Capítulo 36.

1.9K 192 57
                                    

Me daba pavor tener que hablar con Stefan, inconscientemente lo había estado evitando para no tener que contarle lo sucedido.

Pero después de mi charla con el regente sabía que no había vuelta atrás, eran momentos difíciles para toda España, pero eso no quitaba que tenía muchas cosas de que hablar con el pelinegro.

Lo pude haber dejado para después, pero ¿habría un después? Estaba cansada de pensar en el futuro, de lo que sería de mí o de mis decisiones, sentía que la vida me quería dar el mensaje de aprovechar cada momento, por que por muy lejos e irreal que pareciera, nos habían declarado la guerra, así que sólo quedaba esperar el primer ataque.

Así que con ese pensamiento me propuse finalmente comenzar a darle rumbo a mi vida, a escuchar mi propia voz.

Pero eso no quitaba el miedo, el miedo de herir a quien me había entregado su corazón, tenía miedo que me mirará de forma diferente y es que como se lo había dicho al regente, yo realmente amaba a Stefan, sí, era un amor resquebrajado y no con la intensidad del principio pero ahí seguía: latente.

Eso debía ser una señal ¿no?

Con esa esperanza le conté todo, desde que llegué a Liechtenstein hasta mi huida apresurada, él escucho atento y tenía pintada esa cara de seriedad que me ponía incómoda, por que no me dejaba ver lo que pensaba.

Y yo me moría de nervios, siempre alabe que fuéramos ese tipo de pareja que tenían buena comunicación, aunque en ese momento éramos todo menos una pareja.

Lo observe desviar la mirada mientras su mandíbula se tensaba, no dijo nada, mis nervios aumentaron.

-Dime algo.

Su mirada vuelve a mí nuevamente ante la petición.

-Tengo muchos sentimientos encontrados.

-Debes tener algo que decir.

-Bastante en realidad -se endereza en su asiento- Para empezar no puedo creer que te hayas dejado tratar tan mal por tú familia.

Dice la última palabra con un tono sugerente.

-No entiendes y no espero que lo hagas.

-No, eres tú la que no entiende -mi ceño se frunce-Siempre estás tratando de buscar la aprobación y el amor de todas la personas, cuando la única a la que deberías aprobar y querer es a ti misma -suspira- Y una disculpa anticipada si te ofendo, pero últimamente tus decisiones son cuestionables, cambiaste desde lo sucedido con tus padres, incluso mucho antes, tú te cerraste a mí y yo no obtuve ninguna respuesta.

-Sabes que el Duque Esteban estaba respirandome encima, incluso acechandome para tomar decisiones.

-¡Decisiones que ya habías tomado! -se exaspera- Y sí, el Duque era un total fastidio alrededor nuestro pero nosotros ya habíamos hablando ¿qué cambió?

La charla.

Eso cambió todo, mi perspectiva, mi amor, mi capacidad de ser yo misma.

Y es que yo creía hacer las cosas por mí ¿porqué tuvo que meter incertidumbre a mi cabeza?

Recuerdo perfectamente que estábamos en el jardín, a ella le gustaban mucho las flores, estaba revisando los setos de rosas, me preguntó que sentía por él príncipe de Valencia y le fui demasiado sincera diciéndole que lo amaba. Entonces ella simplemente soltó la pregunta.

"¿Lo amas porqué quieres o por que le quieres dar gusto a la abuela?"

Recuerdo haber reído creyendo que era algún tipo de chiste sin gracia como los que solía contar, ella sonrío incómoda pero siguió con lo que tenía que decir.

La Corona de Aragón.Where stories live. Discover now