XIII

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4 AGOSTO - BURRIANA

·anaju·

–Sam, te lo ha contado ochenta y siete veces –comento en un suspiro. –se liaron, quisieron dormir juntos pero no han follado. –hablo mientras enumero los hechos con mis dedos y Eva asiente. –¿Puedes dejar de darle vueltas? Llevas desde ayer con el mismo tema.

–¡Porque pensé que con tu amorío tenía ya suficiente! –exclama y yo río. –Y ahora mi prima pequeña amanece entre los brazos del cordobés moreno. –se sienta de nuevo en la silla y niega con la cabeza. –¿Desde cuándo os gustan los andaluces a vosotras?

Ambas nos encogemos de hombros y la conversación termina cuando vemos a los chicos entrar a la parcela con las cajas de pizza en las manos. Hoy es la última noche de festival y hemos decidido hacer una cena de despedida. Cenamos entre risas y anécdotas de los tres días anteriores, bebemos sin prisa, no queremos que las prisas nos arruinen las últimas horas juntos. Llevo todo el día optando por apartar ese pensamiento de mi cabeza, pero al llegar la noche se ha hecho más real. Dirijo mi mirada al rubio que acaricia mi muslo con sus dedos y él está sonriente, iluminando la noche con esa sonrisa tan bonita. Poso mi mano sobre la suya y suspiro.

–¿Me vas a echar de menos? –pregunto en un susurro y el chico dirige su mirada hacia mí.

–¿Qué pregunta es esa? –agarra mi mano y la lleva a su boca para depositar un beso en ella. –Claro que te voy a echar de menos, Anajus.

–Me da pena que se termine ya... –mordisqueo mi labio inferior y él aprieta su mano contra la mía. –Ojalá no nos tuviéramos que ir.

–Nos hacemos okupas en el camping del Arenal Sound. –la broma de Hugo consigue arrancarme una risa y él sonríe satisfecho. –Así mucho mejor.

Paso mi mano por detrás de su cabeza para arrastralo hacia mi hombro y besar su sien, algo que él devuelve en mi hombro. Acaricio con la punta de mis dedos su cabello y él juguetea con algo en sus manos, hasta que separa su cabeza de mi hombro y me mira algo nervioso.

–Toma. –me coge la mano y deja en ella una pulsera, similar a un coletero fino, de color blanco. –Quiero que te la lleves tú. –sonrío ampliamente y, tras ponerme su pulsera, me quito yo una de las gomas de pelo negras que llevo en mi muñeca.

–Así tú también tienes algo mío. –él sonríe cuando le entrego la goma y eleva mi mano para besar el dorso.

–Bueno, chicos. –Rafa toma la voz cantante y se pone de pie, con su cubata en la mano. –Quiero hacer un brindis. –todos cogemos nuestro vaso y nos ponemos de pie con él. –No me imaginaba este festival así ni de lejos, pero no cambiaría ni una sola cosa porque gracias a vosotras, ha sido mil veces mejor de lo que me esperaba. –apoyo mi cabeza en el hombro de Hugo y él acaricia mi nuca con la yema de sus dedos. –Nunca agradeceré más mi torpeza que el primer día cuando casi aplasto a Eva con mi tienda voladora. –todos reímos al recordarlo y Eva le saca la lengua. –Hemos creado algo muy especial –esta vez dirige la mirada hacia Hugo y hacia mí y yo me sonrojo, mientras que Hugo alza su vaso hacia su amigo. –y repetiría mil veces más esta experiencia si se me asegura que sería con vosotras cuatro todas ellas. 

–Voy a llorar. –la voz temblorosa de Mai consigue que todas las miradas recaigan en ella, que aparta una lágrima de su mejilla entre risas. –Por nosotros, bonitis.

–¡Por nosotros! –gritamos todos antes de juntar todos los vasos en el centro y dar un trago de éste.

Hugo besa mi mejilla después del brindis y yo giro mi cara para darle ese beso sobre los labios, todavía húmedos por el líquido que acaba de beber. Continuamos con la previa antes de dirigirnos a los conciertos por última vez. Volvemos a estar divididos al principio de los conciertos, coincidiendo de nuevo en el de Bad Gyal. Nosotras ya estamos entre el público de ese escenario cuando ellos llegan y se unen a nosotras minutos antes de que comience el espectáculo. 

Mi atención es totalmente para la chica que está en el escenario, no quiero perderme ni un detalle del show que monta siempre que se sube a un escenario. Bailo al ritmo de la música con mis chicas a mi alrededor y los chicos detrás de nosotras. Sam y yo gritamos a pleno pulmón mientras nuestras amigas bailan como si no hubiera un mañana. Cuando termina el concierto, tenemos que ir corriendo hacia otro de los escenarios para ver a C. Tangana, pero no encuentro al rubio al caminar hacia allí.

–Oye, Javy. –me acerco a él y su brazo me rodea los hombros. –¿Dónde está Hugo?

–Creo que fue al baño, ahora vendrá, tranquila. –asiento con una sonrisa y dirijo mi mirada hacia los mencionados baños.

Diferencio la silueta del rubio pero la imagen no es la que me esperaba. La chica rubia del primer día posa su mano en el brazo de él, que está apoyado en una de las vallas que rodean el recinto. Me quedo estática al ver la escena, él ríe y no parece molesto ante la poca distancia que hay entre sus cuerpos. 

–Anaju, va a empezar ya. –la voz de Eva me saca del trance. –¿Qué haces? –señalo con mi cabeza en dirección a lo que estoy observando y ella dirige su mirada hacia allí. –Ay, Anaju...

Niego con la cabeza y miro hacia arriba, tratando de retener las lágrimas que amenazan con salir. Eva llama con un gesto de su mano a Mai y Sam y, cuando ven la escena, Sam se lanza para ir hacia allí, pero yo la detengo con mi brazo. 

–No merece la pena, Sam. –ella se gira para mirarme y yo tomo aire. –Es nuestra última noche de festival y ningún hombre va a conseguir que no disfrute al 100% de ésto y de mis amigas.

–Esta es mi chica. –murmura Mai contra mi cabeza y Eva besa mi hombro.

–Está bien. –cede Sam y me mira. –Pero en cuanto termine, se va a cagar.

Río ante el comentario de mi amiga y las cuatro caminamos hacia Rafa y Javy, que están ya esperando a que comience C. Tangana. Unos minutos después aparece Hugo a su lado, comentando algo de la cantidad de gente que había en la cola y yo río irónica. Escucha mi risa y me mira con el ceño fruncido, yo le dedico una sonrisa y se acerca a mí.

–¿Qué te pasa? –pregunta sin entender y yo niego. –Dímelo, Anaju.

–Te he visto. –frunce de nuevo el ceño y yo continúo. –Con la rubia, en los baños. Te hemos visto las cuatro.

–Joder. –resopla y me mira a los ojos. –¿Qué has visto? ¿A la tía agarrándome como ayer te agarró el chaval a ti? –su voz suena enfadada y eso aumenta mi enfado.

–Y a ti partiéndote el culo con lo que te decía, sí, muy cómodo. –respondo con toda la rabia que ha surgido en mí y él niega mientras ríe. –A mí no me hace gracia.

–¿Y te crees que a mí sí? –responde elevando su tono de voz y se acerca un poco a mí. –Me estaba riendo, sí, pero para qué preguntarme sobre qué estábamos hablando, ¿verdad, Anaju? –me mira y yo aprieto mis dientes. –Es mucho mejor sacar conclusiones de mierda y joder el último día juntos.

–Lo has jodido tú, no yo. –escupo y él vuelve a reír, pero su risa suena enfadada. 

–Mira, ¿sabes qué? –levanto mi mentón para mirar directamente a sus ojos y él deja de reír. –Que estoy hasta los cojones de darle explicaciones a una tía que no voy a volver a ver en mi puta vida.

–Pues no me las des. –respondo justo antes de que se forme un nudo en mi garganta y me alejo de él, encontrando los brazos de Sam invitándome a un abrazo nada más me acerco a ellas. 

Mis amigas tratan de tranquilizarme y, como puedo, consigo disfrutar del último concierto del Arenal Sound. La vuelta a las tiendas es en silencio, Hugo avanza rápido, dejándonos a todos atrás y, cuando llegamos, ya está en su tienda. Los brazos de Javy me rodean y a ellos se unen los de Rafa. Me dicen que a ellos tampoco les ha contado nada de lo que ha hablado con esa chica y yo le quito importancia. No me imaginaba este festival así, pero mucho menos este final a una de las mejores semanas de mi vida. Termino de desmaquillarme y entro en mi tienda por última vez, apartando un par de lágrimas antes de conseguir dormirme.

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¡Hola!

Pues aquí termina el festival que ha hecho que estos dos se conozcan. ¿Qué pasará ahora? Nos leemos en nada 💜

joy · anahugWhere stories live. Discover now