No Duró

192 24 0
                                    

POV's Jaebum

Escuchaba las palabras de los Detectives, pero estaba ausente, mi mente está en la habitación con mi pequeño Jinyoung, puedo sentir su aroma desde aquí, pero no puedo sacarme su imagen tan deteriorada de la cabeza. Su palidez extrema, labios partidos con el contorno casi morado, su cabello quebradizo, y su estado de inconsciencia.

Jeonghan llega y se posa a espaldas de  Seungcheol colocando sus manos en los hombros de este.

—Jinyoung duerme. Cuando Jackson baje puedes ir a verlo. – Se dirige a mí. –

Miro a la mamá de Jinyoung pidiendo permiso, ella también lo quiere ver.

—Ve primero, hijo. – Concede y asiento, ella me entiende o me tiene lástima. O ambas. –

—Como le expliqué a Jackson, sería recomendable llevarlo a emergencias. —Pero Seungcheol no quería hacerlo sin avisarte. – Nos comenta Jeonghan. –

—¿Lo podemos llevar ya mismo –Pregunto. —Pagaré lo que sea para que usted se haga cargo, pero lo colocaríamos a nombre de mi suegra.

—Claro. Tú tranquilo. Haremos lo que nos digas. – Responde al tiempo que llega Jacksom. Tocando mi hombro. Es momento. _

Me disculpo con una pequeña inclinación y casi vuelo a la habitación, respiro antes de abrir la puerta. Los veo a ambos dormilar y me dirijo a mi Jinyoung.

—Jinyoung, pequeño. – Le llamo bajito acariciando su mejilla. —Sé que fue Seunghyun. – Su aroma estaba un poco presente también. Y me asquea pensar en lo que le pudo haber hecho a mi pareja, a mi amor. —Vengaré todo este mal, ya verás. Te lo prometo.

Me arrodillo al lado de la cama, posando mi cabeza en el colchón a la altura de su mano. Y es ahí donde me permito llorar un poco, está conmigo sí, pero en este estado, pálido, golpeado, con suero en el brazo, no pude soportarlo.

—Te prometo que te cuidaré mejor, lo siento por lo de ese día, fue mi culpa todo esto. – Beso su mano y limpio mi rostro. –

—Jaebum... –Susurra débilmente despertando. —Te a-amo... – Nunca me lo había dicho directamente, pero nunca lo necesité. –

—Pequeño, descansa, no te esfuerces, te llevaremos a la clínica. – Me apresuro acariciando con mucho cuidado su rostro. –

Él vuelve a dormir, pero parece desmayado, tiene el rostro fruncido y su pecho no se mueve. Acerco mi rostro a su nariz, nada.

—¡JEONGAN! – Grito desesperado desde la puerta. –

Escucho varios pies corriendo, pero solo el nombrado entra. Intento mantener la calma para no ser sacado de ahí, me poso en una esquina alejado agarrándome de un mueble. Le veo comprobar sus signos vitales mientras le llama por su nombre, para proceder a quitar la almohada e inclinar la cabeza de mi pequeño elevando su mandíbula y abriendo su boca, toma una bocanada de aire y se lo pasa tapando su nariz, todo en cuestión de segundos. Naturalmente me alarmo y me acerco. Empieza a dar compresiones en su pecho y se dirige a mí, que me he quedado sin palabras, nada salía de mí

—¡Llama a una ambulancia! – Exclama. –

Reacciono y con manos temblorosas saco el celular marcando a emergencias, al segundo tono tengo respuesta.

—¡Necesito una ambulancia! – Digo rápido para dar atropelladamente la dirección de la casa. —Vienen en camino.

En escasos minutos en los que el doctor no ha parado de dar respiraciones y compresiones de forma intercalada, se oyen las sirenas y los paramédicos entran rápidamente sacándome de ahí. En poco tiempo veo a mi pequeño ser trasladado en una camilla con los socorristas y Jeonghan a pasos rápidos y todos vamos detrás.

Llegamos a la ambulancia y se suben empezando a conectar a Jinyoung a algunos aparatos.

—Sígannos. – Dice rápido Jeonghan y las puertas son cerradas. –

Corro a mi auto llevándome a mi siegra y a Nayeon conmigo, no se separarán de mí. Pongo en marcha el vehículo detrás de la ambulancia. Es tenso el ambiente, aprieto el volante entre mis manos, estoy peor que cuando escapé de la cena.

Llegamos al centro médico más cercano, apenas y llego a estacionar medianamente bien y corremos hacia adentro, a mi pequeño lo están llevando a emergencias y tiene unos tubos en su nariz. Paramos en la puerta cerrada y la mamá de Jinyoung y Nayeon se abrazan a mí llorando, la calma duró tan poco. Suelto feromonas inútilmente, no harán nada.

Las rodeo con fuerza, no sabemos qué puede pasar ahora. Las llevo a sentarse en las sillas más cercanas y empiezo a caminar de un lado a otro, Jinyoung, mi pequeño pasando por esto, y es mi culpa, es toda mi culpa, por mí, Seunghyun iba tras él, por mí, logra secuestrar, por mi incompetencia tardamos tanto, si solo hubiera seguido mi instinto... Soy un idiota. Jinyoung, pequeño, resiste por favor, estaré a tu lado.

Sigo dando vueltas, con los nervios de punta y cruzado de brazos mirando al suelo y a las paredes sin punto fijo.

—Deberías descansar un poco. – Me sugiere Seungcheol llegando a mi lado con un vaso de agua. –

Niego con la cabeza. Si me siento, no podría soportar la espera, se me seguirá viniendo el mundo encima.

—No puedo, de solo pensar que puede morir ahora, que por fin estamos juntos, me hace mal. – Recibo el vaso que me tiende. Y noto mi mano temblar. –

Si Jinyoung llega a morir, no tardaré en seguirlo, no podría con la depresión. De solo pensarlo me da escalofríos. Una vida sin Park Jinyoung. Me estremezco y sacudo la cabeza, no, eso no. Él saldrá de esta, lo esperaré y cuidaré.

—Por lo menos siéntate, la señora Tuan está despidiéndose de Jackson y la señora Park. No querrá verte así y Nayeon está sola ahí. – Apunta a donde se encuentra la joven que empieza a dormirse. –

—Tienes razón. – Suspiro rendido, solo queda esperar. –

Me lleva casi remolcado a las sillas. Me siento al lado de Nayeon y Seungcheol mi otro costado. Acomodo su cabeza en mi hombro, merece descansar dentro de lo que cabe.

Pasan varias horas, amaneciendo, miro mi reloj, las 7am. Estamos en las sillas de espera, mamá sigue despierta a mi lado y Nayeon recostada ahora a ella, todavía dormida, sus ojos están hinchados.

Jackson y los demás se habían ido, no podían dejar a Mark solo y Seungcheol fue a buscarnos algo de comer.

Veo a Jeonghan salir de esa puerta por la que desapareció con Jinyoung horas antes, se acerca a nosotros con rapidez, bajándose la mascarilla y con la expresión agotada pero no tensa.

—Logramos estabilizarlo.

Esas simples palabras me lograron traer el alma al cuerpo.

Necesito A Mi OmegaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin