Capítulo 63.

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Bárbara López.

Apenas dieron las doce, tomé el celular e inicie con las sorpresas, este día tiene que ser especial, muy especial, quiero robarle mil sonrisas todo el día y que un te amo se haga nada comparado con cada una de ellas.

- ¿Aló?

- Amor, gracias por llamar -respondió feliz.

- Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños mi amorrrrr, feliz cumpleaños a ti -dije taradeando.

- Bebé gracias.

- Sabes que te amo con toda el alma, que voy a hacer todo lo que este en mis manos para hacerte feliz, hoy y cada uno de los días de mi existencia, que voy a dedicar todas mis sonrisas para ti, que serás la culpable de hacerme feliz toda la vida y sabes, sigo sin creer que pronto tú y yo seremos esposas.

- Suena increíble.

- Suena mágico Maca, es de esas cosas que uno no cree, de esas situaciones que parecen irreales y que son imposibles de subestimar.

- ¿Por qué no vienes a verme?

- Lo siento amor, estoy un poco ocupada, tengo una fiesta, estoy justo por tocar a la puerta.

- ¿Fiesta? -su tono me confirmo lo molesta que la idea de irme de fiesta la hacía sentir.

- Ese tono sonó de alguien que está molesta ¿no? -pregunte.

- Bárbara, esperaba verte.

- Lo siento tengo que colgar, feliz cumpleaños amor...

Macarena Achaga.

¿Qué manera de iniciar mi cumpleaños?, creo que Bárbara aún no comprende lo importante que es para mí, cumplir años, se supone que uno planea disfrutarlo con las personas que amas y en este caso ELLA era la única persona que me importa. La puerta suena, ¿a esta hora?, me pongo la bata y me asomo por la mirilla, pero solo logro ver un enorme ramo de rosas rojas, perfectamente rojas. Abro la puerta y ahí está, mi perfecta y hermosa novia, sorprendiéndome una vez más.

- Feliz cumpleaños amor.

Justo detrás de ella había una chica que me entrego una caja y luego se marchó, entramos a la habitación y me lleno de besos; besos de todo tipo, besos de un hola te extrañe, hasta vamos arráncame la ropa.

- Tengo que irme.

- ¿Por qué? -hice pucheros.

- Tengo muchas sorpresas que preparar.

- La casa está sola -mordí mi labio.

- Eso es perfecto, porque mi último plan está noche, se trata de una cosa sola..., tú y yo.

- Perfecto -le sonreí.

La sujeté por la espalda y le di una nalgada bien colocada, que me dejo un ardor delicioso en la mano y una sonrisa tremenda en su rostro.

- Eso es trampa eh -dijo.

- Es lo que tenía que ser. Por cierto, extraño a Lana, ¿la llevas?

- No creo que eso sea posible bebé.

- Igual inténtalo. Te amo.

- Te amo -respondió y desapareció.

Tomé mis rosas y las acomodé en un hermoso florero al centro de la mesa y luego subí una historia con el pastel hermoso que Bárbara me había regalado, estoy segura de que este día sería como dice mi madre "mágico para recordar no solo por la magia del día, si no por quién la provoca".

Prométeme una sola cosa..., no te vas a enamorar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora