Oportunidades

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:[Narra Glam]: 

- ¿¡Ese gusano te superó!? - Exclamó Lydia, molesta. El insoportable vagabundo que había conocido estaba saltando de alegría al saber que había ganado el primer puesto. 

Solo por un puesto...

Le pedí que no le dijera a nuestro padre lo que había pasado al respecto. "¿Por qué debería de mentir?" fue lo contestó, desapareciendo entre la multitud. La ansiedad e impotencia de saber "que pasaría una vez que Lydia le contara al respecto" se apoderó de mí. Sentía como si en cualquier momento fuera a explotar. Seguí sus pasos y, una vez que salí, grité. Grité lo más fuerte que pude, poco más y tiraba la funda de mi violín contra el suelo con fuerza, pero todavía tenía control sobre mi cuerpo. Tenía que aceptar las cosas tal y como eran.

- ¿Ves? Él tampoco aprobó el examen, mi niño... En la siguiente te irá mejor. -Escuché a lo lejos una madre consolando a su hijo, quien lloraba desconsoladamente. ¡Ja! ¿Desaprobar el examen? No... Me había pasado algo peor. Sentía como mi brazo se tensaba con tan solo pensar lo que iba a pasar llegando con mi familia, tratando de explicarle a mi padre las noticias ya dadas y zafarme de ese castigo divino. Poco a poco mi mano temblaba y la sensación se hacía más real mientras más la pensaba.

Lo único que me quitó de mis pensamientos fue una voz reconocida. Ugh, era él de nuevo. No sé que planeaba con venir a saludarme de nuevo.

- ¡Fuera de mi vista ahora mismo! - Grité, ya desesperado, liberando tensión.

- Wow... Un poco más y me envías a la mierda.

- ¡Ve.. Vete... A la mierda, fenómeno! - La voz se me ahogaba en cada palabra que pronunciaba. Sí, sentía mi cuerpo más ligero, pero eso no quitaba que mis ojos se pusieran vidriosos y mi respiración se acelerara de ira. Unas lágrimas se escaparon, acariciando mi rostro. Ahora la vergüenza se había unido con todos esos sentimientos mezclados que pasaban por ese momento. Estaba completamente sonrojado y casi fuera de control. Me limpié rápidamente y seguí mi camino, haciendo caso omiso al rostro confundido de ese chico.

- ¿Te sientes mejor? - Preguntó, ¿Estaba preocupado por mi? ¿Después de como le insulté? ¿Acaso no le importaba los tratos que le daba? Parecía de esos perros que, a pesar de que los maltrates, seguían ahí.

- ¡No! - Respondí exaltado, todavía no había sacado todo- ¿¡Cómo rayos tú pudiste ocupar el primer puesto!?

- Oh.. No fue nada complicado. - Durante el camino, me fue explicando las preguntas que le hicieron y como él las respondía. Para ser sincero, me sorprendía demasiado su seguridad, era... Irritante de cierta manera. ¿Cómo él podía saber todo eso? Espera... ¿Acaso acaba de mencionar que tengo baja autoestima? Ugh, no dejaba de tener razón aunque lo negara mil veces. Mientras más hablábamos, mi enojo pasaba. La forma en como se expresaba, contaba las cosas, su tono de voz... Era relajante, como si me estuviera acurrucando en ella. Sentía como mi respiración se neutralizaba y mi mente se aclaraba. ¿Era así como se sentía ser importante para alguien? 

- ¿Estás feliz? - Soné mas calmado, pero la forma en como decía las cosas seguían siendo tosca.

- ¿Yo? Demasiado, siendo sincero, ¡Es una oportunidad de cien! - Sonaba emocionado. Me explicó más su situación, el tema con su madre y que su apoyo con respecto a lo que hacía era nulo, prefería que trabajara en una fábrica a "morirse de hambre" con la música. Aquello me hizo entender su postura y sentir cierta empatía.

- Escucha, yo sé que nuestro no fue tan bueno que digamos.- Continuó. - Pero podemos tener una conexión por la música. -Dicho esto, se detuvo. Yo hice lo mismo. Con facilidad, abrió su estuche y, rebuscando un poco, sacó un disco de Bach. - Ten.

- ... Toco Bach desde que tengo 6 años.

- ¡Puedes tocar Bach todo lo que quieras! No te va a servir de nada. Tienes que aprender a escucharlo~ Este disco no solo es Bach sino... un ¡Big Bang! Te volará la cabeza. - Acompañó su frase con una sonrisa, esa misma que al principio me hartaba. Se podría decirse que me hacía sentir mejor. - Bueno, ya me voy. Si no quieres verme de nuevo, desea que me atropelle un carro.

Lo había dicho entre risas, pero pareció como si mis pensamientos de hace unas horas se hicieran realidad. Pasó un carro a toda velocidad delante, un paso más y era pájaro muerto.

- Me retracto, ¡ya no desees nada! Quien sabe que pasa por tu mente... - Comentó antes de retirarse. Sonreí. A pesar de todo lo que pasó, lo que le dije y pensé, realmente no quería que se fuera. Durante esas horas que pasamos juntos, pareciese que fue unos segundos, incluso de cierta forma me sacaba de mi realidad. 

Esa misma realidad que estaba detrás de la puerta de mi querido hogar, aquel en el que me esperaría otra cara de decepción y un dolor fuerte en mi antebrazo derecho.

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- Gracias Rowd. 

- Buenas noches, espero que no haya traído piojos a esta casa. - Dicho esto, cerró la puerta.

En efecto, mi padre me estaba esperando en la entrada de la casa. Lydia, mi madre y Rowd los estaban acompañando en la escalera. Para todo esto, él ya sabía todo. El resultado de mi examen, quien me arrebato el primer puesto y con que clase de gentuza me estaba juntando. Vio que tenía en manos el álbum de Bach, por lo que me lo arrebató de las manos, leyendo de que trataba. No fue hasta que terminó de observar muy por encima para devolvérmelo con desprecio, diciendo que solo era el segundo, que ser uno de los mejores no era suficiente. Se volvió a tocar el tema del chico que conocí en la mañana, por lo que me pidió que vaciara mis bolsillos, dando con la base de la bombilla. Lo demás es historia.

Caminé como si el cuerpo me pesara una tonelada. El brazo me dolía, pero era algo el cual ya me había acostumbrado, como siempre, no le di mucha importancia. Tiré el disco a la cama, lamentablemente no tuve la energía suficiente para caer en ella. Me arrodillé al frente del mueble y tuve la comodidad de llorar lo más fuerte que pude, ¿Qué mas daba? Por más que gritara, sus habitaciones estaban lejos de la gran casa que habitábamos. De igual forma, no se sorprenderían si es que saben el coraje que llevo dentro.

- ¿¡Piojos!? ¿¡Por qué solamente piojos?! ¡Tal vez traiga cólera a esta casa! ¡Tifoidea, Sarna, Peste! Para infectarlos a todos... - Me levanté como si algo dentro de mi me poseyera, abrí mi armario y tiré mi ropa hacia las fotos de mi familia, esto siendo acompañado con cada palabra llena de odio que salía de mi boca. Cada deseo me hacía sentir más cansado, dolido, solo. Suspiré, viendo como mi cuarto se había desordenado por mis impulsos. Pensé nuevamente en aquel chico que no paraba de sonreír, recordando su tono de voz, la forma en la que se expresaba, el como veía las cosas por lo que me contaba. Gracias a ello me relajé y entré en sí, realmente me hacía falta escucharlo de nuevo, me sentía muy arrepentido por haberme dejado llevar por mi prejuicio y no haberme dado el tiempo de conversar con él, seguramente hubiésemos tenido charlas interesantes. Lo hecho, hecho estaba.

Me acerqué nuevamente a mi cama, viendo el álbum. Recordé nuevamente las palabras de mi padre cuando vio aquel objeto cuando llegué. "¿Te das cuenta de lo mucho que necesitarás mejorar tus habilidades para esta música?" Realmente no valía la pena seguirle dando vueltas. Sin desperdiciar ni un segundo, saqué el disco del sobre y lo puse en el tocadiscos con cuidado, poniendo la púa sobre ella. Me recosté, volviendo a suspirar, esperando a que la música del contrabajo sonara. Pero aquel sonido nunca llegó. En cambio... ¿Qué era esa horrenda cosa? 

"Oh, we're not gonna take it, no! we ain't gonna take it"

Estaba seguro que eso no era Bach, bufé fastidiado, pero el peso de mi cuerpo me ganó. Estaba muy cansado y adolorido. 

De todas formas, escuchar algo diferente no me caería nada mal...

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🌈✨Buenos días mis amores, aquí la escritora que no duerme (? Ya estamos entrando muchísimo más en la trama, ¿Será que Sebastian esté sintiendo algo por su próximo compañero en el conservatorio? ¡Muchas, muuuchas gracias por llegar hasta aquí y apoyándome con leer esta historia!✨🌈

Mi brillo de felicidad [Glam x Chess] [METAL FAMILY]Where stories live. Discover now