XIX - Secretos

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—¿Han entendido? Mariconettis.

—La mafia y el asesino, entendido -repaso Auron sin mirar a los ojos a Conway ¿Cómo localizar a un asesino que casualmente eras tú mismo?-.

—Ya váyanse. Tengo cosas más importantes que hacer que lidiar con anormales como ustedes.

Ambos amigos salieron del despacho del intendente, sin embargo, Auron no se había dado cuenta que su celular se había salido de su bolsillo. El superintendente al notar el aparato lo tomo y vio que era del de rojo, así que le quitó la tapa y le puso un micrófono dentro, volvió a poner la tapa y lo dejo exactamente en el lugar que lo encontró para que no hubiera sospechas.

—¡Joder! -se quejo Auron revisando sus bolsillos- no encuentro mi celular.

—Talvez lo dejaste con el abuelo, iré a buscar -el pelirrojo no espero respuesta, solo fue en busca del dispositivo de su amigo-.

—Pude ir yo... -dijo desconcertado, pero ya su amigo se había ido, solo suspiro-.

El comisario lo tomo de la mano y se encerraron en un pequeño cuarto de limpieza, el heterocromico no sabía que acababa de pasar, solo se le quedó mirando con mucha duda.

—Creo que estás re callendo -dijo el ruso preocupado-.

—¿Tu creés? -su mirada demostraba asombro y miedo, no quería dañar a nadie sin ser conciente de ello-.

—¿Acaso no te das cuenta?

—No ¿Hice algo malo?

—Casi hacías algo malo, pero te contuviste, lo cual me tranquiliza, talvez deberías ir con un psicólogo.

—Yo soy psicólogo.

—Talvez... pero necesitas ayuda profesional, recuerda que prometí ayud....

Pero fue silenciado por el menor dándole un beso en los labios. Auron no quería seguir con aquella conversación, pues no quería que lo ayudarán.

Hubieran seguido con aquel beso, pero alguien había abierto la puerta de mantenimiento, ambos voltearon a ver al responsable viendo que era Alexander Ivanov, este solo los observaba sorprendido, sobre todo a su compañero, pues no esperaba que tuviera una relación con Gustabo a escondidas, lo único que pudo hacer fue cerrar la puerta impactado, tratar de hacer como si no hubiera visto nada le era imposible.

—¿Que cojones acabo de ver? -se pregunto a si mismo recargandose en la pared-.

La pareja salió del cuarto, pero Gustabo se fue de ahí rápidamente a la puerta de comisaría, Volkov se quedó frente a Ivanov apenado.

—Por favor, no le digas a nadie.

—Si te parte el corazón... yo le parto la cara.

Victor le sonrió aguantandose las ganas de abrazarlo, el búlgaro solo le revolvió el cabello y se fue de ahí feliz por su amigo, por su hermano.

Ambos agentes llegaron a tener una relación en el pasado, pero al final descubrieron que era mejor que se mantuvieran como buenos hermanos del alma. Eso no significaba que olvidarían aquellos bellos momentos que pasaron.

Auron salió de comisaría con las mejillas coloradas, esperaba que su pareja pudiera cubrir aquel descuido. En ese momento llego Horacio entregándole el celular.

—Estaba en el suelo, parece que el superdetergente ni siquiera se dió cuenta.

—¡Hombre! ¿Que esperabas? ya a cierta edad los sentidos fallan -vio su celular si es que no le avían revisado nada en aplicaciones o menssjes- parece que todo está bien -se lo guarda- tenemos que comprar los trajes.

—Bien... pero... el asesino ¿Eres tú?

— ... no ¡tío! ¿Porque piensas eso? esa vida la dejé en el pasado -dijo fingiendo indignación-.

—Es que... creo que otra vez están presentes tus ataques de irá.

—Ya hemos hablado de esto: No es irá, destruyó incluso estando feliz y triste.

—Si, si, tus ataques destructivos... talvez deberíamos hablar de esto, no quiero que tengas una crisis.

—Estoy bien, deja de preocuparte tanto por mí.

—Me preocupo, si no te cuido Luzu y Lolito van a matarme lenta y torturosamente por descuidarte.

—Estoy bien, deja de exagerar. ¿Te vas a quitar esa cresta?

—No, amo mi cresta -dijo con un puchero en los labios-.

—Das asco con esa cresta -saco unas tijeras de su bolsillo-.

—¡No! -salio corriendo- ¡Eso es cruel!

—¡Déjate rapar! -corriendo trás él- ¡lo haré gratis!

Después de muchas tonterías compraron los trajes y volvieron al departamento donde los estaba esperando Segismundo con varias cervezas, whisky y droga.

—Segis ¿Que estamos celebrando? -pregunto Auron viendo tres cervezas en la mesa junto a varios bolsas con "harina", intuía que había más cosas en el refrigerador-.

—Nada, solo ví que estaban en descuento.

—¡Pues celebremos que estaban en descuento!

Una cerveza, dos, tres, cuatro, cinco, ya habían perdido la cuenta, ya estaban empezando con el whisky a lo cual propusieron un pequeño juego, ninguno estaba en sus cinco sentidos, por lo cual al final no recordarían nada.

Los tres se sentaron en el suelo dejando el vaso sobre la pequeña mesa frente a ellos.

—Yo nunca nunca recibí un golpe de mi ex -dijo Segis, a lo cual Auron y Perxas dieron un trago a sus vasos- ¡Joder! ¡Que suerte tienen! -dijo con sarcasmo-.

—¿Que puedo decir? -hablo Auron con una boba sonrisa- Luzu estaba hasta la polla de aguantarme, así que solo me devolvió lo que debía.

—Yo solo diré que me aterra volver a ver a mi ex -fue lo único que dijo el de cresta-.

—Yo nunca nunca jugué con un dildo -dijo Auron, solo vio a su mejor amigo tomar todo la botella de whisky y empinarsela de una-.

—No diré que me sorprende -admitio el gallego viendo a Horacio-.

Así siguieron hasta que las preguntas cada vez se fueron haciendo más reveladoras o impresionantes, lo cual no paso desapercibido por aquel que escuchaba por el micrófono del celular del Karmaladiense.

—Yo mueca nuca -Segis ya no podía repetir bien esas palabras- he traicionado a un amigo con una persona que ama.

—¡Uf! -Auron le da un trago al vaso- saben... Luzu era alguien deseable por muchos, más por Alexbi -se le escapan varías risitas- yo lo sabía y de todos modos me tire a Luzu, esa fue de las mejores noches de mi vida.

—¡Que guarro! -dijo Perxitaa-. Yo nunca nunca he matado a alguien.

—¿Enserio? -Segis miro extrañado a su amigo-.

—Obvio si -los tres bebieron de sus vasos y comenzaron a reírse como focas retrasadas- creo que apuñale a alguien ayer, no me acuerdo.

—Alguien me debía dinero, así que simplemente hice lo que tenía que hacer.

—Yo necesito tomarme todas las botellas de whisky y cervezas -suspiro como si fuera lo más normal del mundo lo que estaba por decir- muchas veces mate a mis compañeros en Karma, también mate a dos de mis hijos, uno era "adoptado" y el otro me avergonzaba, tuvo una hija con uno de mis compañeros, quién también tuvo una hija con otro compañero. Obviamente los mate, ese árbol genealógico jamás debió existir.

—Que hijo de puta -se reía a la vez que aplaudía al imaginarse cada escenario-.

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El superintendente escucho todo lo que pasó ¿Que pasará con aquello?

¿Que opinara Conway al saber que Gustabo García mato a su propia familia?

Tan cerca y tan lejos [Intenabo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora