I X.

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Ryoken no sabía quien estaba más nervioso en ese momento, él o su padre. Trataba de mirar por la ventana, tal vez distraerse de lo que en ese momento estaba pasando, incluso, ignorando aquellas luces rojas que se pasaba su padre con tal de llegar lo más rápido posible hacia su destino. Por mucho que su padre había pedido que no fuera y que se sentiría mejor si este se quedara en casa mientras él iba a ver qué era lo que pasaba, era imposible el querer hacer caso a esa orden cuando se trataba de la chica que tanto amaba. ¿Qué era lo que había pasado? Desgraciadamente, su padre no había querido darle más información. No pudo evitar soltar un suspiro, aunque también podía decir que estaba preocupado por su padre, no pudo evitar mirarlo de reojo en ese mismo instante, si no hubiera ido con él, no quisiera imaginar si le hubiera ocurrido algo por lo alterado que se veía.

--Ella estará bien Ryoken --Era lo que mencionaba su padre, aunque también sonaba, como si se trataba de convencer.-- Siempre ha sido una chica bastante fuerte

--¿Cómo lo puedes saber si nunca estuviste a su lado?

Sin embargo, esa pregunta no la contesto Kiyoshi, no pudo contestarla porque eso significaba, romper aquel voto de confianza. Le había prometido a la chica que nunca mencionaría sobre el contacto que aún había tenido con sus padres después de que se marcharan y como de vez en cuando, los visitaba con cuidado. El contacto que tuvo con ella cuando sucedió aquel accidente donde lo perdió todo y esos años que la estuvo cuidando hasta que ella decidiera regresar, aunque más para regresar, fue algo que él le pidió y casi rogo. Como todo padre que siempre quiere la felicidad de su familia y en especial de su hijo, solo le pidió una oportunidad para que viera a Ryoken antes de hacer cualquier cosa arriesgada. Realmente se sorprendía que ella había seguido al pie de la letra aquella petición.

--Solo lo sé Ryoken, solo lo se

El silencio se volvió hacer presente hasta que llegaron al estacionamiento del hospital. Una vez que estacionaron, empezaron a correr bajo las advertencias de que no lo hicieran, poco les importo. Kiyoshi ya sabía a qué habitación se debía dirigir. Aunque prácticamente, su corazón se calmo en el momento que escucho a Yusa y Kengo cuando empezaron a discutir y prácticamente, alzaban la voz mientras la enfermera encargada, les pedía amablemente de que bajaran la voz o molestarían a todos. Soltó un gran suspiro de alivio, solo camino con tranquilidad, toco la puerta de la habitación y estos dos, al instante dejaron de gritarse en el momento que se dieron cuenta de la presencia de Kiyoshi, aunque en ese momento, Yusa no pudo evitar abrir los ojos con sorpresa al ver a Ryoken ahí. ¿Por qué estaba él ahí? ¿Por qué tenía que verla en esa cama? Quería escapar pero sabía que teniendo a Kengo a su lado como a Kiyoshi frente a ella, era imposible hasta que ambos descubrieran la verdad. Al final solo suspiro, se sentó mejor en la cama, viendo el suero de sus brazos. No pudo evitar recordar cuando estuvo en el hospital, lo doloroso que era todo aquello. Cerró sus ojos por un momento y al final, solo miro a Kiyoshi y Kengo, evitaba mirar a Ryoken.

EL hijo de Kiyoshi, no pudo evitar mirar con atención a Kengo. Sin utilizar aquella ropa, se veía totalmente diferente, aunque no pudo evitar apreciar aquellas líneas de su rostro que cubría parte de su rostro. Aún no podía encontrar aquella conexión que había entre ellos y tal pareciera que a su padre, no le importaba.

--Solo me desmaye mientras visitaba a Miyu junto con Aoi --Fue lo que dijo.-- La enfermera me dijo que fue a causa del cansancio que estoy teniendo, aunque fue otra cosa en realidad

--¿Y eso que fue? --Pregunto Kiyoshi con curiosidad.

Otro silencio se formo en ella, miraba sus manos juntas, miraba las sabanas blancas. Alzo la vista para mirar la pared y al final, solo miro por la ventana. Tomando su debido tiempo para poder hablar sobre lo que vio.

No volveré a perderteWhere stories live. Discover now