Los secretos del páramo

97 8 0
                                    

Park JiMin se recostó hacia atrás, entre las múltiples hojas y ramas que era su cama, alzó su mano hacia el aire, comenzando a mover esta de un lado a otro, haciendo soltar chispas azules de la punta de sus dedos, de fondo divisaba el amplio cielo...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Park JiMin se recostó hacia atrás, entre las múltiples hojas y ramas que era su cama, alzó su mano hacia el aire, comenzando a mover esta de un lado a otro, haciendo soltar chispas azules de la punta de sus dedos, de fondo divisaba el amplio cielo celeste, libre de nubes, de vez en cuando veía a algún grupo de luciérnagas que parecía estar rodeada por una nube de color durazno pálido, brillante, y otro grupo de elfos moverse entre luces azules y blancas, volando de un lado a otro, pero su nube de polvo azul fue interrumpida por dos pequeñas hadas que pasaron volando a toda velocidad, una de ellas se escondió tras su oreja, mientras la otra estaba frente al rostro de JiMin, su aspecto era obviamente pequeño, con un vestido de color blanco, contrastando su piel azul, esta chillaba con su manito alzada en un puño, era similar al sonido de una rata.

-¿Que pasa? Zafiro por que gritas.- El hada le contestó en múltiples chillidos, apuntando al hada que estaba tras su oreja, JiMin alzó su brazo para tomar entre sus largas uñas puntiagudas azules por las alitas al hada que se escondía tras su oreja, ésta de piel verdosa y ropa cafés, colgaba de los dedos de JiMin, con vergüenza y pena mientras sostenía algo entre sus manitos.- Esmeralda ¿Que le robaste a Zafiro? lo que sea devuelvelo, no está bien robar.- La pequeña esmeralda sacó de entre sus manos una piedra, un opaló tal parece, JiMin extendió la mano, y el hada dejó caer con un bufido la piedra sobre su mano, era tan pequeña que apenas si la veía.- Eres mi niña buena.- Murmuró sonriendo para estirar la mano hacia zafiro, quién recibió la piedra, y con una mano empuñada, volvió a chillar, agitando su puño para devolverse por donde vino agitando rápidamente sus alitas como un colibrí.- Si quieres un opalo solo pidemelo, buscamos un juntos ¿De acuerdo? - Dejó caer a Esmeralda sobre su pecho desnudo, esta asintió, acurrucandose justo en el esternón de JiMin.

Estaba dispuesto a dormir toda la tarde, sin embargo, la turba de cuervos que se precipitó entre los árboles en el extremo, frustró su sueño y tomó con cuidado a esmeralda que dormitaba en su pecho, para dejarle entre las hojas, y se alzó de golpe hacia el cielo, con sus enormes alas negras de casi dos metros cada una, desde las alturas, trajo sombra a las criaturas que se situaban abajo.

Se mantuvo agitando sus alas unos segundos antes de captar que algo iba mal, así que comenzó a desplazarse con rapidez hasta el tumulto de árboles, sentía el viento en su pecho desnudo, no así en su vientre, pues este estaba cubierto con un apretado corsé de cuero negro, dejando al aire desde la zona de su diafragma hacia arriba, no así sus piernas, qué consistía de un simple pantalón negro y pies descalzo, su cabello azul se encontraba hacia atrás a causa del fuerte viento.

Sobrevoló la zona donde se creaba el caos, viéndose cubierto por un cielo oscuro al estar fuera de los dominios del páramo. Se dejó caer con elegancia y silencio entre los árboles para espiar, seguramente los mismo ciudadanos y pueblerinos de siempre, queriendo entrar a su bosque para quemar, o arrojar sus desechos, pero sin embargo, al mover una rama pudo ver a un niño, de cabello negro y piel muy pálida, hecho un ovillo, llorando contra Bob, bueno, aquel árbol parlante, que era su amigo y le puso de nombre Bob.

Detras del páramo (JM X MY) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora