Capítulo 5

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-SOLO ES UNA MALDITA PORCIÓN EXTRA... ¿QÚE PUTA DIFERENCIA HACE?- el señor Tao le gritaba exasperado a Yoongi quien negaba con la cabeza en su habitual silencio, era el séptimo día de encierro y el hombre aún no se daba por vencido con las reglas del lugar.

Su humor iba en decadencia al igual que la paciencia de todos para soportarlo, Hoseok estaba en la fila fuera de la cocina esperando su turno para recibir su ración diaria de comida, escuchando inevitablemente las conversaciones que se desarrollaban a su alrededor.

-me cambiare de sector si no hacen algo con ese hedor pestilente.-

Detrás suyo dos señoras se quejaban del mal olor que había invadido la primer ala desde hace unos días, él también lo había notado sin poder percibir de que se trataba o de donde provenía, -y cada vez es peor, ya no lo soporto.- acotaba la otra mujer igualmente indignada.

-¿Cuál es el problema señor Tao?- el dulce pelirrojo se estremeció al escuchar la gélida voz del soldado Heechul volviendo su vista al frente, inclino un poco su cabeza por fuera de la fila para tener un panorama completo de la escena.

"el soldado malo" como lo habían apodado los niños ante el aura temeraria que constantemente desprendía (además de que ya los había regañado en varias ocasiones por estar corriendo) salía a paso lento de la armería seguramente advertido por el escándalo.

-oficial una porción no es suficiente para mi esposa, ella necesita comer por dos.- le dijo el señor Tao reviendo sus formas ante el inexpresivo pero duro semblante de Heechul quien clavó sus ojos en él sin ninguna gracia, -ya se le ha explicado que las provisiones son racionadas en partes iguales...

Avanzo unos pasos deteniéndose justo frente al Señor Tao que se encorvo notoriamente intimidado,... si usted desea darle su porción a su esposa está en completa libertad de hacerlo y si no le importa otras personas esperan ser atendidas.-

Culminó mirándolo fijamente hasta que el hombre se retiro presionando sus labios ligeramente nervioso y molesto, Heechul le asintió a Yoongi mientras se alejaba de vuelta a la armería para que continuara repartiendo la comida.

Si bien Hoseok entendía la preocupación del señor Tao por su esposa el abuelo de Jin les había dicho que los soldados debían hacer lo que era mejor para todos en general, no podían pensar en ellos individualmente aunque les pareciera injusto.

Además de que seguramente no era nada sencillo estar a cargo del bienestar de tantas personas bajo esas circunstancias y sobre todo porque se podían crear fuertes rispideces si le brindaban privilegios solo a unos cuantos, lo mejor que podían hacer era obedecer y no perder sus modales.

Después de unos minutos finalmente fue su turno, entrando a la cocina se acerco a la mesa para tomar primero dos trozos de pan, los guardo en los bolsillos de su piyama para tener las manos libres y luego espero a que Yoongi le llenara dos cuencos con la sopa que se encontraba hirviendo en una gran hoya.

Namjoon le había permitido también retirar la porción de su madre ya que ella no podía salir de la cama debido a la fiebre desde hace unos días... según le había dicho ella pero Hoseok notaba que se había estado comportando un tanto distante con él desde el bombardeo.

Apenas le hablaba y lo mandaba a jugar todo el día, el dulce pelirrojo esperaba que pronto mejorara para que volviera a ser como antes, -¡gracias Yoongi!- elevo la voz por demás haciendo sonreír al hombre que agito su mano para despedirlo.

Y se fue avanzando cuidadosamente haciendo equilibrio para no volcar nada, sosteniendo firmemente cada bol humeante en una de sus manos y esquivo a una que otra persona mientras ingresaba a su sector, todos parecían extrañamente molestos ese día por alguna razón que desconocía.

Búnker | vhope +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora