하나

1.4K 145 6
                                    







El emperador ha enviado a sus mensajeros a repartir el mensaje importante, iba a casar al quinto príncipe, JaeMin. Una competencia de los hombres más capacitados para tener la mano del príncipe. Sus mensajeros llegaron a las plazas y a las casas nobles a informar la situación, tenían tres días para responder a la invitación, y cuatro días después se presentarían frente al emperador Young Ho.


Los sirvientes corrían de un lugar a otro apresurados, y muchos murmullos inundaban la residencia de la casa Lee. La señora de la casa; esposa de un marqués de la ciudad, quien alcanzó aquel rango con astucia y conexiones; al notar el ruido provocado por los sirvientes, se puso de pie y recelada alzó la voz preguntando:

—¡¿De qué se trata el alboroto?!—

Una mujer a su asistencia respondió a los llamados de su ama al otro lado de la puerta:

—Señora, ha llegado una carta del emperador. El señor Lee acaba de llegar al descubrir el asunto y no conocemos el yacimiento de sus hijos.—

La mujer que llevaba puesto un dangui no muy elaborado debido a su estatus social; y su cabello agarrado en un chongo bajo con algunas trenzas fuertemente sujetadas con una horquilla ornamental atravesada; salió del cuarto de té, se alzó un poco la falda larga para no tropezar y caminó a paso rápido hacia la sala principal de la casa.

Ahí, su esposo estaba sentado de rodillas en la cabecera de la mesa baja con una vaso de té. La mujer se sentó al lado izquierdo de la mesa, siendo la derecha del hombre.

—¿Dónde se encuentran mis hijos?—

Preguntó el hombre con un sombrero de nombre heungnip, con unos listones negros amarrados  debajo de su barbilla y una cuerda colgando con cuentas para decorar. Su esposa suspiró, ladeó un poco la cabeza y dijo:

—Los sirvientes los han buscado todo el día, últimamente salen de paseo sin previo aviso, hay días en los que llegan hasta el anochecer.—

Cuando el marqués bebió de su té, vio por el rabillo de su ojo hacia la vista exterior de la casa. Al dejar la taza de té sobre la madera de la mesa, mencionó:

—Supongo que fueron a la capital, son como cinco o seis horas de trayecto,  de ida y regreso.—

Lee YooYoung, le preguntó a Lee JinKi curiosa:

—¿Cómo lo sabe?—

Él le pudo responder la duda con facilidad:

—Se han llevado a los caballos.—

La mujer sentada derecha, decepcionada negó con la cabeza y se quejó:

—Por eso debimos disciplinarlos más, ¿y si se meten en algún lío? En la capital, sucede de todo, te metes con gente equivocada y estas muerto. Hay gente superior que no tolera a los de otros rangos, la segregación está más definida. Les educamos con personas de clases variadas, pero, no todos lo consideran así.—

Cuando vio el sobre con la carta del emperador, añadió algo más:

—¿Es necesario que nuestros hijos estén presentes para conocer el mensaje?—

El marqués asintió con la cabeza, dándole otro sorbo a su té favorito. Al recordar el contenido de la carta que ya había leído de antemano, rió bajo y sonrió de lado.

—La carta... es bastante interesante, tiene a todos los nobles alborotados.—

Hizo una corta pausa para ver a su mujer y al continuar, le sonrió:

—Necesito ver sus reacciones cuando estemos completos, créeme, esto es increíble. Un evento que sería difícil de presenciar una segunda vez en nuestras vidas.—

𝟓 𝔇𝔞𝔶𝔰 ❈ 노민Where stories live. Discover now