Skuld Weasley ⚊ 𝙃𝘼𝙍𝙍𝙔 𝙋𝙊𝙏𝙏𝙀𝙍

xii | maybe Cissy is right

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Narcissa esperó a que su hijo y princesita pelirroja aparecieran, sintiendo las miradas en el andén, y escuchando algunos murmullos. No la importaban, tan solo quería abrazar a sus pequeños, y comprobar que ellos estuvieran bien, comprobar que de verdad se alimentaban correctamente como escribían en las cartas.

El primero en llegar fue Draco, el cual sonrió ligeramente ante la mirada preocupada de su madre. Narcissa Malfoy acababa de descubrir que su hijo era un mentiroso cuando escribía por carta. Ojeras, palidez, una pérdida de peso notable, mirada cansada... Quería llorar, desaparecer y poder iniciar de nuevo todo lejos de la guerra, lejos de Voldemort, lejos de todo.

- ¿Dónde está Skuld?

El rubio dejó de sonreír, poniendo un gesto serio y algo incómodo, y Narcissa se preocupó aún más, hasta que la vio llegar, arrastrando su baúl con sus cosas, y haciendo un gesto a un chico de pelo rizado, el cual tardó en reconocer como el hijo de los Nott. Miró de nuevo a su hijo antes de que la pelirroja llegara a su posición, y le acarició ligeramente la mejilla cuando notó sus ojos grises y expresivos con algo de tristeza.

- ¡Cissy!

Se fundieron en un abrazo, y Draco no pudo siquiera mirarla, aún recordando la noche del baile de Slughorn, cuando la voz aterciopelada habló saliendo de la nada, dejándole en claro que tal vez Skuld no era quien decía, y no hacía las cosas por lo que fingía hacerlas.

.....

- Hijo - llamó Lucius, ya en la Mansión Malfoy. Draco elevó la comisura de sus labios, entrando completamente al despacho, y siendo abrazado por el hombre rubio-. Tu madre me ha comentado algo sobre Skuld.

- ¿El qué, padre? - se sentó en el sofá oscuro de ahí, frente al escritorio de su padre -. Apenas la he visto, pasa el día fuera.

- No es eso - negó-. Tu madre dice que la evitas.

El rubio suspiró, y miró al techo, tan elegante como el resto de la casa, de un color blanco impecable, destacando la elegancia de la obra arquitectónica. La Mansión Malfoy era, sin dudas, una de las más preciosas maravillas de la arquitectura.

- He descubierto algo. Algo que... - se detuvo-. Ya no sé quién es Skuld, ni a qué juega, ni qué planea. Parece que solo ha estado mirando todo este tiempo por su propio beneficio, como si ser mortifaga hubiera estado siempre en sus ideas, y lo de madre fue tan solo la excusa perfecta para convertirse.

Lucius se mantuvo en silencio, justo cuando la puerta del despacho se abrió, revelando a una mujer delgaducha, pálida y rubia, la única Malfoy.

- No he podido evitar escuchar. Ni tampoco Skuld...

La pelirroja pasó tras ella, vestida con un jersey verde oliva, y mirándole fijamente, haciéndole sentir que esos ojos verdes podrían atravesarle sin piedad alguna. Dos esmeraldas cargadas de una sensación misteriosa, pero peligrosa, las dos esmeraldas más peligrosas de todo el mundo.

- Debo aclararos algo.

.....

Los cuatro en el despacho estaban en silencio, procesando lo que Skuld había dicho. El rubio menor se sentía algo culpable por haberse alejado de ella durante tanto tiempo, dejándola sola ante las misiones con los mortifagos, y las pesadillas que escuchaba que la sacudían cada noche, mientras Skuld miraba el reloj de la pared, esperando a que Bellatrix y Fenrir llegaran para iniciar su pequeña expedición navideña.

- Entonces...

- Os lo resumo de nuevo - carraspeo la garganta, incorporándose en su silla-. Soy mortifaga por decisión propia, sí, pero a la vez estoy algo obligada por una promesa que hice hace cuatro años, y porque de verdad quería salvar a Cissy. Busco a mis hermanos, y me es más fácil con los contactos que tienen los mortifagos, además de que puedo moverme con libertad, sin que el Ministerio interfiera. A cambio debo matar a quienes ellos piden, sí, pero estoy acostumbrada, y, en cuanto encuentre a mis hermanos, podré ayudarlos a tejer los hilos de nuevo, y averiguar si puedo cortar ya el hilo del Señor Tenebroso.

Skuld se puso en pie cuando escuchó la risa histérica de Bellatrix en la planta de abajo, y sonrió ligeramente a los Malfoy.

- Sé que Khronos Wright llegó para tentarme al mal, pero no contó con que encontraría mi ancla - suspiró, mirando de reojo al menor de los presentes en la sala-. Aunque, si os soy sincera, la actividad navideña de hoy ha sido mi idea. No me odieis, por favor, y pensad en todo lo que he dicho.

Salió de la habitación, creando de nuevo un silencio, roto por los gritos al fondo de Bellatrix, entusiasmada y completamente feliz con la pelirroja, a la cual había terminado creyendo con un par de expediciones, y ahora toleraba, al punto de casi llevarse bien. Se entendían, Skuld entendía ese sentimiento de adrenalina cada vez que mataba a alguien cortando el hilo, y supuso que Bellatrix sentiría lo mismo al conjurar a alguien con la maldición asesina.

Por eso, sonrió junto a ella cuando se aparecieron en los matorrales frente a una curiosa casa de muchos pisos, al borde de caer derrumbada pero sujeta con magia , y de la cual se escuchaban risas desde dentro.

- Tal vez Cissy tenga razón - la escuchó murmurar, escondidas, esperando el momento indicado.

- ¿En qué?

- En que podrías ser buena para mi sobrinito.

La miró sin decir nada, sujetando su varita con fuerza, mirando con rabia la casa donde se crió, y la cual ocultaban los malos recuerdos, malos tratos y sentimientos negativos de la chica de ojos verdes.

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Cambiando de tema

Cómo podéis notar, he tratado de dar un enfoque completamente diferente a la familia Malfoy-Black, y a la familia Weasley, recordando algo que leí sobre que el lobo siempre será el malo si Caperucita es la que cuenta la historia.