ONE SHOTS DE DRAGÓN BALL | ❝Pequeñas historias con tus personajes favoritos de Dragón Ball.❞
✗ One Shots y algunos two-shots, (aquí posiblemente puedas encontrar alguna continuación de un shot del libro 1).
✗ Tú eres la protagonista, (o es Rayita, s...
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Lo cierto era qué la presencia del dios destructor y del ángel nunca habían sido demasiado relevantes para ti. Así que a pesar de que continuamente te encontrabas con ellos, jamás habían entablado ni siquiera una pequeña conversación. La deidad y el ángel no eran el tipo de personas con las que te gustaría tener ningún tipo de amistad.
Pero Bulma solía insistir siempre en que Whis era muy agradable y en que de hecho Bills no era como parecía ser al principio, pero a tus ojos él siempre sería el berrinchudo dios qué hizo un escándalo por un tonto budín. Asi qué era obvio que no pensaste que terminarías enamorándote de Bills.
Bills empezó a gustarte por culpa de la lagartija llamada Freezer, porque si él no hubiera ido a molestar la paz de la tierra tu nunca tendrías que haberte quedado sola con el dios destructor.
Era un día caluroso de verano, un lindo y pacifico día en que Freezer decidió ir de nuevo a tratar de matar a Son Goku, sólo para fracasar de nueva cuenta. Al comienzo de la tarde estabas en un lindo traje de baño, acostada en una silla de playa tomando el sol junto a tu best friend y un poco más tarde, Bulma estaba yéndose con Whis y con ambos saiyajin a buscar a los soldados de Freezer qué habían robado su radar del dragón.
—¿Estas segura de que no quieres ir con nosotros?
—No, Bulma —declaraste quitándote los lentes de sol y sonriendo hacia la peli-azul. Querías disfrutar tu día libre y odiabas el frio lo suficiente como para no querer pasar el resto de tu tarde en el continente de hielo. —Te esperaré aquí, suerte con lo que sea que tengan que lidiar.
—Bien —Bulma asintió feliz y se apresuró a colocar a la pequeña y risueña bebé en los brazos de Bills antes de irse. —Entonces supongo que tu y Bills pueden cuidar de Bra.
Querías protestar algo, pero fue tarde; ellos se habían ido, demasiado rápido. Bills grito un par de cosas hacia la avioneta, pero estabas segura de que era imposible que lo hubieran escuchado. Así fue como se quedaron solos en esa isla privada con la adorable bebé de cabellos azules.
—¡Tomala! —gruñó Bills tratando de darte a Bra, pero te levantaste de la silla y retrocediste. —Yo no soy la niñera de esta mocosa. ¡Sólo tomala!
—¿Qué? ¡No! —gritaste. Estabas alejándote un paso hacia tras cada vez que el dios se acerca a ti. Parecía que estaban jugando y la pequeña bebé soltó una risita divertida. —A mí ni siquiera me gustan los niños... ¡Además, Bulma te la dio a ti!
—¡Tú eres una mujer, deberían gustarte los niños!
—¡Eso es sexista!
Diez minutos después, Bills finalmente había dejado de perseguirte y de intentar que cargaras a Bra. Y ahora ambos estaban de nuevo acostados en las sillas de playa, tomando el sol en silencio. Tenias los lentes de sol puestos de nuevo y estabas tan relajada qué bien podrías haberte quedado dormida, pero te preocupaste un poco por Bra. Era cierto qué no te gustaban mucho los niños, pero después de todo Bulma la había encargado con ambos.
