Capítulo 13

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La casa de los padres de Hermione era mundana pero bonita, acogedora, si Draco tuviera que escoger una palabra. Se quedaron sentados un minuto dentro del auto, Draco jamás había tenido que presentarse ante los padres de nadie, mucho menos ante padres muggles, sin embargo no aceptaría ante nadie que se encontraba nervioso.

—Ten en cuenta que son dentistas así que si te preguntan sobre tus dientes... no lo tomes personal— dijo ella, girándose para verlo mejor; ella tampoco había presentado a alguien a sus padres.

El rostro de Draco fue un poema.

—¿Mis dientes?

—Sí, trabajan de arreglar dientes, eso quiere decir dentista. ¿No tienen dentistas en el mundo mágico?— preguntó, sorprendida.

—No, con un par de hechizos nos arreglamos— respondió—. ¿Mis dientes están bien?— preguntó entonces él, repentinamente consciente de su propio cuerpo.

—Sí, están bien, solo no quiero que te extrañes si te preguntan algo sobre tus dientes— aclaró—. Ahora vamos— indicó y abrió la puerta del lado del conductor para salir. Draco la siguió un segundo después; ¿por qué tenían que preguntar sobre dientes? Nada lo haría más consciente sobre su boca que que le estuvieran preguntando sobre sus dientes en el medio de la cena.

La señora Granger abrió la puerta con una sonrisa enorme y los hizo entrar, Hermione y su madre se mezclaron en un apretado y caluroso abrazo, la mujer inspeccionó cuidadosamente a su hija con la mirada, como si quisiera apreciar cómo lucía; Draco rogó que no notara el embarazo, no quería empezar con el pie izquierdo desde el primer segundo.

—Mamá, él... él es Draco— dijo Hermione. Se preguntó si debía introducirlo como novio o como amigo o si tenía que decir algo en particular—. Draco, mi mamá— continuó diciendo, señalando de uno al otro en forma de presentación.

—Rose— aclaró la mujer, besando las mejillas del mago.

—Es un placer conocerla— respondió él, Hermione estuvo a punto de reír en voz alta, ¿es que no podía dejar de ser formal ni siquiera por cinco minutos?

Rose no pudo evitar fijarse en la vestimenta del muchacho, iba demasiado elegante para estar en su hogar a punto de comer una cena más bien sencilla. A pesar de haberse arreglado, la señora Granger no lucía como alguien que estaba a punto de ir a uno de esos lugares elegantes donde hay código de vestimenta.

—Mamá— llamó Hermione—, no se lo tengas en cuenta, no sabe lo que es un jean— dijo la bruja, adivinando lo que pensaba su madre.

—Sé lo que es un jean, que no los use es otra cosa. No se acostumbra entre los magos— respondió él, mirando a Hermione con una ceja alzada.

—Neville los usa— lo provocó, Draco tuvo que concentrarse en su respiración por un segundo antes de decir algo que no debía—. Tan slytherin— murmuró con una sonrisa—. ¿Y papá?— preguntó.

Draco contuvo un escalofrío, esa era una palabra que jamás había dicho. Sus tíos siempre habían sido tíos en la segunda vida y en la primera... en la primera que Merlín le ayudara si decidía decirle papá a Lucius en lugar de "padre". Quizás en el único momento en el que lo había dicho había sido de bebé, de cuando él no tenía recuerdos.

—Está cocinando afuera, desde que consiguió ese... quemador, por decirle de alguna manera, no deja de cocinar verduras ahí— respondió la mujer.

—Ven— le dijo Hermione a Draco, tomando su mano y guiandolo al patio un par de pasos por detrás de su mamá.

—Hermione, si preguntan ¿qué somos?— preguntó en voz baja.

Emptiness (Darkness II)Where stories live. Discover now