Esclavo | Michael Jackson [Erótica] (EDITANDO)

Capítulo VII - Segunda Clase

Para el día siguiente Michael ya tenía más que claro que debía llegar puntual a sus clases con la señorita Adeline si no quería ser castigado. Llega unos minutos antes y al abrir la puerta de la habitación se encuentra con la rubia de pie al lado de la cama semidesnuda.

De tan sólo verla su mente se llena de pensamientos impuros. Comienza a recordar los gestos que ella hacía mientras lamía su parte íntima mientras gemía su nombre. Su cuerpo era tan perfecto que sus hermanos le tendrían envidia. ¿Porque el chico virgen ha estado conviviendo con un bombón así? Esa es la pregunta que de seguro se harían si vieran a la hermosa chica que tenía delante.

—¿Michael? —le llama la chica por tercera ocasión, ya que el rizado no contestaba. Acercándose a cerrar la puerta—. ¡Hey!

Se aproxima a él y deja caer un golpe de la fusta en su pierna para hacer que reaccionara.

—¡Ah! —grita el muchacho saliendo de su trance—. L-Lo siento, Adeline.

Y otro golpe más fuerte va sobre su cuerpo, pero ahora en su retaguardia.

—¡Lo siento, señorita Adeline! —. Se disculpa al notar su error en el nombre.

—Cómo te habrás dado cuenta, mi paciencia se ha reducido —informa caminando alrededor de él—. Así que no me hagas enojar.

Jackson simplemente baja la mirada y se queda en silencio. Su clase apenas estaba comenzando y ya le estaba yendo fatal. Los golpes que le dio habían sido más duros que la última vez. Aún podía sentir el ardor en las parte que había golpeado hace unos minutos.

—Acuéstate en la cama, ahora.

Ordena con un tono severo, se le oía algo molesta. Así que para no despertar más de su enfado él sube rápido al lecho, acostándose bocarriba en este.

—¿Qué me enseñará hoy, señorita? —. Le cuestiona de manera inocente.

—Hoy te enseñaré a guardar la respiración y a chupar de manera adecuada —. Menciona subiéndose a la cama.

Entonces acomoda sus piernas a cada lado de su cabeza.

—¿Q-Qué hace? —. Pregunta un tanto asustado por sus movimientos.

—Me sentaré en tu cara, pequeño —. Sonríe con perversión.

Michael no lo podía creer. Una chica estaba a punto de sentarse sobre su rostro. <<Si Tito estuviera aquí me mataría>> Piensa al recordar cuál era la fantasía de su hermano mayor.