5. El otro mundo

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Aliss salió del agua asustada, extrañamente estaba a flote sin realmente saber que era ese líquido, solo se entero de lo que llego a decir Stan pero no entendía la naturaleza del agua. Su propia naturaleza le permitía flotar sobre el suelo terrestre, pero no podía volar, gracias a la energía del nuevo planeta sus heridas y el cansancio que sentía se desvanecieron al instante, aunque estaba  un poco sensible debido a la rapidez de los sucesos, lo que le molestaba era la luz del Sol, apenas se había acostumbrado a la luz de los contenedores de los Iluminados y esta luz era más fuerte y más intensa, pero también más gentil y su calor no era abrasador como las llamas de su amigo destrozado.

-Estoy completamente sola.- Pensó para sí.- ¿Qué hago? ¿Qué es esto? ¿A dónde voy?... ¿Qué hago?

Aliss giró 360° sobre su eje y solo veía un cielo azul con unas pocas nubes y agua. Cuando a lo lejos se acercaba un bote blanco, tenía pintado de azul "Bienvenidos a Tecolutla" y en el venían cerca de 30 personas con poca ropa, algunos con sombreros para el sol, algunos niños reían y jugaban con una pequeña pelota y llevaba una bandera tricolor.

[INVISIBILIDAD]

Aliss se acercó al bote, invocó su guadaña y la enterró en la parte trasera del bote, lentamente ascendió al bote con mucho cuidado, había efectuado un hechizo para que no la vieran, pero aún así podían tocarla. Tras acabar de subir, se fue moviendo entre las personas con suma cautela, escondió su guadaña y se mantuvo apartada de las personas. Al dirigir su vista hacía la proa vio que había tierra y enormes edificios, ademas de que muchos más personas nadando en el agua, otras tumbadas en la arena de la playa y Aliss pensó que esa era la forma en que absorbían la energía en ese planeta.

-¡Mamá, Esteban quiere vomitar!- Gritó un niño humano señalando a otro.

-¡No, Steve, échalo al mar, no en el bote!- Le gritó una señora de buena figura con un bolso café en un hombro mientras corría graciosamente con unas chanclas.- Tranquilo hijo, todo va a estar bien, ya casi llegamos a la playa.

-Ya no puedo mami, me mareo mucho en los barcos.- Dijo otro pequeño mientras se aferraba a su madre con sus pequeños brazos y agarraba una bolsa de plástico que había sacado la señora de su bolso.

-No puede ser ¿Las criaturas de este mundo conviven en armonía en una sola especie? ¿Y sus evoluciones solo son más alargadas que sus primeras etapas?- Pensó para sí Aliss, solo veía personas de dierente color, estatura, peso y sexo; pero todas eran de la misma especie.

El bote se fue acercando cada vez más a la playa hasta llegar a un pequeño edificio donde bajaron del bote y se dispersaron en la playa, los niños bajaron y salieron del establecimiento para poder jugar en la playa con la arena.

-Me recuerda a la arena del Gran Desierto.- Dijo en voz baja Aliss, asegurándose que se había alejado de las personas que le rodeaban.

No sabía que hacer, el mundo le parecía raro, las estructuras de los edificios le parecían raras, todos los edificios eran distintos y estaban distantes de la playa, pero observando mejor, vió que había más criaturas similares a las de la playa en las edificaciones.

-¡Wow! ¿Cuántos de ellos hay aquí?- Aliss estaba maravillada pero al mismo tiempo asustada, no sabía del poder de los humanos así que quería evitar conflictos, el hechizo de invisibilidad no la estaba desgastando gracias a que la luz solar le permitía estar sana y fuerte.

-Jamás he hecho esto, pero por probar que no quede... ¡[Vuelo]!- Aliss alzó el puño en alto y unas alas que si pudieran verse serían oscuras y como las de un murciélago, salieron de la espalda de Aliss. Ella totalmente emocionada las movió como lo hacían los dragones que vio y al ver que se elevaba sin problemas, se dirigió a una gran velocidad hacía los edificios de la Ciudad.

Guerra del Destino- Sueños RotosWhere stories live. Discover now