Capitulo 3

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—Entonces ¿es serbal? —pregunto Scott, estaban teniendo una reunión en la casa del chico pálido que dormía arriba, su brazo aún seguía enyesado y ellos querían que Stiles se sintiera a gusto, por ello habían llegado desde temprano.

—No, no es serbal, nosotros podemos oler el serbal, ella no tiene olor absoluto, pero quemo como serbal —dijo Derek recordando el ardor en su mano.

—¿Porque una chica como ella traería una pulsera anti sobrenatural? —pregunto Lydia con una mano en su cintura, tratando de hallarle sentido.

—No tengo idea, pero debemos impedir que se acerque a Stiles, si es un Darach no dudara en lastimarnos por sus propósitos —declaro Scott —Stiles nunca estará solo, e impediremos que la chica este cerca de nuestro amigo.

...

—¿Estas bien? —pregunto Morgan sentándose al lado de Stiles el lunes por la mañana. —Creí que te había pasado al grave al no contestar.

—Oh si, perdí mi celular, es algo extraño pues aún lo tenía cuando llegué a casa —comento Stiles restándole importancia, sin embargo, él no solo había notado como su celular había desaparecido, desde que había llegado a la escuela, sus amigos no lo dejaban ningún momento solo, hasta esa clase que no la compartía con nadie.

Morgan solo asintió y presto atención a clases, hasta que a mitad de ella su amigo empezó a toser de forma constante, la chica saco una botella de su mochila y se la dio, él la recibió agradecido y así paso la clase donde se acabó el agua.

Al salir de esa clase ambos chicos habían quedado para estudiar en la biblioteca más tarde, pero la manada lo oyó y como lo habían dicho, no dejaron a su amigo en todo el día, evitando así que el castaño se viera con Morgan en la biblioteca.

Así pasaron días en los que Morgan y Stiles solo podían hablar en su clase en común y que el castaño no la compartiera con nadie, pues cuando de eso se trataba rodeaban a su amigo impidiendo que la castaña se sentara cerca de él.

A la semana ya habían ido a quitarle el yeso a Stiles, pues había mejorado mucho más rápido de lo que se esperaba, pero lo que le estaba cansando era la actitud sobre protectora de sus amigos, nunca habían sido tan sobre protectores, ni siquiera cuando estaba a punto de perder la vida, entendía que querían tenerlo a salvo, pero él podía con ese trabajo, por ello seguía vivo.

—No podemos seguir de esta forma chicos —estaban todos sentados en el loft a punto de ver una película después del entrenamiento. Todos voltearon a verlo con confusión fingida, claro que sabían de lo que hablaba su amigo.

—¿De qué hablas Stiles? —pregunto Scott.

—Oh saben bien de que hablo, ni siquiera me dejaron comunicarle a Morgan las dos veces que quedamos en esta semana que no iría —se quejó.

—Creemos que es un Darach, si es así solo te está utilizando Stiles —recordó Malia.

—Pero no lo saben, no pueden saberlo, no han hecho sacrifi... —el celular del chico sonó a medio discurso, era su padre que necesitaba la ayuda de la manada, pues un cuerpo había sido encontrado en el bosque, igual que el primer sacrificio.

Todos se apresuraron al lugar de encuentro, Stiles maldijo en sus adentros, pues no solo habían interrumpido su discurso, un sacrificio no era algo que debería de estar pasando y se sintió culpable, pues si sus amigos tenían razón, Stiles se sentía responsable al no haber detenido al Darach. Al llegar y ver el cuerpo se dio cuenta de que se veía exactamente como el cuerpo anterior, y ahí fue cuando empezó su investigación a su amiga.

...

Semanas, eso había paso desde el primer sacrifico, pero algo no encajaba, pues el chico no era ni lo más cercano a virgen y según el ritual de las criaturas, esos eran sus primeros objetivos, durante ese tiempo habían mantenido vigilada a Morgan, pero su vida parecía de lo más normal y hasta un poco aburrida de la monotonía de esta. Se dedicaba a ir a la escuela, después al trabajo y finalmente de vuelta a casa de donde no salía en toda la noche, los fines de semana tomaba dobles turnos. Y cuando tenía tiempo salía a correr al bosque durante varias horas, recorrido que hacia la chica con un par de hombres lobos a su alrededor, escondidos en la espesura del bosque.

Hasta el momento ella no había hecho nada lo suficientemente sospechoso, pero en esas semanas que la habían mantenido vigilada no habían hecho más sacrificios. Eso en verdad era sospechoso.

—¿Y cómo te va? —preguntó el chico lleno de lunares a su amiga. Ella lo vio con mala cara antes de voltearse e irse caminando a su salón, Stiles corrió hasta alcanzarla y tomarla del brazo. —¿Estas bien?

—Escucha Stiles, me caíste bien, pero las últimas semanas solo me has esquivado como si tuviera lepra, igual que tus amigos, así que te agradecería que lo siguieras haciendo —el enfado en la voz de la chica no pasó desapercibido, cuando intento darse la vuelta de nuevo Stiles la tomo de la muñeca, pero tal fue su sorpresa al sentir un ardor. La chica siguió su camino dejando a Stiles en el pasillo con la mano un poco quemada.

...

—O sea que te quemo —Stiles asintió —pero ahora ya no tienes nada —volvió a asentir ante la pregunta de su amigo.

—Nunca había oído de algo que hiciera que les hiciera el mismo daño a hombres lobo y humanos, y menos que la persona que lo traiga lo controle —dijo Deaton después de que Stiles dijera que ya había tocado la pulsera con anterioridad y no le había pasado nada.

—¿Es una Darach? —preguntó finalmente Derek que se había mantenido callado todo el tiempo.

—No lo sé, tiene similitudes sí, pero necesitaría verla de más cerca, hay detalles que aunque sean hombres lobo no alcanzan a ver —dijo Deaton. Y esa tarde se organizaron para en la noche ir a por la chica después de que dijeron que habían encontrado otro cuerpo.

La bruja de Beacon HillsWhere stories live. Discover now