Rey de Espinas *Namjin*

Capítulo 9

La ceremonia de coronación había ido bien, ahora TaeHyung y JungKook saludaban a algunos invitados que se acercaban a rendirles respeto al trono en el gran salón, todo marchaba bien y SeokJin debería de estar feliz pero no podía. 

Estaba gratamente sorprendido porque JungKook había hecho que TaeHyung estuviera a su lado durante la ceremonia en el templo de la marea, eso solo había dejado más claro lo importante que era realmente su primo, eso había sido maravilloso y lo hacía confiar en que tal vez JungKook y TaeHyung tenían una oportunidad de encontrar la felicidad. 

Pero seguía sin estar del todo feliz, mucho menos tranquilo. Y es que cómo iba a estar tranquilo cuando toda la estúpida familia Jung estaba en el mismo salón que él, la solo presencia de ellos le generaba una sensación de asco que le retorcía el estómago y una ansiedad que hacía a sus palmas sudar, apenas era capaz de controlar el ligero temblor en sus manos. Apretó los dientes negándose a dejar ver su verdadero sentir y se ocultó detrás de aquella máscara de calma y felicidad que hace tantos años había comenzado a usar. 

Miraba a Jung Liang, la abuela paterna de Hoseok siempre lucía tan impecable y pese a los años seguía adelante mostrándose orgullosa, en está ocasión llevaba un vestido que del torso era de un verde muy suave pero que gradualmente subía su intensidad pues la parte final del vestido era de un intenso verde oscuro. Llevaba algunos anillos en sus dedos y un bonito collar sencillo de esmeraldas, una delicada tela con bordados en hilo de oro cubría sus hombros. 

Detrás de ella estaba Jia Li luciendo un hermoso vestido verde hierba descubierto de la espalda y con un pronunciado escote que le llegaba casi al ombligo, usaba un par de brazaletes de oro en las muñecas, la falda del vestido tenía una abertura a cada lado que dejaba ver sus piernas con cada paso que ella daba, un collar sencillo con unos cuantos diamantes distraía lo suficiente como para no mirar directo al borde de los pechos de la mujer, su maquillaje era sencillo y su cabello estaba recogido en una coleta alta. 

Apenas verla sus manos se apretaron en puños, pero rápidamente decidió ignorarla pues esa mujer no merecía su atención, ella no merecía nada. 

Detrás de ellas estaban Hoseok y Yerin, ambos firmes y orgullosos con aquellas coronas llenas de esmeraldas y diamantes sobre sus cabezas, Hoseok usando un traje oscuro con detalles en amarillo, el cabello bien peinado dejando a la vista su frente, varios anillos decoraban sus dedos, SeokJin reprimió el impulso de girar los ojos al notar las finas botas de piel de serpiente. 

Yerin lucía un bonito vestido que le recordaba en tono a las praderas en Kiverr, las mismas que se extendían hasta Solufell, la falda caía en olanes que en los bordes lucían ligeramente más oscuros haciendo al vestido aún más llamativo, con un escote más discreto y tirantes el collar que colgaba de su cuello llamaba la atención a su garganta y parte de su pecho, ella se veía bien, Yerin era una mujer muy hermosa que tristemente había sido demasiado tonta como para caer en las garras de Hoseok. 

Pudo ver a Sook alejado en una esquina del salón junto a la traidora de Lee Yi, ambos usaban trajes en tonalidades cafés con algunos toques verdes aquí y allá. 

SeokJin los odiaba tanto, ellos eran los causantes de los peores momentos en su vida, en especial Sook quien fue el hombre que había ordenado el asesinato injustificado de su padre. Hace años SeokJin había decidido perdonar todo para dejar atrás el dolor y no encerrarse en un ciclo infinito de rabia buscando venganza. Pero cuando veía a ese hombre en verdad sentía deseos de matarlo pero hacerlo implicaría el inicio de una guerra y pese a saber que su victoria era más que segura y que sin dudas terminaría aniquilado a toda la familia Jung y dejando a Solufell destruido. Pero lo cierto era que no tenía ni ganas o fuerza para realizar aquellas acciones. Su mejor movimiento siempre sería seguir con la indiferencia dejando que esos idiotas vivieran con la preocupación sobre si decidía atacarlos o no.