó un escándalo escolar del cual yo no podía librarme porque mis padres no eran influyentes como los tuyos ¿recuerdas?

Comienzo con lo de siempre. Una mañana al levantarme, luego de darme una ducha tuve la grandiosa idea de vestirme con unos jeans negros, mis vans negros también, una camisa blanca finalizando con una camisa a cuadros roja, ¿te suena familiar? Jajaja claro. Cuando llegué al colegio casualmente llevabas básicamente lo mismo pero tu camisa la traías atada a la cintura.

Si bien pudimos aparentar que eso no era nada y seguir como si nada hubiese pasado tus amigos llegaron enseguida mostrándote lo que ocurría.

–Qué lindos tórtolos, hasta combinan la ropa

Tus amigos se burlaron haciendo que tu atención se fijara furiosa en ellos y luego sobre mí, fingi no escuchar apresurandome a cambiar las cosas de mi casillero a mi mochila pero azotaste inmediatamente tu casillero haciendo que me sobresaltara y mis libros cayeran; me asusté tanto. Cerré mi casillero y me agaché rápidamente a recoger mis libros pero pistaste mi libreta, evitando que pudiera siquiera recogerla.

–Imbécil, ¿cómo te atreves a traer lo mismo que yo?

Te quejaste. ¿Imbécil yo? Ha sido una coincidencia, no elegí vestirme así porque tú lo harías.

–S... Si... Si quieres me... Me... Me quito la... La... La camisa

Mi voz fue ridículamente titubeante, me odie tanto en ése momento, como no tienes una idea, pero claro que debió aparecer Luhan en ése momento.

–Minnie, ¿estás bien? ¿Quieres ayuda?

Se ofreció como siempre pero negué.

–No, no, descuida, te veo en clase

No entendí el por qué, no debió hacerlo, se detuvo a mirar la escena y asintió, quitándose su chamarra de cuero negra colocándola sobre mis hombros para cubrir la camisa roja, sin más agachandose para quedar a mi altura y depositar un beso en mi frente.

–Te veo allá ¿sí?

Asentí pero tu mirada fue tan pesada sobre ambos que me hizo girarme a mirarte, tenías una cara de querer matarnos, por un momento creí que eram celos pero qué tonto era jajajaja sí, claro, como si alguien como tú hubiese podido fijarse en mí.

Tus amigos hicieron bulla inmediatamente, tú apretaste los puños y dejaste caer uno de tus libros más pesados sobre mi cabeza haciendo que mi nariz comenzara a gotear de sangre, había bastante y por primera vez por enojo pateé tu pierna, haciéndote caer adolorido pero tus amigos te defendieron, golpeandome en la cara.

El director no tardó en llegar y nos hizo levantarnos, a mí a como pude y a ti todos te ayudaron, ¿viste la clase de diferencias entre los privilegios para ti y para mí?

Cartas de un alma. Where stories live. Discover now