NAVIDAD.

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Uno de los días que TaeHyun más amaba, no solo porque el cumpleaños del amor de su vida era un veinticuatro de diciembre, sino porque BeomGyu le permitía hacer todas las decoraciones que quisiera, acabando por llenar la casa de tanto rojo, verde y blanco que acabaría hundiendo hasta al mismo Grinch en el espíritu navideño de TaeHyun.

—Amor ¿Qué haces ahora? —El minino escuchó la voz de su esposo y removió sus esponjosas orejas, bajándose del banquito donde se había subido para continuar colocando unas cuantas guirnaldas.

—Ya van a llegar. —Hizo un puchero TaeHyun, acercándose a su castaño. —Y no luces allá, allá y allá también. —Señaló respectivamente.

—Bebé, ya hemos hablado de esto. La casa está hermosa, no te preocupes más ¿De acuerdo? —BeomGyu se estiró para colocarle a TaeHyun el gorrito de Santa, doblando la punta de este y asegurándose de que no esconda sus felpudas orejas. Él, por su parte, se colocó las astas de los renos. —Listo ¿Ves cuan hermoso te ves?

—Yo quería ser reno.

—No, no, ni lo pienses, gato engreído. —BeomGyu suspiró, cruzándose de brazos. —Ya lo hablamos, lo que menos quiero es que cuando la visita llegue, note que ya me pasaste por dos centímetros. No te lo voy a permitir.

TaeHyun sonrió, moviendo su larga cola. Él y BeomGyu habían prometido mantenerlo en secreto, pero la última vez que se midieron, hace algunas semanas, TaeHyun ahora medía metro con setenta y cinco, mientras BeomGyu se mantuvo en su metro con setenta y tres. No se notaba tanta la diferencia de tamaños, pero para el mayor fue un golpe directo en su orgullo.

—Soy Santa y tú reno. —Afirmó TaeHyun.

—Se dice "Tú mi reno", amor.

—Tú mi reno.

—Muy bien. —BeomGyu se inclinó y beso sus labios. —Pero ya no sigas creciendo. Mira que si para la próxima navidad esto perdura, te prometo que serás un duende ¿Vale?

— ¡Vale! —Aunque TaeHyun no tenía idea de cómo hacer para no continuar creciendo.

Después de un beso, TaeHyun se dedicó a bañar, cambiar y vestir a sus hijos con todo el espíritu navideño que tenía. MinGye fue un hermoso reno de cuatro años, MiYeon una Mamá-Claus de dos y HyuSung un duende de un añito cumplido hace poco.

Dejando que MinGye y MiYeon disfruten de los decorados de la casa y saquen sus juguetes a la sala de estar mientras HyuSung descansaba en su cuna, TaeHyun se acercó para asegurarse de que BeomGyu tuviera lista la cena, sonriendo y meneando sus orejas al escuchar el dulce cantar de su amado, moviendo sus caderas de lado a lado.

Él quiso acercarse para rodear la cintura de su esposo y llenar su cuello de besos, hasta terminar jugando nuevamente en la cocina, pero sabía que no era correcto. Aunque imaginarse a BeomGyu renegando debido a que TaeHyun ya era más alto que él y ahora era el felino de cola larga quien rodeaba la cintura del otro, era algo que TaeHyun adoraba oír.

Porque aunque llegara a medir dos metros, él siempre sería el pequeño bebé de BeomGyu. Pase lo que pase.

Sus orejas se menearon una vez oyó el timbre, sacándolo de sus pensamientos y devolviéndolo a la realidad, justo a tiempo para ver a MinGye corriendo hacía la puerta, pegando su oreja esponjosa a la madera.

— ¿Quién es? —Preguntó el pequeño.

—La vieja Inés. —MinGye sonrió emocionado al oír la voz de su tío SooBin, así que abrió la puerta sin dudarlo, recibiendo al rubio felino que lo tomó en brazos y al instante lo puso de cabeza, haciéndolo reír.

Neko Corporation » TaeGyu / BeomHyunWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu