Capítulo treinta y ocho.

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El dolor punzante que tenía sobre su cabeza ya no estaba, de hecho, aún sentía molestia pero podía al menos moverla, lo que sí, aún sus ojos no se abrían como tanto venía insistiéndoles. Se sentía pesado, relajado y muy tranquilo, aunque su corazón estuviera latiendo con fuerza dentro de su pecho, y lo sabía por el constante pito que sonaba a su lado izquierdo. Según él y las películas que había visto, además de los documentales, esa cosa se encargaba de monitorear los latidos de su corazón.

Pasaron largos minutos en los que se tomó la molestia de despertar cada una de sus extremidades, aunque su pierna derecha no le funcionó, no le importó, una vez sus manos y sus parpados se movieron considerablemente, él abrió los ojos, encontrándose a sí mismo en una habitación completamente blanca, llena de aparatos que no conocía. Sí, un hospital, y él estaba acostado sobre una cama de metálico material.

Escuchó la puerta abrirse, así que al instante sus ojos pesados se movieron hacía ese lugar, observando a su madre entrar y como la mirada preocupada y cansada de la mujer mostró una alegría indescriptible cuando llamó entre gritos al doctor, acercándose a su hijo, tomando su mano, escuchando una queja de BeomGyu ante el agresivo movimiento antes de dejarla sobre su lugar, disculpándose.

El doctor llegó apenas unos minutos después, BeomGyu admiró la mirada llena de satisfacción del desconocido hombre, mientras las enfermeras le indicaban datos como la velocidad del pulso de BeomGyu, todos con grandes sonrisas en sus rostros, pero BeomGyu... Él seguía sintiéndose en un tipo de trance, observando todo, hasta que su mirada se dirigió de nuevo a la puerta.

El doctor, las enfermeras e incluso ChaeRin miraron hacía esa dirección, pero solo estaba la puerta cerrada, entre tanto color blanco. BeomGyu no despegó su mirada de ese lugar incluso a pesar que el doctor le explicaba que tuvo suerte, que los múltiples golpes y la pierna rota, además de los daños en sus costillas e incluso el fuerte dolor de cabeza pudieron matarlo.

¿BeomGyu? Él seguía mirando hacía la puerta, esperando.

Él no lo sabía, pero lo que ocurrió después de su desmayo y de despertar para llamar a YeonJun en un último hilo de resistencia contra la inconsciencia antes de desmayarse nuevamente, fue algo bastante complicado

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Él no lo sabía, pero lo que ocurrió después de su desmayo y de despertar para llamar a YeonJun en un último hilo de resistencia contra la inconsciencia antes de desmayarse nuevamente, fue algo bastante complicado.

Luego de que YeonJun no atendió el teléfono, él cayó y un par de horas después, HaNi regresó de su clase de inglés. Ella hablaba con YoungMi sobre sus calificaciones altas y sobre presumirle a su madre que podía tener novio y ser estudiosa a la vez.

Las chicas palidecieron cuando encontraron el cuerpo de su hermano en el suelo, rodeado de grandes manchas de sangre, así que, aunque primero ambas quisieron tumbarse y llorar, YoungMi se encargó de llamar a ChaeRin mientras subía las escaleras con HaNi, asegurándose de que SuJin y JiEun estén bien, después pasaron a la habitación de BeomGyu, escuchando al pequeño Ian llorar entre tantos gritos. La voz del pobre bebé ya ronca, llorando a todo pulmón con el rostro tan lleno de lágrimas que parecía pedir auxilio o que lo estuvieran torturando, cuando solo quedaba él en la habitación.

Neko Corporation » TaeGyu / BeomHyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora