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La civilización oculta




 Siento el repiqueteo de las gotas de agua contra mi ventana, es extraño ya que nos encontramos en plena mitad del verano, del que se habla en el sur, algo húmedo y sofocante pero soportable. Mi abuela Kora siempre me cuenta historias de su vida en la tierra conocida, de la que mis ancestros se vieron obligados a partir apenados, y dentro de sus memorias suele relatar con viveza la manera en que las diversas estaciones influyen en la vegetación. Lotir no tiene este tipo de cosas, no existe el invierno como tal con la característica nieve de las montañas. Los druidas antiguos utilizaron hechizos para recrear los fenómenos naturales para nuestra subsistencia.

Usamos nuestro calendario para saber que el tiempo pasa, no es como el calendario de la tierra conocida, creo que su nombre es el calendario gregoriano, sino que nos basamos en una mezcla de las diversas culturas que existen acá, con el resto de las civilizaciones perdidas.

— ¡Por Taranis! — exclamo al dios del trueno cuando este que se oyó demasiado cerca hace que me sobresalte de la silla.

Cualquiera dentro de Lotir, sea celta, atlanteano o maya, entre otros, hubiese desatado un fuego repentino cerca suyo sin haberlo deseado debido al susto. Sus capacidades mágicas me sorprenden constantemente, son hábiles brujos en su mayoría, las otras criaturas que tienen la valentía de vivir dentro de esta prisión natural del exilio, son solo animales.

Existen momentos en los que me pregunto la verdad de mi existencia, pero Kora me tranquiliza diciendo que lo diferente es, a la vez, maravilloso. Soy la única celta de Lotir que no posee ni una gota de magia en su sangre, ni aunque mi padre haya sido uno de los brujos más poderosos dentro de los protectores de los tres, la alianza creada entre las ocho sociedades del centro de la tierra, nuestro hogar, Agartha. Tal vez se deba a que mi madre, Katarina, fue una humana que se inició en el mundo del ocultismo cuando decidió casarse con mi padre, Miloš.

— Zarafina, deberías estar preparando tu bolsa, no leyendo los diarios de tu padre — me reprocha Kora al entrar a mi habitación.

La mayoría de las casas fueron construidas por los primeros celtas que llegaron a la región. Lotir, el primer anciano sabio que ocupó la expedición hasta el espejo a las tierras prometidas, murió frente al último en modo de sacrificio para que el portal de paso a los sobrevivientes de las guerras esparciendo la totalidad de la sangre sobre el cristal resplandeciente. Es por esto que, como la migración ocurrió en el 1543, todas las cabañas tienen la misma estructura de troncos y piedras tallados con runas de protección por fuera, y por dentro los pisos de obsidiana que dejan un toque sofisticado entre la calidez de la madera.

— Sí, es cierto — digo cabizbaja frente a las palabras de mi abuela —. Estaba leyendo por enésima vez la historia de como mis padres se conocieron.

— Zara, entiendo que los extrañes, pero no hay nada dentro de esos diarios que explique una manera de traerlos de vuelta a la vida. Tenemos que seguir adelante...

Kora, con sus cabellos grises y largos que se unen en una trenza llena de las flores del jardín, se acerca para regalarme un abrazo con tinte maternal. Sabe que, desde que mis padres murieron cuando yo era solo una niña de tres años de edad, no hice otra cosa que preguntarle sobre ellos. A mis catorce años, cuando se supuso que mi magia afloraría al fin, ella me otorgó los diarios de magia que escribió mi padre desde que él se inició.

Antes de que ella vuelva a la parte principal de la cabaña, me dejó sobre los hombros su chal de lana blanca con bordados violetas que forman pequeñas florecillas en los finales. Siendo ella la anciana sabia de la zona, muchos acuden a sus conocimientos en clarividencia para que les hable de la fortuna que les espera. Siempre me tuvo sin cuidado que mi verdadera naturaleza sea la de una persona común y corriente del mundo conocido, pero las demás personas rumorean constantemente acerca de la non magicae.

Existen muchos dialectos e idiomas en Lotir, pero la lengua común es el latín para la comunicación entre pueblos. Kora y yo hablamos el gaélico escocés ya que es la lengua nativa de ella, aunque el español me deja con la sensación de haber conocido nuevas tierras. La lengua celta ya no es hablada dentro de la comunidad, a pesar de que nuestros ancestros sí lo hacían, se fue perdiendo la costumbre frente a la facilidad del latín entre los más jóvenes integrantes.

— ¡Aviam! — grito en latín para llamar a mi abuela cuando ya tenía listo mi bolso.

— No te olvides que hoy en la noche está el lughnasadh, me encantaría que me vuelvas a acompañar este año a la fiesta de la cosecha.

— ¿Cuándo no te acompañé, aviam Kora? — pregunto al sentarme junto a la chimenea que ella encendió hace algunos minutos.

— Sabes bien que prefiero que me llames Kora antes de que traigas esos dialectos extraños a la casa.

— Es latín — expreso a modo de defensa, aunque debería acostumbrarme frente a ella de todas formas —. Voy a volver dentro de una hora para alimentar a Mulanu y nos prepararemos para el festival. Espero que la lluvia no persista.

— No vas a traer a ese dragón tuyo al festival, la última vez se manchó tanto la piel que no quedó rastro de que es blanco. No me importa que lo haya hechizado para que tenga un tamaño considerable — Kora cree que el tamaño de Mulanu es considerable cuando yo defiendo que es casi como un perro pequeño del mundo conocido, de esas historias de las que me contaba mi padre en sus diarios de expedición.

Asiento para que Kora quede satisfecha con la corta conversación así yo puedo dirigirme a las colinas Sgàthan, donde se encuentra escondido el espejo sagrado que hace a la vez de portal entre los mundos.

Cuando ya me encontraba en la cima de Iuchair, una de las tres colinas que representan los tres objetos más sagrados de toda la vida mágica, me dispongo a sentarme bajo el roble sabio para descansar y ver el núcleo atardecer. Sin darme cuenta mis párpados terminan por caer y yo entro en el mundo astral del sueño.

El cofre de sangre: la llave perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora