Capítulo tres: Cumpliendo el castigo

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Fer se sentía muy raro caminando por los pasillos de la escuela llevando el uniforme que llevaba, pero sintió que en realidad nadie le estaba poniendo atención por muy avergonzado que se le notara, de verdad parecía una niña. Miri y él llegaron pronto a la dirección y se despidieron prometiendo que se verían a la salida en el baño de niñas para efectuar el cambio de ropa y que Fer le pudiera devolver el uniforme salvador a Miri.

Al entrar a la dirección la secretaria, felicitó a Fer por lo bien que le había quedado el uniforme de Miri y por su apariencia general de niña, pensó que la directora estaría complacida, ésta miró a Fer detenidamente inspeccionando su uniforme.

- Por favor alumna Fer levántese la falda - mandó la directora Martinez

Fer obedeció de inmediato por miedo y por nervios, revelando las panties rosas institucionales y agradeció los consejos de Miri en el baño, ni siquiera quería imaginar que habría pasado si la directora hubiese visto los boxers bajo la falda.

- Muy bien alumna, tiene puesta toda la indumentaria adecuada para cumplir su castigo,  está lista, por cierto, habrá notado ya que le he estado llamando con pronombres femeninos, pues esto será así para evitar ser disruptivos con las compañeritas con quienes cumplirá el castigo, así que para fines prácticos usted es una niña a partir de ahora y hasta que concluya su castigo al final del horario escolar, la maestra Rosy de preescolar ya está informada de esto, así que acostúmbrese alumna Fer. - indicó la directora Martinez mientras tomaba a Fer de la mano de manera infantil para llevarle al salón donde cumpliría su castigo.

Al llegar al salón Fer notó que el salón estaba decorado con motivos infantiles de varios colores pastel, era muy diferente de su salón de secundaria de hombres, las niñas ya estaban en la clase cuando la directora interrumpió a la maestra Rosy:

- Disculpe la interrupción maestra Rosy, aquí está la alumna que le comenté durante el receso, espero cumpla su castigo sin ningún contratiempo.

- Ah si directora Martinez que pase por favor al frente. -  contestó la maestra Rosy

Fer obedeció a la maestra Rosy y se puso frente a la clase mientras la maestra hacía la presentación necesaria ante la clase.

- Niñas, pongan atención ella es Fer, es una niña grande que se portó mal, y por eso va a estar con nosotras en clase, por favor salúdenla. pidió la maestra Rosy

- !Hola Fer! - saludó la clase al unísono.

- Muy bien Fer siéntate por favor en la mesita vacía junto a Amanda. indicó Rosy a Fer.

Fer caminó entre las mesitas hasta la que se hallaba vacía junto a la de otra niña, reconoció que Amanda era la misma niña que había entrado al baño junto a una alumna mayor mientras él esperaba a Miri en el baño de niñas, así que se sentó junto a ella.

La clase continuó por un rato, consistía en aprender una canción muy sencilla que la maestra Rosy estaba cantando para que las alumnas aprendieran, Fer la aprendió fácilmente y hasta ayudó a Amanda y a otras niñas en partes que les costaban trabajo para aprender, a Fer le pareció muy entretenido, tanto que reprimió las ganas de querer hacer pipí, pensando que tendría tiempo de pedir permiso para ir al baño más tarde. así pasó un rato hasta que la maestra Rosy dijo:

- Muy bien, es hora de que pasen al frente por parejas y canten la canción para que yo verifique que ya se la aprendieron.

Para este punto las ganas de hacer pipí de Fer estaban un poco fuera de control, pero no quiso pedir permiso para ir al baño, porque no tenía la seguridad de que se pudiera hacer eso en el contexto del castigo, simplemente pensó que sería mejor no arriesgarse a arruinar el castigo que hasta ahora iba sobrellevando muy bien y aguantar hasta la hora de la salida que ya no estaba tan lejos, solo tenía que aguantar hasta que todas las parejas de niñas cantaran la canción que era muy corta.

- Las primeras en pasar serán Fer y Amanda, adelante por favor. - solicitó la maestra Rosy

Fer se sorprendió un poco porque no sabía  hasta ese punto si el castigo implicaba también realizar las actividades de clase o bastaba con estar ahí, se puso al frente del salón  junto a Amanda, cuando se había puesto de pie las ganas de hacer pipí se habían vuelto insoportables, antes de cantar, se decidió a pedir permiso para ir al baño abandonando su plan de aguantar.

- Puedo ir al... - era demasiado tarde, antes de terminar de decir la frase Fer empezó a mojarse, sintió como la pipí inundaba las panties prestadas de su amiga Miri para luego bajar por sus piernas y empapar las calcetas blancas del uniforme, tiñéndolas de un amarillo muy claro para finalmente formar un gran charco en el suelo.

Al percatarse de esto, todas las niñas del salón de preescolar  (exepto por Amanda) soltaron una risa sonora, que combinada con los sentimientos de vergüenza  de ser un chico de quince años que acababa de mojar con pipí un uniforme prestado por nadie menos que su única amiga, frente a un salón lleno de niñas mucho menores que él, le hicieron llorar sincera y desconsoladamente.

- Silencio niñas- demandó la maestra Rosy provocando el inmediato silencio del salón - aquí no nos burlamos nunca de las compañeritas que tengan accidentes, aquí Fer es hoy una compañera más y merece el mismo respeto que cualquiera de ustedes si les pasara lo mismo, pídanle perdón.

- ¡ Perdón Fer! - dijo el salón entero por orden de la maestra, mientras que ésta abrazó a Fer trantando de que se calmara como lo haría con cualquier otra alumna de preescolar que estuviera llorando.

El abrazo de la maestra Rosy calmó a Fer de una manera extraña, Fer y Amanda pasaron a sus lugares, mientras terminaba la clase, al sentarse en su mesita descuidadamente, mojó la falda de su amiga con el líquido de sus panties llenas de pipí. Así escuchó todas las canciones de sus compañeritas hasta el fin de la clase.

Justo antes de finalizar la clase la maestra Rosy revisó una lista de la que leyó unos nombres, 

- Aquí dice que Amanda y Valeria traen hoy Pull- Up, por favor pasen a que yo revise si están secas. pidió la maestra Rosy.

Las niñas mencionadas pasaron al frente para ser revisadas por la maestra quien les alzaba la falda y estiraba sus Pull-ups rosas-

Muy bien Valeria, tú estás seca, mañana ya puedes venir con el uniforme normal porque ya no te has mojado, y tú Amanda, si estás mojadita (por eso Amanda fue la única que no se rió de mí pensó Fer) ni modo, Tú y Fer me van a tener que acompañarme a la dirección, como todas las niñas que tienen accidentes.


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