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Aquello era raro, volver a besar los labios ajenos se había sentido añorante, como si esa fuera una especie de vitamina que revivía su cuerpo y su corazón

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Aquello era raro, volver a besar los labios ajenos se había sentido añorante, como si esa fuera una especie de vitamina que revivía su cuerpo y su corazón. El cual latía como loco y le hacía sonrojarse, sentirse nervioso.

Y hasta que lo habían dado de alta ese día, se habían besado al menos unas veinte veces. Cada vez que pasaba, era como la primera, podía jurar que jamás se iría aquella sensación de su cuerpo.

—JungKook—escuchó la voz de su esposo desde aquel sofá, quien estaba recostado descansando luego de haber ejercitado su dolorido cuerpo un poco al entrar a la casa—. Cariño, ¿pasa algo?

El menor negó con tranquilidad, para luego sentarse en el sillón individual que tenía el mayor, para con una mano libre, acariciar los cabellos de aquel hombre.

—No pasa nada, solo pensaba en que el departamento es muy cálido—mencionó suave, dejándose llevar por la tranquilidad que ese momento se podía sentir en el ambiente—. Y también que hace mucho tiempo que no venía a esta ciudad.

—Lo haces sonar como si fueran décadas—se burlaba el contrario, pero luego su gesto divertido se transformó en uno de dolor que alarmó al pelirrojo—. Es... estoy bien, me lo merezco por burlarme de mi lindo esposo.

Aquellas palabras aunque fueran dichas con tanta naturalidad, lograban hacer sentirse extraño a JungKook con todo aquello. Estaba en la casa de una persona que no lo reconocía y solo asumía ser un esposo por su estatus civil con él.

No pudo evitar pensar en lo que desde que despertó vagaba en su mente, en que algún día recordaría las cosas, recordaría que en el supuesto se habían divorciado por aquel enamoramiento de años atrás y quizá, fuera tarde de nuevo para su propio corazón. Una parte de él se sentía culpable al desear que jamás recordara y se quedaran de esa manera, pero sabía que eso sería muy falso; y también, que debería decirle en algún punto la verdad.

—Creo que debería hacer la cena—mencionó con suavidad, levantándose de pronto, lo que hizo que el contrario le mirara con curiosidad—. Debes comer bien, es lo que importa, así que debo ir a preparar algo para que tengas tus horas.

—No eres mi criado, eres mi esposo JungKook.

—No lo veo desde esa perspectiva—dudó un momento, para bajar la mirada en un intento de esconder su vergüenza—. Es más como que me preocupo por mi esposo, por ti, y espero que lo tomes así.

—Muchas gracias.

El menor solo asintió, acercándose a la cocina, llegó a ella por mero instinto, ya que al ser un departamento de un solo piso era más fácil poder adivinar dónde estaba qué. Aquella definitivamente no era la manera en la que se imaginó reencontrarse con TaeHyung, aunque si era sincero, no había pensado demasiado en ello desde que se divorció. La última vez que pensó en un escenario así, fue cuando la imagen de aquel hombre, más joven, le recibía con los brazos abiertos diciéndole que había sido un error todo aquello y que quería pasar el resto de su vida juntos. Aunque claro que en ese escenario, no había ningún accidente y mucho menos una pérdida de memoria.

Granaxa ❀ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora