Extra 1- Aftermath

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El salón al fin estaba vacío, las decoraciones habían sido dejadas en su lugar, y la luz Amber del atardecer entraba por las ventanas abiertas. Los demás alumnos ya se habían ido con el sonido de la sexta campana, indicando el final del día y el inicio de un fin de semana.

Sin embargo, habían dos jóvenes, uno de blanco y otro de amarillo que aún no se habían siquiera levantado de sus bancos, y en silencio, evitaban el encontrar sus ojos para evitar una incómoda situación.

Jin Ling seguía en su lugar, bastante tenso con la mirada aún hacia abajo, con la carta de blanco en mano leyéndola cada tanto una y otra vez, sintiendo su pobre corazón latir fuertemente y tratando de encontrar las palabras correctas que morían en su garganta y solo salían de su boca como tartamudeos, que volvían a empezar el ciclo mencionado anteriormente.

Jingyi estaba expectante también, se la había jugado mucho al ser tan directo en una carta de la cual no tenía garantía de la respuesta, porque si, Jin Ling era bastante obvio con ciertas miradas, palabras, y abrazos que parecían nunca querer soltarlo y el era el único que disfrutaba ese lujo, pues Jin Ling no abrazaba ni a su tío. Sizhui le dijo que no fuera como sus padres y fuera directo, de nada servía prolongar con pistas leves, según él, y sabía que tenía razón porque Jin Ling era denso como una piedra con sus fallidos avances.

El Lan ya no sabía que hacer, miraba a Jin Ling que tenía una mirada pérdida, y trataba de no imaginar el peor de los casos. Su ansiedad siempre le jugaba malas pasadas en estos escenarios, pero quería darle tiempo al otro, no quería forzarlo. Debía ser paciente.

Aún si ese no era su fuerte, esperaría por Jin Ling. Siempre lo haría.

La joven ama cerraba y abría la boca para hablar pero nada salía. Jingyi seguía nervioso e inquieto por esos fallidos intentos de habla y por su respuesta en general, y con la ansiedad al límite, bramo casi gritando, sacando al otro del propio trance que había creado.

-¡¿Y bien?!- Dijo demandante y con poca paciencia pero no de mala manera, mientras apoyaba sus antebrazos en el mismo banco que el de Jin Ling, rozando sus manos,  ningúno tenía la intención de tomar las del contrario, no en un momento tan vergonzoso cómo ese.

Jingyi estaba con la cara ligeramente roja, su piel pálida jugaba un papel en eso. Sus labios temblaban de manera cómica, y sus ojos cerrados con fuerza por la vergüenza no se podían ver del todo debido a esos mechones cortos salvajes que se negaban a quedarse en la coleta alta de Jingyi. En conclusión, Jingyi se veía sumamente tierno.

Que pena que Jin Ling no podía ver eso.

Ling aún no podía levantar el rostro, le recordaba a aquellas veces cuando su tío le reprendía por meter el perro con lodo a la casa, en esas ocasiones tampoco podía levantar el rostro pues el miedo de ver los ojos decepcionados de su tío lo aterraban, y tenía miedo de que esos mismos ojos estuvieran en Jingyi, aunque esa idea era totalmente irracional.

Estaba demasiado asustado, y ni siquiera sabía de qué pues, sabía que Jingyi no lo rechazaría si admitía sus sentimientos de igual forma.

La voz de Jingyi al demandar la respuesta se notaba nerviosa, Jin Ling pudo notar eso, como si estuviera esperando un rechazo que obviamente no llegaría. Ante ese pensamiento Jin Ling levantó la cabeza, ligeramente enojado por la idea de que Jingyi realmente tenía en su cabeza la idea de que el lo rechazaría, aunque no tenía pruebas para pensar aquello lo presentía, conocía a Jingyi y su ligera falta de autoestima.

Con el coraje al máximo por ese último tren de pensamientos, se levantó de su asiento apoyando fuertemente sus manos en el banco, quedando por encima de Jingyi que se había vuelto a sentar en su lugar luego del grito, ese movimiento asustó a Jingyi, pero no retrocedió

Festival de Cartas [LingYi] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora