📖 CAPÍTULO - 09

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Cuando los chicos ya estaban listos para volver cada uno a su hogar, Aiden le pidió ayuda a Leo para que lo ayudara con sus conocimientos para entender más a su íncubo, además de investigar los tres juntos sobre sus futuras nuevas habilidades y todo lo relacionado con su naturaleza híbrida, de modo que los tres chicos decidieron juntarse otra vez al día siguiente, sin embargo, esta vez no sería en el colegio sino en la casa de Leo, ya que no se sentía a gusto yendo a territorio de licántropos y Connor no se sentía cómodo invitándolo a su departamento.

Por otra parte, el vampiro ya tenía un compromiso previo. A él junto con una de sus hermanas, les tocaba realizar los controles y registros del banco de sangre de su familia, ya que se alimentaban por medio de bolsas de sangre para transfusiones y debían arreglar todo para las provisiones del siguiente mes, por lo tanto, no sabía si alcanzaría a llegar si acordaban reunirse en otro lugar. Finalmente, luego de darle su dirección y número de celular a ambos chicos, Leo se fue por un lado y Connor junto a Aiden por otro, al igual que el día anterior.

Al otro día Leo no asistió a clases por el encargo que tenía con su hermana. Normalmente los controles y registros los realizaban por las tardes, pero ese día sería la excepción para que Leo tuviera el tiempo suficiente para su reunión con Aiden y Connor luego de que estos terminaran sus clases.

A las cuatro de la tarde, la pareja se encontraba frente al portón de una hermosa mansión de estilo Victoriano, de aspecto un tanto intimidante por sus colores y gran tamaño. Sin embargo, luego de que Aiden se comunicara con Leo y diera aviso de su llegada, un gentil mayordomo les dio la bienvenida y al entrar pudieron apreciar que el aspecto victoriano era más de la fachada que de su interior, ya que había sido remodelada con todas las comodidades modernas, aun así, procurando no perder el toque vintage.

El mayordomo los había hecho pasar a un gran salón, donde en sus paredes se encontraban varios cuadros con distintas obras de arte de diversos tamaños y autores, con dos sillones largos, que por sus divisiones se podía suponer que eran para tres personas, más otros cuatro individuales, todos de color crema, con cojines más pequeños bordados en diseños florales en tonalidades rojizas y purpuras, una mesa de centro de madera clara y un par de sillas con tapiz aterciopelado carmesí con bellas patas talladas. No obstante, lo que más llamaba la atención y que a la vez hacia contraste, era el inmenso televisor de pantalla plana que estaba en una de las paredes. Todo apuntaba que era el lugar de reunión de la familia, la cual debía ser muy numerosa por la cantidad de asientos.

Ofreciéndoles algo de beber y ambos aceptando gustosos un refresco, el mayordomo dio la orden a una de las sirvientas que pasaba por ahí y les informo que el "Joven Leo" vendría enseguida, para luego dejarlos solos dado que debía retomar sus obligaciones.

En el momento en que la sirvienta volvía llevando consigo tres vasos con refresco, Leo se hizo presente, saludando a cada uno con un apretón de mano.

Aiden lo quedo observando; iba vestido de manera casual, con unos jeans azul oscuro gastados en las rodillas, una camisa gris claro arremangada hasta los codos con los tres primeros botones abiertos, más unos botines grises en una tonalidad más oscura. Era su costumbre ver cada detalle de la vestimenta de los demás, le encantaba todo lo que tuviera relación con la moda y Debía admitir que el peliblanco sabía vestir.

—Disculpen la demora y el no haberlos recibido yo, pero como les dije ayer, no sabía cuánto tardaría en los registros con mi hermana.

—No te preocupes Leo, no esperamos tanto y eso es lo de menos, tomando en cuenta que te diste un tiempo dada mi insistencia —dijo Aiden con tranquilidad y recibió una sonrisa por parte de Leo—. Vives en una bella mansión. ¿Todos los vampiros habitan lugares similares?

Dos lazos para un híbridoHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin