∞ Epílogo ∞

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Me encontraba tocando el elegante piano de cola, tocando la melodía «Victor' piano solo de Danny Elfman», al presionar las teclas de marfil con las yemas mis dedos, tocaba aquella música que me encantaba. El piano se encontraba en una de las tantas esquinas de la casa, junto a algunos cuadros con algunas fotos en las cuales salía junto con mis amigas, otros con mis amigos, e incluso algunas enmarcadas y regaladas de la misma agencia de modelaje, cada uno de aquellos marcos eran momentos imborrables, en los cuales atesoraría con todo mi ser, y que generaban un toque de elegancia, acogedor y agradable.

Eran momentos de mi juventud y que aprovecho día a día, pare la melodía que estaba tocando, para admirar en uno de los marcos y apreciar con sutileza dos cosas: aquel poema partido en dos, ahora reconstruido y enmarcado, recordando aquella promesa que hice con Glen y que gracias a la carta que me había escrito el día de mi cumpleaños, y la segunda cosa; se trataba de otra carta que había escrito; el del día de nuestro matrimonio.

Observé detenidamente el anillo de matrimonio en mi dedo anular con incrustaciones, (muy delicado y con un toque angelical), recuerdo cómo me lo había pedido y el día exacto, y a pesar de tener ya veinticinco años, ambos nos seguíamos manteniendo físicamente a través de unos cuantos ejercicios.

Recuerdo el día 27 de junio del año 2021, habíamos salido de la agencia de modelaje y se encontraba muy nervioso, algo muy inusual en él, pero lo encontraba curioso y emocionante a la vez de observar detenidamente aquella faceta.

Me invito una romántica cena en nuestra humilde casa, ya que en esos meses nos habíamos mudado a nuestro nuevo hogar, y faltaban algunas cosas por estrenarse, por ejemplo, la cocina; Glen era una caja llena de sorpresas y para esa ocasión era perfecto, recuerdo que me había vendado los ojos y al sacarme la venda, todo estaba decorado con algunos pétalos de rosas, el ambiente era muy romántico. Titubeaba en el proceso, incluso se le había caído y derramado el champagne que tenía. Él se disculpaba en el proceso y conversábamos de nuestros planes en el futuro ahora que éramos profesionales y a la vez teniendo un trabajo estable nos iba de maravilla, a pesar de que el padre de Glen ganaba millones, pero él quería ganarse con el sudor de su frente, no mendigando a su queridísimo padre. —Y eso le encontraba toda la razón—

Seguíamos conversando cuando él de manera desprevenida para mí, se había agachado y me había pedido que fuera su esposa. En ese momento lágrimas de mis ojos marrones, caían por mis mejillas y mi rostro de anonadado, no podía articular palabra alguna, el amor que sentía por Glen era inmenso, él era un hombre maravilloso, y quería que pasáramos el resto de nuestros días juntos; lo cual acepte, sin poder articular palabra alguna solo con varios asentimientos de cabeza. Glen también se encontraba llorando por la emoción en ese momento, me lo colocó el anillo y viceversa.

Luego de algunos meses trascurridos, se hizo la esperada boda, invitamos a todos nuestros amigos, incluyendo a Tristán con Amber, a algunos de los de la agencia, Lisa me había regalado el vestido de novia exclusivo solo para mí, un vestido blanco, ajustado, mostrándose mis hombros, llevando un velo que combinaba perfectamente con aquel peinado que habían hecho mis dos mejores amigas, quienes estaban muy emocionadas, los encajes del vestido eran negros, el de Glen era completamente negro, se veía tan guapo de tan solo recordarlo. Corrección mi esposo era muy guapo. Sonreí al recordar aquel hermoso, mágico, y apreciado tesoro que otorgaba las fotografías y mi mente.

—Señora Jackman ¿Por qué ha dejado de tocar la hermosa melodía en nuestro piano? —Menciono con una enorme sonrisa, recargado en el marco de la puerta de la sala de estar.

—Glen, cariño ¿Cuándo llegaste? —Pregunté con una enorme sonrisa.

—Desde hace unas horas, pero sabes que ingrese por la puerta trasera.

—Eso tiene sentido amor —Mencione riéndome.

Glen me daba un beso casto en los labios, se posiciono atrás de mí, me hizo sentarme encima de su regazo, me besaba mi nuca delicadamente, me sujeto con sus fuertes brazos, mostrando ambos el anillo que llevábamos.

—Por favor amada mía, mi amada Nena, Cassandra, Cassy, ¿mi amada esposa podría seguir tocando la hermosa melodía?

—Con gusto mi amado esposo—Dije con una enorme sonrisa, para volver a tocar la melodía unos minutos más.

Glen se apoyaba su rostro en mi espalda, mientras se relajaba aspirando mi aroma, ambos estábamos vestidos casi iguales, solo que llevaba una chaqueta de mezclilla y él una cazadora de color negra.

—Sabes que siempre hueles bien ¿no?

—Sí, siempre amas mi olor como yo el tuyo—Además—agregue—. Quiero decirte algo Glen. —Mencione seriamente.

—¿Qué cosa Nena? ¿Qué sucede? ¿Lisa te dijo que iremos a New York?

—¿Qué? No, es algo mucho más que eso...

—¿Qué cosa es? —Preguntó mirándome fijamente y ladeando un poco la cabeza.

—Pues... —Llevé una mano a mi vientre—. Estoy embarazada Glen, ¡seremos padres!

Glen tardo un momento en procesarlo, y comenzó a brotarle lágrimas de sus hermosos orbes celestes.

—¡No puede ser! ¡¿Seremos padres!? ¡Seré padre! —Exclamó chillando de la emoción.

—¡Esta es la mejor noticia de mundo cariño! Un bebe a nuestra familia— Me abrazo de manera efusiva, besándome muchas veces y cayéndole más lágrimas en el proceso.

—Lo siento Nena, solo estoy muy emocionado por la noticia... —Susurro.

Lo abrace de manera fuerte, sin contener mis lágrimas tampoco, acariciando su enorme espalda.

—Te amo Glen, serás un gran padre...de eso no hay duda.

—Y tu una excelente madre para nuestro hijo o hija... —Menciono abrazándome fuertemente.

—Te amo Cassandra, sé que seremos grandes padres.

—De eso no hay duda mi amor —indique con una sonrisa.

Con mi amado esposo nos encaminaremos en un nuevo viaje, donde caminaremos juntos, donde habrá tropiezos, quizás algunos desvelos, discusiones, pero siempre juntos, ganaríamos experiencia al estar el uno con el otro, experimentar este nuevo mundo de: cómo ser padres y lo mejor será, con el hombre que amo, y él es Glen Jackman.

Porque no solo lo salve de la oscuridad, si no, que a mí también, él me ilumino con su maravillosa sonrisa, mi ángel guardián.



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