Capítulo 25. El maldito karma

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Cojo mi móvil con los cascos de la mesilla que tengo al lado izquierdo de la cama y me los pongo. Lo que menos quiero escuchar ahora es a mi madre hablar con mi hermano sobre mí. Sabe que no soporto cuando mis padres se hacen los buenos. Nos han abandonado en navidades por un supuesto trabajo que lo único que está haciendo es quitarles tiempo de vida y con nosotros. Además jamás hemos vivido de ese trabajo porque no da el dinero suficiente para mantener una familia de 4 personas. 

Mis padres antes no eran así, ellos eran buenos y hacían todo por nosotros, pero, en estos últimos años la avaricia les ha llenado el ojo con dinero y propiedades, ya no son los mismos que cuando tenía diez años y creía que nada podría separarnos. Me equivoqué, como siempre.

La canción que suena en mis oídos me hace reflexionar, se trata de "Sueño" de Beret y Pablo Alborán.

La verdad siempre hace daño,
pero más lo que imaginas...
Hice más cosas por ti
de las que hice por mi vida...

Quizás mis padres estén intentando cambiar pero no les dejo, quizás ellos se quieren ganar mi confianza pero yo no quiero que se la ganen. Aunque me siente mal decirlo, son muchas veces las que me han fallado, y ya no aguanto más.

Vuelo y sueño,
con mis manos te hice un reino,
donde sueño y vuelvo...
A pesar de todo el peso yo te espero
pero...
No hace falta que haya malos o haya buenos,
En la historia que queremos...

Y me recuerdo a mi hace unos años cuando quise empezar en el mundo de las motos, hace nueve casi, y mis padres me dieron todo el dinero que pudieron para que yo cumpliera mi sueño... y se lo agradecí como nunca, porque yo sabía que eso era lo mío. Siempre les estaré agradecida por ese sacrificio, y ahora que soy piloto y que los campeonatos me los costeo yo sola, no entiendo para qué quieren tanto dinero si no tienen tiempo de disfrutarlo...

El timbre de mi móvil me despierta de mis pensamientos, es Lucas, ya tiene el horario de mañana.

Hago lo que me pide, me pongo una alarma a las cinco de la mañana porque sé que es lo mejor para levantarme sin apenas esfuerzo

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Hago lo que me pide, me pongo una alarma a las cinco de la mañana porque sé que es lo mejor para levantarme sin apenas esfuerzo. Conforme lo estoy haciendo organizo la ropa para después de entrenar, para ir a ducharme a las instalaciones y de nuevo una interrupción me aparta de mis tareas. Mi hermano toca la puerta de mi habitación y me quito los cascos para escucharlo, aunque para lo que sé que va a decir, ni siquiera hubiera sido necesario.

  —Has sido demasiado dura con papá y mamá... —sentencia y le indico la puerta sin ni siquiera mirarlo.

  —No tengo nada que decir ante eso, si yo soy dura entonces ellos son diamantes —mi hermano me mira extrañado—. Por la dureza al ser rayado... da igual, cosas de biología. Ahora vete, me gustaría dormir ya, mañana tengo carrera y tengo que levantarme a las cinco de la mañana.

  —Vamos a ir a verte a las nueve a las instalaciones —afirma y se va de mi habitación.

Me echo sobre la cama, mi estado es neutral. Se suponía que iba a ser un gran comienzo de temporada, he estado entrenando duro y haciendo lo imposible para lograr estar aquí y a un día de debutar me pasan este tipo de cosas... no entiendo lo del maldito karma. Se supone que a las personas malas las castiga con cosas malas y yo, llevo una semana con problemas y lo único que la arregla es que decidí empezar una relación con Lucas...

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