Mi brillo de felicidad [Glam x Chess] [METAL FAMILY]

Una gota de futuro

:[Narra Ches]:

"¿Ahora vas a decirle a los artistas como deben vestirse?"

Aún recuerdo cuando le respondía algo parecido a mi madre cuando me recriminaba por querer entrar al conservatorio y mencionaba mis sueños de ser músico, que por ser pobre y sin estudios no iba a tener futuro. Ella solía estar ebria la mayor parte del tiempo o "pasándola bien" con sus amigos en el bar.  Las pocas veces que convivía con ella, me volvía a proponer trabajar en una fábrica para sacar la casa adelante, salir de la pobreza. Estaba seguro que esas eran excusas para conseguir dinero y gastarlo en su vicio. 

A pesar de todo, yo la seguía queriendo, al final, todo es producto de lo tanto que pasó en su vida, siendo el detonante el abandono de mi padre cuando era pequeño. 

Eso no quita que hay veces en que me gustaría que hubiese puesto su maternidad primero en vez de hundirse en su depresión... En fin, sabía que estaba completamente solo en esto, por lo que tuve que ir por mi propia cuenta a preguntar como era el examen de ingreso y si podía solicitar una beca. Solté un suspiro, preocupado, cuando me enteré que tenía que ser el primer puesto para que el conservatorio cubriera todos los gastos. Iba a ser difícil, pero no imposible. 

Dediqué días y noches en la biblioteca de la ciudad, revisando y leyendo libros de música, practicando y aplicando lo aprendido en la guitarra que había comprado en una tienda de re-venta. Si bien tenía la facilidad de sacar las notas musicales por oído, había un lado teórico que tomar en cuenta.

El 27 de mayo llegó con el radiante sol asomándose en la ventana de mi cuarto, acariciando mi cara y despertándome. Salté con energía del mueble donde reposaba y fui a tomarme una ducha rápida. Vestí lo primero que vi, tomé mi estuche con la guitarra y algunos discos dentro, caminé despacio hacia la cocina y agarrar desayuno para el camino. Como todos los días, mi madre estaba dormida en el sofá, con botellas de alcohol y cigarrillos apagados en mano, esa mezcla de olores predominaba, realmente la sala principal apestaba. No le di mucha importancia, agarré un sandwich y un jugo que había guardado en la nevera anoche, abrí la puerta y salí, cerrándola con cuidado para no despertarla. No estaba dispuesto a escuchar sus peticiones de que me quedara o vaya a por más bebida.

Traté de que eso no me afectara, por lo menos no hoy. Tenía que estar concentrado en el examen que iba a dar, fueron varias semanas de practica, no iba a echarlas a la basura. En los largos minutos que recorrí la ciudad y fui alimentándome, la naturaleza estaba llamando. Al principio pensé que podía aguantar, pero con cada paso que daba, la sensación se volvía más insoportable. En eso, ya no aguanté y fui a un callejón, donde creí que nadie podría ver ni sentirse incómodo. Me bajé el cierre del pantalón con rapidez y oriné al lado de los contenedores de basura. 

Ya había terminado cuando escuché el sonido de un objeto rodando en el suelo hacia mi dirección. Acomodé el cierre y lo tomé una vez que mis manos estuviesen desocupadas. 

- D-Devuélvemelo. -Ordenó una presencia al frente mío. Era un chico de mi edad, un año mayor o menos capaz. Piel blanca, ojos azules y rubios cabellos peinados para atrás, parecía un muñeco de porcelana con vida. Tanto su expresión corporal como facial mostraban su nerviosismo, poco más y las piernas le temblaban. ¿Acaso me tenía miedo? Que... Ternura.

Se intimidó más cuando le pregunté seriamente si aquella bombilla era suya, sus balbuceo y sonrojo por la pena lo hacían más adorable, supongo que estaba esperando a que lo ataque o algo así.