Pequeña traviesa

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- Que!?
El grito en conjunto de Kiba y Tamaki casi dejó sordo a Naruto, mientras que Hinata no estaba segura de si estaba soñando. Quizás cuando se desmayó se golpeó la cabeza y por eso se estaba imaginado esa situación. No obstante, la voz de Tamaki, quien terminó de atender al cliente justo para escuchar lo que dijo Naruto, la sacó de sus propios pensamientos.
- Escuchaste Hinata! Es la solución perfecta. Naruto entrenará a Luna y mientras tú puedes terminar por fin con tu proyecto final.
- Eh... yo...
- Oigan un momento! - interrumpió Kiba - Solo esperen, ustedes dos ya se conocían verdad, porque yo no los presenté y han estado hablando como si nada.
Kiba miraba a Naruto y luego a Hinata, inquisitivamente. Fijo sus ojos en su amiga, dado que la conocía y sabía lo incómoda que se ponía cuando alguien se le quedaba viendo. Pero necesitaba respuestas y dado que eran mejores amigos desde la Universidad, no estaba seguro de que pasaba.
Además hacía tan solo unos cuantos mese de que conoció a Naruto y en su auto nombrado puesto de vigilante de Hinata, Kiba iba ahora a obtener todo la información que le faltaba.
- Ah? Oh sí! Hinata y yo nos conocimos desde pequeños y fuimos compañeros también, verdad Hinata? Pero hacia mucho que no te veía, no sabía que vivías por aquí.
Naruto le hablo mirándola a los ojos y con una gran sonrisa, al parecer estaba encantado de encontrar a alguien conocido.
Hinata por su parte, sentía que sus piernas se volvían de gelatina bajo la mirada de esos increíbles ojos azules. Más sentía también los ojos de Kiba sobre sí misma, por lo que se forzó a concentrarse para poder hablar coherentemente y no decir más de lo que debía.
- Eh... si... desde pequeños y luego fuimos a la primaria juntos y... y después... y hoy... bueno sí ya nos conocíamos pero hace mucho que no... hace mucho que no lo había vuelto a ver...
- Sí yo... jeje... bueno, no se exactamente lo que sabes o habrán contando pero tuve que irme a vivir con mi padrino Jiraiya y pues bueno, ahora vivo más o menos cerca de aquí también.
- Vaya que es pequeño el mundo! - dijo Tamaki.
- Oye Hinata - dijo Kiba pensando - creo que... sí! Vaya se me había olvidado por completo! Creo que ya habías dicho que cuando eras más joven, ahora que lo pienso cuando nos conocimos mencionabas a un...
- KIBA!!!
Hinata de pronto había encontrado su voz y el valor que se habían quedado botados en alguna parte. Más al intuir lo que Kiba estaba a punto de decir, lo debió interrumpir aunque fuese gritando. Naruto no debía escuchar eso, por nada del mundo, menos ahora.
- Kiba ya te lo dijimos, nos conocíamos bien? Ahora si me disculpan Luna y yo debemos volver a casa - dijo Hinata con un tono de seguridad, que Kiba pocas veces le había escuchado, lo que le sorprendió muchísimo. Dado que Hinata siempre le hablaba con un tono suave y ligeramente insegura de todo, menos cuando se trataba de postres dulces.
- No-o - le dijo Tamaki - recuerda que no puedes llevarte a Luna, hay que...
- NOOO!!!
Esta vez fueron Tamaki, Kiba y Hinata quienes gritaron al darse cuenta que Luna, quien había permanecido husmeando debajo del mostrador y los estantes, parecía que estaba comiéndose algo.
Los tres se apresuraron hacia la pequeña cachorrita, quien al verlos venir tan deprisa pensó que estaban jugando y salió corriendo entre sus pies.
- No! Luna, ven aquí! Ven Luna - le decía Hinata mientras se volvía sobre sí misma para tratar de agarrarla.
- Luna nena ven aquí - decía Tamaki.
- Vamos Luna, quédate quieta- hablaba Kiba.
A pesar de que Luna por su pequeño tamaño no era muy veloz, fue de la impresión y de la preocupación por no pisarla, que ninguno de los tres hizo en realidad a detenerla. Luna pasó entre los pies y corrió hacia donde encontraba espacio.
Más no logró alejarse mucho, puesto que Naruto, quien sí se había mantenido en calma. Se atravesó en el camino y la recogió en sus manos.
- Bien Naruto, vamos dáñela, vamos a ver si se comió algo más - dijo Kiba mientras le quitaba a Luna de los brazos y de dirigía hacia uno de los cuartos de consulta.
- Creo que definitivamente sí se comió algo, porque por aquí veo patas de algún bicho - comentó Tamaki en voz alta.
- Oh no Luna... porque hace eso... - decía Hinata mientras seguía a Kiba.
Kiba entró a uno de los cuartos individuales para consulta, no era grande como el de un médico humano, sino más bien pequeño, tenía una mesa a poco más de un metro de altura y en una esquina, un pequeño estante aéreo con instrumentos.
Colocó a Luna sobre la mesa y tomó de un estante un pequeño foco con forma de lapicero. - Muy bien Hinata, sostenla mientras le reviso la garganta.
Hinata sostuvo el pequeño cuerpo de Luna entre sus temblorosas manos, temiendo lo peor. Mientras Kiba se agachaba, le abría el hocico y trataba de ver algo.
- A ver nena, vamos a ver qué te encontraste en el piso.
Kiba introdujo uno de sus dedos para poder mantener quieta la lengua de Luna, más al está ser tan pequeña y sumado hecho de que Hinata no la sostenía con fuerza, Luna brincó y eso hizo que que el movimiento del dedo de Kiba se internara en la garganta y empezó a hacer ruidos extraños y su cuerpo como a brincar de espasmos.
Kiba rápidamente retiró su mano, Luna tembló ligeramente como si tuviese algo atravesado en la garganta y luego empezó a vomitar el contenido de su pequeño estómago sobre la mesa de consulta. Al terminar y ante el asombro de Hinata, se sentó y se quedó mirándola con cara de satisfacción.
- Oh Kiba, lo siento mucho, de verdad lo lamento, yo lo limpiaré. Luna eso no se hace....
Se vio interrumpida en su regaño hacia Luna por la risa de Kiba.
- Bien, bien, no te preocupes Hinata, vamos a ver qué salió por acá... - dijo acercándose a revisar el contenido estomacal desparramado - ademas no es la primera vez que sucede, ya lo limpiaremos nosotros, a ver un pedazo de cucaracha...
- Oh Luna - manifesto Hinata con una expresión de disgusto en su rostro.
- Y creo que esta cosa redonda debe ser tu arete, quien lo diría, ya no deberá quedarse. Bien tú quédate aquí y asegúrate de que no se coma su propio vomito, voy a traer algo para limpiar y un poco de agua.
Kiba salió del cuartito, fuera del pasillo se topó con Tamaki y Naruto que estaban hablando.
- Tamaki puedes traer algo para limpiar el mini vomito de Luna, yo voy a lavar esto y llevarle agua.
- Vomito... quieres que decir que... oh sí claro - los ojos de Tamaki brillaron de comprensión - bien ya vuelvo.
Kiba se dirigió a un tubo de agua cerca, para el uso público de lavarse las manos. Abrió el agua, enjuago un poco el arete, se quitó lo guantes y tomó una tacita que estaba sobre el mini lavabo, la lleno y se la dio a Naruto.
- Llevasela a Hinata, no creo que se anima a alzar a Luna así.
- Claro.
Naruto tomó la tacita y se dirigió por el pasillo hacia el único cuarto que tenía la puerta abierta y la luz encendida. Al estar frente a la puerta levantó la mirada de la tacita, la cual venía viendo para no derramar el agua; y lo primero que sus ojos vieron lo hizo parpadear varias veces. Antes de que su cerebro terminara de procesar a quien tenía al frente, su cuerpo reaccionó de inmediato, bombeando sangre a su entrepierna.
Hinata estaba dentro del cuartito, parada de espaldas a la puerta e inclinada hacia el frente de la cadera hacia arriba. Sus rodillas ligeramente flexionadas dejaban ver toda la longitud de sus piernas y las curvas de sus bien dotados glúteos. Estaba inclinada hacia el frente en un ángulo de 90 grados, con los brazos extendidos sobre la mesa, lo más lejos del mini vomito, sosteniendo a Luna con las manos y la cabeza caída en medio de los brazos.
- Luna que vamos a hacer... - decía en voz alta, pensando que estaba sola.
Naruto quedó congelado donde estaba, sentía su pulso y respiración acelerados ante la vista de la muy sugestiva postura de Hinata. Su mente tratando de razonar contra los instintos de su cuerpo. Esa era Hinata, la pequeña Hinata que siempre se escondía de todos, la tímida Hinata de voz suave que casi nunca hablaba, la insegura niñita que había protegido como si fuera su familia. Cuando había cambiado y obtenido esas curvas.
De pronto, unas palmadas hicieron a ambos volver a la realidad con un pequeño brinco.
- Aquí lo tengo Hinata, todo limpio - dijo Kiba en voz alta y aplaudido para sí mismo en el pasillo.
Hinata se enderezó y volvió a ver hacia atrás a un muy sonrojado Naruto y sin saber exactamente porque, ella también se sonrojó. Naruto le extendió un brazo con la tacita de agua, la cual ella tomó. Justo en ese instante llegó Kiba, que sin poner atención a la cara de ninguno, entró en medio de ellos y habló.
- Bien esto es tuyo y el agua es para Luna así que nada hace en tus manís y con esto limpiamos esto.
Mientras hablaba le había quitado la tacita de las manos a Hinata, la había puesto en la mesa para que Luna bebiera y en las manos de Hinata dejó el arete. Luego tomó uno de los paños que le había dado Tamaki y empezó a limpiar la mesa.
- Gra, gracias Kiba.
- De nada, ya sabes para esto me gradué y ahora faltas tú.
- Si... ya lo sé, pero...
- Nada de peros, bien Nehru vamos afuera, puedes alzar a Luna, no le va a pasar nada.
Los tres salieron del pasillo hacia el área del mostrador. Allí se encontraron a alguien más.
- Como te fue Shino? - le pregunto Kiba.
- Todo bien, está sedado y envié a Tamaki a limpiar la sala - dijo mientras se quitaba una mascarilla y los guantes - Hola Hinata, Naruto.
- Hey - le respondió Naruto.
- Hola Shino, una operación difícil - inquirió Hinata.
- Para nada, solo una castración, bastante rutinario y que te trae ahora por aquí?
- Bueno...
- Luna se comió un arete y se vino corriendo y cuando llegó se desmayó y luego Naruto le trajo una montaña de dulces y después Luna se comió una cucaracha y vomito todo, así que ya está bien. Eso resume todo verdad?
Hinata asintió con la cabeza.
- Vaya, así que está pequeña traviesa te sigue dando problemas - dijo Shino tranquilamente.
Ese era su estilo, siempre tranquilo, parecía que nunca se enojaba. Shino era alto, de piel clara, cabello negro y lentes oscuros, los usaba oscuros incluso para interiores y decía que le molestaba mucho el brillo. Más eran lentes especiales, no como los lentes de sol normal, con esos podía ver claramente incluso en interiores y nunca había fallado ninguna cirugía.
- Sí ya no se que hacer... - Hinata pronunció las palabras con desesperación.
- Eso no es cierto, Naruto te dijo que...
- Kiba!
- No me vas a interrumpir, tú tienes un problema y Naruto te ofreció ayuda, yo no veo cuál es el problema. Hasta Tamaki tiene razón y no lo pienso repetir en frente de ella, así quizás te concentres en tu proyecto también. Así que nada más dile que sí y gracias, si hasta ya lo conoces y sabes quien es. No tienes que dejar a Luna, dime donde vas a encontrar a alguien más que te conozca y te brinde una oportunidad así.
Hinata se quedó muda, mordiéndose el labio inferior mientras pensaba en que responder.
- Que ayuda? Vas a entrenar a Luna Naruto?- pregunto Shino.
- Eh... pues sí algo así. Hinata comentó que tiene problemas con su cachorra y le dije que yo la entrenaba, pero dijo que no podía separarse de ella durante tres meses así que...
- Así que se ofreció a llevarla durante los tres meses y Hinata no ha aceptado y parece que no quiere. Y Shino porque tú sí sabes que Naruto entrena a perros y porque no te extraña que yo dije que ya se conocían.
- Porque Hinata ya había mencionado algunas veces que conocía a un Naruto y lo de entrenador él lo dijo Kiba, que tú solo pongas atención a tus palabras no es mi problema - dijo imperturbable - Así que tres meses enseñando a Luna con un entrenador, sabes Hinata de verdad ellos tienen razón. Deberías aceptar.
- Pero no puedo, no, no - respondió al fin - No puedo solamente desaparecer por tres meses e incomodar a alguien más. No quiero ser un problema ni interrumpir sus clases.
- No serías ningún problema Hinata! La casa tiene espacio suficiente.
- Pero, pero... yo no... puedo... yo...
Hinata fue bajando el tono de su voz hasta que las últimas palabras no se pudieron oír.
- Ah, que dices Hinata? - le pregunto Kiba.
Hinata se sonrojó y bajo su cabeza, tratando de repetir lo que había dicho, más no se le escuchaba nada.
- Hinataaaa! - dijo Kiba impaciente.
- Yo... no... dinero... suficiente...- habló al fin casi en un susurro.
- Ya veo, Naruto que costo tiene el programa de entrenamiento y cuánto más sería si se agrega la estadía de Hinata.
Le pregunto Shino a Naruto como si estuvieran hablando de algo sumamente trivial.
- Veras Naruto, Hinata es como de la familia para nosotros y aunque ella no lo quiera aceptar, en ese aspecto le podemos ayudar.
- Eh, pues.... yo... eso... En realidad no importa, no pienso cobrarle ni un centavo a una amiga - dijo al fin Naruto totalmente seguro.
- Cuando inicia el próximo curso Naruto?
- Bien asunto resuelto - intervino Kiba - Hinata va con Naruto y él le ayuda con Luna y Hinata termina su proyecto y por fin logra...
- Kiba! Shino! Que hacen!?
- Pues ayudándote, no es obvio - le respondió Kiba.
- Hinata, sabes que es lo mejor, necesitas avanzar y con Luna dándote problemas no podrás terminar a tiempo. Somos amigos y te apoyamos, deja que te ayudemos.
Le dijo Kiba mientras le ponía una mano en el hombro a Hinata; ella cerró los ojos resignada.
Sabía en el fondo de su ser que estaban en lo correcto, pero vivir tres meses en la misma casa que Naruto; solo de pensarlo sentía como se le aceleraba el corazón. Tal vez si no lo pensaba, quizás estaba sobre analizando todo. Quizás si sería lo mejor para ella.



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Gracias por la espera, me tomó más de lo esperado poder actualizar, pero hay un capítulo más largo y ya terminamos en la veterinaria.

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Saludos de parte Avena, la cachorrita de uno de mis cuñados y la inspiración para la personalidad de Luna.

Gracias por leer esta historia.

Lu

UN LADRIDO AL CORAZÓN Where stories live. Discover now