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Todo está saliendo como planifique, incluso podría decir que mejor.

Exceptuando el hecho de que ahora tendré que matar a ciertas personas. Solo por la llamada que hizo mi Camus.

— Camus, te quedarás en esta habitación del barco hasta que venga a verte —le pongo unas esposas— No hagas algo de lo que te arrepentirás luego.

— Como si tuviera alguna opción...

Terminó dándole un beso en la mejilla.

Quisiera hacerlo mío, de nuevo, pero pierde la gracia si no se acuerda de su pasado. Salgo de aquella habitación, afuera de esta se encuentra mi mano de derecha.

— Dile a Albafica que se encargue de el, mientras voy a hablar con mi hijo —asiente con la cabeza— y Julián...

— Si, mi señor.

— Deja que el doctor te trate esa herida que tienes en el brazo, ¿acaso creíste que no me daría cuenta?

— Pero mi Señor esto no es nada,solo es un raspón, no tiene que preocuparse.

— Acaso estás llevando la contraria a mi orden — me cruzo de brazos esperando su respuesta — Sabes que no me gusta que te hagan daño y aún así decides ir a hacer esos trabajos.

— soy el único que puede llegar a cumplir un trabajo de tal calibre.

— Solo ve con el doctor y cuando termine de tratarte, te esperaré en mi oficina.

Camino hasta donde se encuentra mi hijo, que supuestamente está enfermo. Solo está fingiendo para no hacer nada. Abro la puerta de su habitación y para mí sorpresa el niño se encuentra en una fiesta con sus amigas.

— ¡¡¡P-padre!!....—deja caer de sus brazos a una chica que estaba cargando— ¡¿c-cuando llegaste?!

— Veo que ya te encuentras mejor —sonrió— y ya no necesitas la silla de ruedas, ya que puedes caminar perfectamente. Debe de ser un milagro —Camino hacía el, mientras retrocede chocando con un mueble— si mal no recuerdo el doctor dijo que te quedarías paralítico.

— E-eh...

— Más te vale darme una buena explicación o te mandaré de nuevo a ese basurero de donde te saque. También podrías hacer que todas estas p*titas salgan de aquí, que el barco zarpará en media hora.

Mi hijo hace que todas sus amiguitas salgan del lugar.

— ¿Y bien? — me siento en el mueble y saco un cigarrillo— ¿vas a seguir mintiendo?

— Padre, yo jamás podría mentirte.

¿Enserio? ¿Por qué tengo un hijo tan idiota y tonto?

— Me encuentro de buen humor y por eso no quiero tener esta discusión de nuevo contigo, Andreas.

— ¡¡¡Oye!!! ¡¡¡No me llames así!!! ¡¡¡Detesto ese nombre, imagínate que alguien lo escuchará!!!

Se comporta como un niño...

¿cuántos años tiene?

— Ya cálmate "Loki" que me tienes harto con ese comportamiento infantil.

— ¿Viniste solo a decirme eso? Si es así, puedes ser tan amable de dejarme descansar que estoy agobiado—lo miró y suelto un poco del humo del cigarrillo—.. enserio, estás de buen humor. Demasiado. ¡¡¡Das hasta miedo!!! Ya deja de comportarte así!!!

— jajajajaja me tratas como si estuviera loco. —se pone pálido por lo que dije— eh venido a decirte que ya capturamos al galo.

— Ya lo sabía, era obvio que lo conseguirían, Julián ya me avisó que lo capturaron, solo que no me dijo que ya estabas aquí.

¡¡¿Por qué lo hiciste?!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora