Capítulo 58

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Francia, tiempo atrás.

(Leer nota hasta el final)

Estaba en el Instituto, apenas llevábamos algunas horas de clases.

Estaba en mi casillero tomando algunas cosas para mi siguiente clase, justo cuando estaba a punto de cerrarlo algo dentro de mi se removió de una manera extraña, era de esas veces en donde algo te advertía que estaba a punto de suceder algo malo, eran aquellos presentimientos que parecían presionar desde lo más profundo de nuestro ser.

Mantuve una mano en mi pecho esperando que esa sensación desapareciera pero esta no se iba, al contrario parecía intensificarse.

-Camille- Danielle llegó a mi lado- ¿pasa algo?- pregunta mientras me mira- estás pálida.

-todo está bien- hable mientras me recomponia.

-vamos- señala con su barbilla el aula a nuestro lado- tenemos clase.

Asiento y después de cerrar mi casillero caminamos hasta el aula y minutos después nuestra clase comienza.

Este día de clases termina, subo a mi auto y arranco con camino a casa, aquella sensación seguía dentro de mi, algo me pedía a gritos que me tranquilizara, que todo estaba bien pero al mismo tiempo algo dentro de mi me advertía que algo malo estaba ocurriendo.

Estaciono el auto una vez llegó a mi hogar y en cuanto bajo de este mi celular suena.

-George- hablo en cuanto respondo.

-Camille- habla él desde su línea- ¿feliz de escucharme?

Sonrió.

-bueno- comienzo- no más de lo que tú debes de estar.

-me has atrapado- río mientras abro la puerta principal y entro por ella- ansiaba escuchar tu voz.

Río ante su broma.

-lo sabía- dejo mis cosas y tomo asiento en un sofá de la sala de estar.

George y yo continuamos hablando y sin más el tiempo pasa hasta que él tiene que terminar la llamada. Cuando estoy a punto de ponerme de pie otra llamada entra a mi celular.

-amor- respondo en cuanto acepto la llamada.

-ma princesse (mi princesa)- Max habla- ¿interrumpo algo?

-nunca lo haces- hablo con una sonrisa.

-¿cómo está la niña de mis ojos?- pregunta y nos sumergimos en una conversación sin fin.

°

Es algo tarde y mi estómago pide algo de comer así que me pongo de pie para ir hasta la cocina.

Mis padres aún no llegan lo cual no me sorprende del todo, algunas veces llegaban más tarde de lo acostumbrado.

-Camille- escucho la voz de mi padre y después la puerta cerrarse.

-aquí- grito desde la cocina mientras preparo un sándwich.

-he llegado- dice después de depositar un beso en mi frente- ¿tu madre está arriba?

Frunzo mi ceño ante su pregunta.

-mi madre no está aquí- respondo y ahora el confundido es él.

-¿qué? Ella dijo que no era necesario que pasara por ella- habla mientras comienza a sacar su teléfono celular- debería de haber llegado hace un buen rato.

Comienzo a preocuparme y esa estúpida sensación vuelve aparecer de nuevo. Me quedo de pie mientras veo los movimientos de mi padre, me quedo en silencio mientras él pega el aparato a su oreja.

Mi chico malo [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora