Esclavo | Michael Jackson [Erótica] (EDITANDO)

Capítulo I - Despedido De Nuevo

—¡Estás despedido! —. Le exclamó su jefe del pequeño negocio donde trabajaba.

—Por favor, ésto es lo único que tengo —. Respondió Michael entre un sollozo.

El hombre dejó su mirada firme, esperando a que se fuera de su oficina y nunca más regresara. Sin otra opción Michael se levantó de su asiento y salió del edificio con cuatro dólares de su último pago en el bolsillo.

¡Cuatro dólares! ¿Pueden creerlo?

A él no le importaba mucho, por lo menos tenía algo, aunque con tan poco dinero no podría comprar la comida suficiente para su familia, quienes se encuentran en bancarrota.

Fue una larga historia, lo despidieron de su trabajo como mesero por haberle gritado a un cliente; pero en su defensa, el señor había golpeado a su hijo por haberle estado contestando. Lamentablemente no había cámaras en el lugar, y nadie creyó su parte de la historia.

Iba de camino a casa, a pie porque no contaba con un auto. Regresaba con una cara alargada y una pequeña bolsa de papel con un paquete de pan dentro y una docena de huevos, es para lo único que le alcanzó con tan pocos billetes. Sus rizos caían por su frente, un traje a corbata y un sombrero era lo que portaba.

Llegó a su hogar, el hogar que compartía con sus ocho hermanos y hermanas, junto con sus padres, Joseph y Katherine Jackson. En verdad era una familia grande, parece que antes a las personas les encantaba tener más de cinco hijos bajo un solo techo.

Entró a la casa, dejando la bolsa de papel encima de la mesa, hoy era día de contar la comida. A cada uno de sus hermanos les pagan hoy en sus respectivos trabajos, con el dinero que se ganan compran toda la comida y materiales necesarios para después llegar y ponerlos en la mesa central, donde el padre de familia distribuía los alimentos. Él decidía cuánta cantidad se iba a poder comer cada día y cuánta porción de alimento iba a poder comer cada quien.

No quería ni saber cómo reaccionaría Joseph —su padre— cuando le dijera que lo despidieron de nuevo. Con tristeza y lágrimas amenazando con salir se dirigió a la habitación que compartía con sus hermanos, se tiró en su cama, comenzando a llorar. Tomó su peluche favorito, el peluche que su mejor amiga le regaló en su cumpleaños, abrazándolo fuertemente sintiendo que era su única compañía ahora.