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-¿Me dirás que te pasa?- Minghao estaba sentado en su sillón de siempre con Mingyu frente a él, de pie.

-A ver, en pocas palabras Song me robó, Eunwoo y Yugyeom estaban a cargo de sacarle información sobre quien lo había enviado, no quería matarlo, tenía la ley del silencio conmigo, así que no abrirá la boca, lamentablemente escapó y no estoy dispuesto a que sea una amenaza, debo asesinarlo de igual forma- Mingyu tomo todo el Whiskey que tenía en su vaso de un solo trago.

-Te expresas como la mierda, Song te robo, no abrirá la boca por la ley del silencio pero lo asesinaras sin importar nada porque escapó y es una amenaza, ¿no?

-Sí, al parecer no me explico tan como la mierda- Mingyu permanecía con las manos en su cadera mientras miraba a Minghao.

-Aún no entiendo porque lo quieres asesinar de igual forma, si lo atrapas de nuevo puedes saber de que mierda iba su plan de escapar de ti, es ridículo, lo encontraras igualmente, si cumple la ley del silencio no tienes porque asesinarlo.

-Soy Kim Mingyu, líder de la jodida Mafia, ¿quieres que deje vivo a alguien que me robo?, no me respetará ni mi perro, Minghao.

-Si le perdonas la vida, te deberá todo lo que le queda de esta vida y la siguiente.

-Tienes razón, pero ¿de que mierda sirve un traidor?

-Haz que se gane tu confianza- Minghao se encogió de hombros y tomó un sorbo más de Whiskey.

-Lo tengo, gracias Minghao.

-Para eso estoy, soy tu mejor amigo después de todo.

-Lo eres.

Mingyu comenzaba a cargar la mercancía en la camioneta, las nuevas armas eran una joya, ni el mismísimo Díos se atrevería a mirarlo directamente.

Camino a su gran casa logró pensar en lo tan deseado, lo único que Song tenía en su vida era a su padre, si quería seguir vivo debía jurarle lealtad, debería matar a su padre y llevarle la cabeza a Mingyu.

Solo así tendría la vida perdonada y le serviría aún así a Mingyu, el mejor puto plan de la vida, Minghao merecía una estatua en su jodido honor.

-¡Mingyu, llegaste!- una mujer notoriamente elegante y fina caminaba escaleras abajo en busca del recién llegado.

-Hola, ¿cómo estás?

-Bien... ¿como va todo el negocio?- hablaba entusiasmada mientras tomaba asiento en una de las sillas cercanas a ella.

-El negocio más que bien...- Mingyu tomó el tabique de su nariz por milésima vez en el día mientras intentaba calmar sus pensamientos.

-¿Pero?- la mujer cambió su expresión a una más preocupada.

-Nada de lo que debas preocuparte- Mingyu alzó el rostro y le mostró una sonrisa en busca de calmarla, aunque sabía que no serviría mucho.

-Mingyu... cuéntame- su expresión era seria, definitivamente no estaba para juegos.

Mingyu la quedó mirando un tiempo, era hermosa, su rostro era lo suficientemente delicado pero rudo a la vez, lograba expresar con facilidad todas sus emociones con sólo una mirada, la amaba demasiado, no quería preocuparla, pero lo conocía demasiado para saber cuando pasaba algo y no podía mentirle en ningún caso.

-Song escapó.

-¿Saben donde está?- su rostro permanecía sereno, no había nada que la preocupara aún.

-No... lo andan buscando.

-Bien, con eso basta.

-¿Tu crees?

Now or never ¦ MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora